Mujeres, desierto y flores de hojalata

Pampinos quieren rescatar aquella antigua tradición de adornar tumbas de los cementerios bajo el sol del norte.




Llevan semanas trabajando para ir en romería a los cementerios pampinos durante el Día de Todos los Santos (1 de noviembre) y aportar un poco de color a las tumbas olvidadas en el desierto.

Se trata de un puñado de mujeres que apredieron a fabricar coronas de flores de hojalata, y que ahora enseñan este oficio a las nuevas generaciones, para rescatar esta tradición propia de los campamentos salitreros.

Iquique, Alto Hospicio, Tocopilla, Quillagua y María Elena, son las comunas elegidas por ellas para dictar los talleres y enseñar la centenaria técnica.

Patricia Briones, una de las monitoras de este programa, comenta las complejidades de aquel arte: “Elaboramos moldes, recolectamos latas de bebidas de desechos,  las cortamos, armamos y luego las pintamos de distintos colores; aplicamos luces y sombras para darle vida y forma a las flores. Este es un método que empleaban antes en la pampa”.

Briones añade que la tradición comenzó con “flores  de papel, pero debido a que duraban muy  poco, producto del calor, se cambió la forma y las mujeres de los trabajadores salitreros comenzaron la elaboración de las coronas de hojalata, que son más duraderas. La mayoría de mis alumnas vivió en la pampa o son descendientes de verdaderos trabajadores salitreros; por lo tanto, tienen mucho interés de preservar esta tradición. Es un método que requiere dedicación y prolijidad”.

Estas flores son lo único que perdura en las sepulturas, ya que soportan el sol y las temperaturas extremas del desierto, que en algunas zonas  superan los 35 grados Celsius durante el día.

La motivación de las participantes es aportar a la historia del norte grande. Así lo relata Grimaldina Espinoza, quien vivió los primeros 30 años de su vida en la Oficina Salitrera Victoria y aprende ahora la técnica. “Queremos mantener vivo el recuerdo de los trabajadores salitreros y la historia del norte. La instalación de estas coronas en las sepulturas tiene como objetivo rendir un tributo a todos los hombres y mujeres que dieron su vida por el oro blanco”, dice.

El director ejecutivo de la Corporación Museo del Salitre, Silvio Zerega, comenta que si bien por décadas se perdió la tradición, la idea es retomarla, porque en el norte “los cementerios tienen mucho simbolismo y esconden parte de los  secretos de los campamentos salitreros. Como corporación, estamos trabajando con aportes privados desde hace tres años en el fomento del aprendizaje y rescate de esta técnica de arte fúnebre, a lo que se han sumado otras iniciativas similares en la región. Luego, son los mismos pampinos los que recorren distintos cementerios dejando las coronas”, precisa.

Para instalar las coronas, se han planificado distintas romerías en las regiones de Tarapacá y Antofagasta. Sólo en la primera de ellas se recorrerán más de 10 camposantos, por ejemplo, Coya Sur, Vergara, Aguada y Catalina.

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