National Geographic explora la identidad de género

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El canal estrenará este domingo el documental La Revolución del Género, que ilustra y desmitifica una realidad que va mucho más allá de nacer hombre o mujer.




Avery Jackson es una niña normal. Así mismo lo dice ella: le gusta vestir de rosado, jugar con animales y los videojuegos. Pero la niña de 9 años tiene una particularidad: nació con el cuerpo de un hombre. Según cuenta su madre, su vida era miserable hasta que a los cinco decidió asumir lo que era: transgénero. Y desde que Jackson decidió que su apariencia externa reflejaría su interior, es mucho más feliz.

El rostro de la niña, de pelo rosado como chicle y mirada confiada hacia la cámara, se hizo conocido a nivel mundial cuando la revista National Geographic la anunció como su portada de su primer número de 2017. En los 128 años de existencia de la publicación, es la primera vez que ponen en ese espacio a una persona transgénero.

Rápidamente la imagen fue catalogada como "icónica" por distintos medios, con el periódico USA Today comparándola con la histórica portada de una joven afgana de ojos verdes en 1985. También generó su cuota de controversia. Grupos conservadores criticaron la fotografía, mientras que la familia ha reportado recibir acoso a través de internet tras el anuncio. Por eso la niña y la frase que ocupa la portada tienen un aire de desafío: "lo mejor de ser una niña es que ya no tengo que pretender ser un niño".

El número entero de la revista, titulado La revolución del género, está dedicado a explorar temas de identidad respecto a este tema, con más niños que al igual que ella, han decidido que su género no es el que representa el cuerpo con el que nacieron.

Un asunto que National Geographic no sólo abordará en el papel. Este domingo a las 22 horas por su canal de cable (41 VTR, 352 Movistar), se emitirá un documental del mismo nombre que en la revista, en donde la periodista norteamericana Katie Couric investiga la realidad de las personas transgénero en todo el mundo, explorando la historia del concepto, y cómo la división entre hombres y mujeres ya no es suficiente para entender el mundo de hoy.

Desde adentro

En sus dos horas de duración, La revolución del género no sólo ilustra casos de personas que buscan cambiar de sexo, sino que también desmitifica conocimientos populares respecto al tema.

Uno de los temas en los que se enfoca es el error de pensar que el género es un aspecto sicológico. "Hoy estamos teniendo mayor consciencia de que la identidad de género es un proceso biológico. Antes se creía que era algo que se formaba o que te enseñaban, pero algo que mostramos en el documental, es que hay mucha evidencia de que es algo biológico. Y hoy la medicina contemporánea se está dando cuenta de eso y se lo están tomando con la seriedad que merece", dice a La Tercera el Doctor Joshua Safer, endocrinólogo del Centro Médico de la Universidad de Boston y una de las principales fuentes del documental. "Esto es algo que ha ido cambiando en los últimos 15 o 10 años. Antes se pensaba que la identidad era algo que se podía manipular, que era pasivo. O sea, si un niño pensaba que era niña, podías convencerlo de lo contrario. El género se veía como algo pasivo. Fue un proceso muy lento durante el siglo pasado, donde por mucho tiempo se pensó que hasta la homosexualidad era algo que podía ser alterado con sicología", agrega.

El documental toma ejemplos tanto desconocidos como de alto perfil, como el de Gavin Grimm, un adolescente transgénero cuya lucha por usar el baño de hombres en su colegio se transformó en una discusión nacional, con el caso llegando hasta la Corte Suprema de Estados Unidos. "Creo que lo más importante que podemos hacer como sociedad es relajarnos un poco con este descubrimiento de que la identidad de género es biológica. Sólo nos tenemos que relajar y ser respetuosos de las personas que viven así. Hay que usar las palabras adecuadas y no tenerles miedo. Sobre todo por los niños, que puede que no tengan claro cuál es su género y quieran experimentar o pensar distintas opciones en distintos momentos. Y eso está bien, no les va a hacer daño", dice Safer, quien concluye: "El tratar de convencer a las personas que vivan un género que no son ha sido un gran fracaso. En cambio, el ayudarlos a que su apariencia física coincida con cómo se sienten por dentro, ha tenido resultados exitosos y no los perjudica de ninguna forma".

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