Navy Seals convierten muerte de Bin Laden en un negocio

Osama bin Laden

El ex comando, Robert O'Neill, acaba de publicar un libro en el que asegura que fue él quien disparó los tiros mortales contra el líder de Al Qaeda, hace seis años. Este ex Navy Seals realiza conferencias para contar su historia. Otro ex Seal también publicó un texto, pero su relato contradice al de O'Neill.




De pronto se abrió la puerta del helicóptero. Y lo primero que observaron los Navy Seals que debían dar muerte a Osama Bin Laden, aquella noche del 2 de mayo hace seis años, fue un campo de golf. Robert J. O'Neill, uno de los comandos estadounidenses, se sorprendió al observar ese pastizal verde, en medio de la nada, en el poblado de Abbottabad, en Pakistán. Segundos después, las fuerzas especiales irrumpieron en el búnker del terrorista saudita, pero se les cruzó una niña en el primer piso del complejo. A esa altura ya habían apretado sus gatillos para dar muerte a los primeros guardias de Bin Laden, que respondieron con ráfagas de sus inconfundibles AK-47. Pese a la alta tensión, la menor fue llevada hasta una habitación en la que se encontraban varias mujeres y niños. Los llantos se escuchaban en toda la planta.

Minutos más tarde, y ya en el segundo piso, O'Neill y sus compañeros de armas se encontraron con Khalid, uno de los hijos de Bin Laden, a quien lo llamaron por su nombre en árabe y urdú. Khalid se sorprendió al escuchar su nombre y apenas se asomó, cayó abatido. Los comandos estadounidenses sabían que si lograban superar la resistencia del hijo de Bin Laden estarían muy cerca de atrapar -o dar muerte- al hombre más buscado del mundo. Y así ocurrió.

O'Neill enfiló entonces hacia el tercer piso, donde "Bin Laden figuraba cerca de la entrada de su habitación, más alto y delgado de lo que esperaba, con su barba más corta y pelo cano. Era el hombre que había visto en cientos de fotos, miles de veces. Tenía a una mujer delante de él y sus manos en sus hombros. En menos de un segundo, apunté sobre el hombro derecho de la mujer y tiré del gatillo dos veces. La cabeza de Bin Laden se abrió, y él cayó. Luego le puse otra bala en la cabeza", cuenta el propio ex Seal en su libro The Operator: Firing the Shots that Killed Osama bin Laden and My Years as a SEAL Team Warrior, que acaba de salir a la venta en Estados Unidos.

El relato de O'Neill es lo más fresco y reciente que se conoce sobre un episodio que le dio gloria a Barack Obama, pero que aún está cubierto por un manto de dudas. De hecho, se contradice completamente con el de su antiguo camarada, Matt Bissonnette, quien en 2012 publicó un libro (No Easy Day) en el que sostiene que él también disparó, pero que fue otro comando el que mató a Bin Laden. La identidad de ese uniformado permanece en el anonimato. En la misión participaron 79 soldados, pero sólo tres estuvieron cara a cara con Osama.

"Dos personas diferentes cuentan dos historias diferentes por dos razones diferentes", ha dicho Bissonnette, quien en agosto pasado debió desembolsar US$ 6,8 millones al Pentágono por violar un acuerdo de confidencialidad que firmó con los Seal. O'Neill, por su parte, sostiene que él no ha violado ningún secreto y de hecho realiza charlas pagadas en la que cuenta paso a paso su historia.

En su página web, Robert J. O'Neill se presenta como un ex Seal que participó en más de 400 misiones de combate y agradece a sus ex compañeros por el éxito que tuvieron al cumplir órdenes del más alto nivel.

Pero lo ocurrido con estos dos ex Navy Seals refleja no sólo las contradicciones en la historia, sino que también el hecho de que a siete años de la caída del líder de Al Qaeda quienes lo abatieron están lucrando con su misión. Aunque en EE.UU. son frecuentes este tipo de libros, sin ir más lejos cada ex Presidente publica sus memorias con un millonario contrato editorial de por medio, lo ocurrido con O'Neill y Bissonnette va más allá porque hay secretos de Estado de por medio.

Originalmente, Bissonnette publicó su libro con un seudónimo (Mark Owen), pero luego fue descubierto y no le quedó otra que confirmar su identidad real. A su vez, O'Neill, de 41 años, ya había revelado aspectos desconocidos de la "misión Bin Laden" en 2014, dos años después de abandonar los Navy Seals. Ahora, sus conferencias llevan el título de "Lecciones invaluables de un líder de los Navy Seal".

Después de disparar contra el millonario saudita, O'Neill se dio cuenta que "el hijo menor de Bin Laden, un niño de dos años, se tambaleaba en un rincón de la habitación. Lo había visto todo, pero estaba tan oscuro que no supo qué estaba pasando, salvo que no era bueno. Eso sí, lloraba Yo pensé, 'este pobre niño no tenía nada que ver con esto. Ahora está en medio de una tormenta, pobre'. Lo recogí y lo puse en la cama con la mujer. Otros Seals comenzaron a entrar en la pieza. Me quedé allí, como congelado y vi a mis compañeros hacer el trabajo que había visto cientos de veces. Uno de los comandos se me acercó y me preguntó: '¿Estás bien?' Sí. ¿Y ahora qué hacemos?, pregunté. '¡Acabas de matar a Osama Bin Laden!', respondieron".

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.