El negocio de titular a otros

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La necesidad de terminar la carrera y rendir exámenes de grado, tesis o tesinas, se ha traducido en la aparición de un mercado de tutorías, coaching, clases particulares y otras ayudas mucho más dudosas para conseguir el título. Bienvenidos al posuniversitario.




Son las siete de la tarde y Sara Olivares junto a Bárbara Nilo, las dos de 25 años y egresadas de derecho en la Universidad Alberto Hurtado, están sentadas en sus pupitres. No participan de un diplomado ni un MBA. Están en el living devenido en sala de clases de un departamento en calle Santo Domingo, donde la abogada Erika Morgado prepara a unos 20 alumnos para dar el temido examen de grado de su carrera.

Olivares, egresada hace un año, cuenta que llegó al curso aconsejada por Nilo. "Soy muy dispersa para estudiar y me cuesta sentarme y empezar. Traté de hacerlo sola, pero no pude", explica. En la sala hay distintos perfiles, recién egresados, otros que llevan años procurando y también algunos extranjeros que necesitan validar su título para ejercer en el país. "Me siento presionada, pero no asustada. Uno tiene ansiedad porque quiere aprobar el examen, lo que más urge es darlo pronto y poder estar titulada luego", comenta la joven.

La profesora-abogada Erika Morgado cuenta que se dedica a esto hace 14 años y hoy tiene la empresa interrogaciones.cl. "El examen de grado en derecho es un proceso que requiere una media de nueve meses de estudio, es como un embarazo", dice.

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Sara Olivares y Bárbara Nilo, durante la clase de Erika Morgado.

Sara Olivares y Bárbara Nilo, durante la clase de Erika Morgado.[/caption]

Pero no es la única en este negocio donde poco a poco ha ido surgiendo una verdadera industria de tutores, profesores y hasta personas que les hacen coaching a los estudiantes y los preparan para sortear las pruebas o trabajos finales en distintas carreras.

Entre ellos, Antonio Ramírez (27), de memoriaschile.cl. La empresa nació en 2013, cuando él recién había terminado Ingeniería en Informática en el DUOC. Ahí ofrece asesoría en proyectos de título "desde la elección del tema hasta la entrega final con avances oportunos de correcciones" y ofrecen apoyo de profesionales de distintas áreas de ingeniería, científicas y pedagogías para hacer trabajos.

"Llegan los clientes y nos solicitan ayuda en alguna carrera específica. Yo contacto a mi especialista en esa área, cotizamos el proyecto y se la entregamos al cliente", cuenta Ramírez sobre el modus operandi de un negocio en expansión pero controversial, ya que finalmente se trata de ayudas particulares para terminar sus carreras.

Otro ejemplo es el ingeniero Fernando Moya Jirón, en Antofagasta. Partió haciendo de tutor de tesis en el área de estadística y después se amplió a otras. Hoy trabaja con dos sicólogos, un asistente social, dos ingenieros civiles, un arquitecto, dos enfermeros y un médico, los que son docentes en sus áreas y se desempeñan "a contrata" de acuerdo a lo que soliciten los clientes. "Les enseño cómo tienen que hablar, en algunos casos hacemos los PowerPoint o los orientamos sobre en qué tienen que enfocarse", explica Moya Jirón.

Ramírez cuenta que la mayoría de los alumnos necesitan ayuda con la metodología de la tesis o el examen de grado. "Por lo general se manejan muy bien en el tema, pero no saben desarrollar el proyecto de título", explica. Para la abogada Erika Morgado el célebremente duro examen de grado de su carrera es una instancia donde los alumnos pagan todos los pecados del pregrado. "Es una carrera fácil de estudiar porque no tiene un ramo 'cortacabezas', en ingeniería si no sabes cálculo no puedes ser ingeniero", dice y explica que como derecho no tiene un ramo así, se puede pasar todo pregrado "calentando materia". Eso es mucho más improbable en la prueba final porque nadie consigue estudiarse en pocos días las 1.500 páginas que entran.

"Yo tengo dos modalidades para preparar el examen de grado: interrogaciones y cursos con clases tres veces por semana en las que estudiamos de nuevo derecho civil y procesal", cuenta Morgado. Entre sus competidores está tutoriasdegrado.cl, que ofrece preparación especializada para exámenes de grado, servicios de orientación sicológica, terapia floral e interrogaciones online. "Al final es ensayo y error, mientras más interrogaciones tienes, hay más posibilidades de pasar el examen. Es practicar verbalizar los contenidos", dice Roberto Pérez de Arce, fundador y gerente general de Pérez de Arce & Cia., la empresa dueña de tutoriasdegrado.cl.

Ramírez dice que las carreras que requieren más apoyo son ingeniería civil industrial, las pedagogías, ingeniería en informática y sicología. Algo que es bastante coincidente con las carreras de mayor duración de acuerdo al sitio mifuturo.cl, del Mineduc: geología (18,7 semestres), ingeniería forestal (18,6) e ingeniería civil electrónica (18,2). Después vienen el plan común de ingeniería civil, veterinaria y derecho.

Los actores de esta "industria" repiten una y otra vez la misma historia: alumnos que llegan angustiados un mes antes de presentar rogando literalmente por un milagro. "Es lo que más veo. Se nota que tuvieron un año de proceso, no pescaron el título, lo dejaron pasar y cuando ya los pilla la máquina acuden a nosotros", cuenta Ramírez. Mientras que el ingeniero Javier Pérez (30), quien partió hace un par de años haciendo tutorías en la Universidad Gabriela Mistral, dice que tiene dos tipos de alumnos: "Uno mayor, que está sacando una segunda carrera y no tiene tiempo porque trabaja y tiene familia. Y otro que son vagos y la mamá o el papá están preocupados de que el niñito salga", opina.

También están los que de frentón piden que les hagan el trabajo. "Te dicen: 'necesito entregarla en dos semanas y no tengo nada. ¿Tú tienes alguna tesis completa que me puedas vender?'", parte contando Ramírez sobre un segmento que se ve más de lo que le gustaría. Pérez, a quien también le han hecho "la propuesta indecente", dice que la respuesta es una sola: "No, chao". Ramírez agrega que las universidades cuentan con softwares de detección de documentos y si sorprenden a un alumno, éste pierde el título y ellos su empresa. "Aunque, de que el negocio de desarrollo de tesis existe, existe", advierte. Una rápida revisión de internet permite encontrar varios "proveedores del servicio" quienes, para hacerse una idea, cobran por una tesis de periodismo (120 páginas y seis capítulos) más de un millón de pesos.

Moya Jirón dice que cuatro de cada 10 llamados que recibe buscan eso. "No lo hacemos. ¿Por qué? No sé si es antiético, hemos tenido varios colegas que nos dicen que trabajemos en eso directamente, pero resulta que hay cosas teóricas que no manejamos. Cuando nos lo piden les explicamos que una cosa así les va a salir caro", se sincera el estadístico. Otras empresas contactadas para este artículo que se anuncian ofreciendo asesorías de tesis en internet, no quisieron contestar: "A nuestros clientes les preocupa la confidencialidad", fue la razón que más se repitió.

Para las universidades este un tema delicado. En la U. Andrés Bello dicen que si bien entregan todos los apoyos para sus alumnos y consideran que las tutorías no son necesarias, "cada estudiante tiene la libertad de hacerlo y si le ayuda a mejorar su rendimiento o seguridad, aparece como una oportunidad para ellos". En esta casa de estudios no objetan estos apoyos, pero en el caso de que sorprendan un alumno al que le escribieron parte o su tesis íntegra "la Secretaría General realizará la investigación pertinente y aplicará las sanciones que correspondan", dice Roberto Paredes, director general de docencia.

En la UDP dicen que están conscientes de que los alumnos recurren a "ayudas que en determinados contextos facilitan el cierre del ciclo formativo", pero dicen que la formación que entregan es suficiente para enfrentar al grado. Caso distinto es cuando el trabajo de título es realizado por otra persona. "Ahí la escuela y facultad podría sancionar al alumno, a través de los comités de ética, y dependiendo de la gravedad del caso el estudiante podría ser expulsado de la universidad", dice Danae de los Ríos, vicerrectora de Pregrado, quien explica que la sanción más leve es la reprobación del grado.

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Roberto Pérez de Arce junto al equipo de tutoriasdegrado.cl.

Roberto Pérez de Arce junto al equipo de tutoriasdegrado.cl.[/caption]

Igual cuesta

Los precios de las asesorías varían pero son altos, lo que transforma este mercado en uno que promueve las desigualdades ya que sólo quienes pueden pagar acceden a él.

En memoriaschile.cl cobran 500 mil pesos por una memoria con asesoría desde la elección del tema hasta las correcciones finales. Morgado también cobra medio millón de pesos, pagables hasta en 10 cuotas, por el curso que dura casi cinco meses con clases tres veces a la semana, apuntes impresos y prueba al final de cada programa. Aunque con ella las interrogaciones son más baratas: 22.500 pesos la hora. En tutoriasdegrado.cl cobran 70 mil pesos por cuatro interrogaciones al mes más los seminarios.

Moya Jirón tiene tarifas por carrera. Las de ingeniería, que en general son más complejas, cuestan entre dos y tres millones de pesos. Mientras que las de ciencias sociales, entre uno y dos millones. "Hemos llegado a cobrar siete millones de pesos. Lo más económico son las tesinas, de 30 o 40 páginas máximo, que se acotan a temas bien específicos, se trabajan en un mes y cuestan 700 u 800 mil", dice el estadístico.

Mientras Moya Jirón ve unas 70 tesis al año, Ramírez habla de 60. Éstas se concentran principalmente en este período del año cuando recibe entre 10 a 15 llamados diarios y la misma cantidad de correos. "El mes en que más he ganado es junio, con un ingreso de dos millones y medio de pesos, que como es en cuotas, se repitió por tres meses", explica Ramírez.

Oferta y demanda

Sebastián Rodríguez, un sicólogo clínico y coach que lleva más de 10 años ayudando a alumnos en temas de memoria, concentración, sobre cómo hablar en público y crear estructuras de estudio, dice que ha visto a cientos de alumnos en todos los años que lleva dedicado a esto y cuando le preguntan por qué cree que estos servicios se han vuelto tan populares, responde citando lo que le dicen sus propios clientes. "Te hablan de 'circo romano', de 'trinchera', de 'dioses del Olimpo'. También salen palabras como 'arbitrariedad' o 'injusticia'", cuenta y agrega que los estudiantes "llegan muy derrotados. Han estudiado por meses, a veces años y les ha ido mal en una o en dos oportunidades.

Ahí se empiezan a dar cuenta de que la universidad no los preparó en nada para esto y se sienten estafados", opina Rodríguez, quien desliza una crítica a las casas de estudio: los alumnos pasan cinco años haciendo pruebas escritas, esperando una instancia para la que contradictoriamente no los preparan y deben presentar o "defender" de manera oral. "En general se sienten bastante humillados por eso. He visto a alumnos de diseño gráfico, arte, veterinaria, agronomía o enfermería y todos tienen un tema con hablar, con la exposición pública y con lo que eso sicológicamente implica", agrega el especialista.

Para otros, esto tiene que ver con el aumento de la matrícula universitaria, la que según datos del Consejo Nacional de Educación (CNED) se duplicó entre 2005 y 2015. Bernardo González, académico del departamento de estudios pedagógicos de la Universidad de Chile, cree que la baja calidad formativa de algunas instituciones promueve la aparición de este controvertido mercado de preparación de instancias finales al no adelantarse y reforzar académicamente a los alumnos antes de que empiecen a demandar tutores externos. "Son bastante cuestionables estas instituciones que tienen la lógica del 'sálvese quien pueda'", opina.

Una crítica que comparte Roberto Pérez de Arce, quien la enfoca en los abogados. "Hemos descubierto en estos años una realidad aberrante. Hay gente que llega y pareciera que nunca hubiera estudiado derecho. No tienen ni siquiera los conceptos básicos asimilados", dice el gerente de tutoriasdegrado.cl, agregando: "Es difícil prepararlos y si con nosotros lo logran apenas, imagínate sin este servicio de preparación. No tendrían ninguna posibilidad de poder rendir su examen de grado ni pasarlo. Ahí entonces la pregunta es ¿qué clase de profesionales están saliendo a trabajar?", comenta.

González hace extensiva la crítica para los profesores. "Algunos hacen clase para los alumnos exitosos y el resto se queda atrás. Eso está haciendo crisis en Chile", opina el académico. Mientras que Rodríguez también cree que los docentes tienen responsabilidad especialmente en los comités para los exámenes de título. "De parte de los profesores hay mucha intolerancia a la incompetencia, ellos ven a estos alumnos que tiritan y se ponen nerviosos y en su cabeza eso es falta de preparación", dice el sicólogo.

Roberto Paredes, de la Universidad Andrés Bello, explica que algunas universidades han tomado nota de lo difícil del proceso y han hecho cambios. "Antes estas instancias eran el minuto en que te preguntaban todo y tenías que saberlo todo. Hoy la línea va en función de reconocer que el estudiante obtiene el perfil de egreso, es una mirada diferente", dice, explicando cómo varias instituciones han cambiado sus mallas de manera que el último año tenga cursos integradores que terminan con pruebas similares a un examen final.

Para el académico Bernardo González el mejor sistema es el que tienen en la institución en que trabaja, la Universidad de Chile, donde utilizan un sistema de tutorías desde primer año para apoyar desde etapas más tempranas las falencias académicas de los alumnos. Él dice que el escenario actual le recuerda el de España, donde hay verdaderos institutos que en dos años preparan para dar el grado y entregan a los alumnos el conocimiento que no reciben en sus instituciones de origen. "Estamos yendo para allá", concluye.

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Sebastián Rodríguez durante una de sus sesiones de coaching a universitarios.

Sebastián Rodríguez durante una de sus sesiones de coaching a universitarios.[/caption]

Tips

  • Separar los espacios. Estudiar fuera de la casa. De no ser posible, fuera de la pieza para no mezclar descanso con estudio.
  • Tener una rutina fija de horas de estudio y si no se cumple, recuperar las horas no estudiadas el fin de semana.
  • Controlar las interrupciones: lo que más afecta a la concentración son las distracciones.
  • Estudiar por períodos de tiempo de máximo de una hora y evaluar al finalizar la hora la calidad del estudio.
  • Ensayar con distintas metodologías de estudio: visuales (leer, subrayar, esquemas), auditivas (escuchar, hablar, discutir) y kinestésicas (ensayar posturas físicas y expresiones frente a un espejo, filmarse o hacer role playing).
  • Ejercitar y evaluar, desde un principio, la memoria y la recuperación de la información. No "esperar" al repaso final.

* Sebastián Rodríguez, sicólogo clínico y coach.

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