Nicolás Jarry: "Cuando me metí entre los 200 mejores, no lo aproveché para nada"

El espigado jugador expone sus sensaciones tras las Copa Davis ante Canadá. Realiza una autocrítica sobre su carrera y valora el aprendizaje adquirido.




El paso por Canadá dejó un mal resultado. Sin embargo, también quedaron cosas positivas como la actuación de Nicolás Jarry en singles y dobles. Antes de trasladarse a Niágara, donde jugará un Futuro en una cancha similar a la del fin de semana, el espigado tenista nacional relata sus sensaciones tras la serie de Copa Davis y cómo ha enfrentado el complejo regreso a las pistas que tuvo esta temporada después de cuatro meses lesionado.

¿Cuánto le aportará a su carrera lo vivido en esta Copa Davis?

Mucho. Fue muy bonito haber venido acá a jugar un repechaje tan rápido. Tengo 20 años y ya estoy jugando torneos de esta importancia, tuve dos duros enfrentamientos que perdí, pero que ayudan a crecer muchísimo. Después de perder el singles, tuve que salir a jugar el dobles de la mejor manera posible y pude jugar bien. Me deja muy contento después de la dura derrota, que me afectó mucho emocionalmente; pero dentro de la cancha, al día siguiente, no se vio reflejado tanto. Fue lindo haber vivido un repechaje. La organización, todo muy bonito; el ambiente… Y esperamos que más adelante, ojalá el próximo año, se dé una nueva oportunidad.

¿Cómo califica esta temporada, en la que regresó luego de una larga lesión?

Es de aprendizaje. Tuve la oportunidad de jugar muy buenos partidos, de muy alto nivel. Este es uno de ellos. La Copa Davis anterior también fue una linda experiencia, con jugadores del nivel más alto que hay. Los dos ATP que jugué me ayudaron mucho. Me hubiera gustado haber llegado a esos dos ATP de una mejor manera, más preparado. Llegué a estar en el punto más bajo de mi carrera este año y también he demostrado, como el viernes, uno de mis niveles más altos. He tenido de todo. Cada día que pasa voy jugando mejor. Sólo falta el resultado, que es cosa del tiempo y yo no puedo controlarlo. Me queda entrenar, mejorar día a día y estar con la cabeza en alto y pensar en el futuro, que tarde o temprano sé que va a llegar.

¿Qué aspectos cree que puede mejorar de su juego?

Mi nivel de juego, para mí, y que todos coincidimos en eso, es nivel de challenger. Mi ranking es mínimo de 250 para abajo, pero primero tengo que volver a eso. Una cosa es tener nivel y la otra es estarlo. Y ahora mi objetivo es volver a eso. Tengo un ranking en el que tengo cuatro meses sin torneos jugados, entonces no se puede decir que es un ranking de verdad. Hay que esperar cuando termine el año, cuando haya competido durante 12 meses seguidos y ver dónde quedo y ahí sacar conclusiones.

Usted comentó que en el futuro jugará más torneos en superficies rápidas, pero que debía seguir las pautas de su entrenador, Martín Rodríguez…

Ese va a ser mi tipo de superficie en el futuro por mi estilo de juego, pero este es un proceso muy largo, donde tengo que afinar más cosas. Yo tengo los tiros, en esta superficie se juega con tiros. Aunque en este tipo de canchas no se juega la mayor cantidad del tiempo, sino que en un cemento más lento o en arcilla y Martín, con la experiencia que tiene, sabe cómo formar jugadores y yo le hago caso a qué torneo ir y a qué torneo no. Pero lo más seguro es que pronto empezaremos a jugar en cemento.

¿Qué superficie prefiere? ¿Arcilla o cemento?

No tengo preferencia. Todavía no.

Usted sufrió una lesión por un accidente. ¿Qué lecciones saca de esta situación?

Ha sido sólo aprendizaje. La lesión me ayudó mucho para lo mental, reforcé mucho la amistad con mis amigos, que es muy importante… Porque este es un deporte muy solitario, donde uno viaja más que lo que está con amigos y familiares.

¿Se sentía muy aislado?

Uno vive aislado, uno vive viajando solo. Máximo uno tiene un equipo técnico, pero si es que no te dan los recursos, tienes que viajar solo. Sobre todo este año, que he tenido que volver a competir y a agarrar ritmo, donde no he estado más de tres semanas en Santiago. Literalmente este año no he tenido un hogar y ya es difícil, pero con los lazos de los amigos y con la familia, que los pude forjar los meses que estuve lesionado, no se hizo tan difícil. Por ese lado agradezco eso y, por el otro, agradezco haber visto lo difícil que es meterse dentro de los 200, porque cuando me metí no lo aproveché para nada. Fue de un año a otro. No hice mayor sacrificio para estar ahí. Y ahora, cuando vuelva, sabré por todo lo que pasé y sé que el esfuerzo es lo principal.

Dentro de unas semanas más viene el challenger que organiza su familia y que no pudo jugar el año pasado. Ahí podría sacarse esa espina.

Eso es lo que esperamos, sería muy bonito.

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