Nikola Tesla: 160 años del inventor que regresó del olvido

Relegado a un segundo plano por su excentricidad, el científico siempre manifestó su humanismo y desdén por quien lucrara con sus inventos, aspectos que lo llevaron a una histórica pelea con Edison y a morir en la pobreza. ¿Cuáles fueron sus inventos?




El 10 de julio de 1856, una feroz tormenta eléctrica en Smiljan (actual Croacia) servía como fortuito telón de fondo para recibir a un bebé que en los años posteriores, influiría de manera clave el desarrollo de la tecnología.

La historia dice que la partera, al ver al pequeño en sus brazos, lo tomó como un mal presagio: "Es el hijo de las tinieblas", señaló, a lo que la madre respondió ofendida: "No, él será un niño de luz".

Así y sin querer, sentenció el futuro del recién nacido: Nikola Tesla, uno de los inventores más destacados en el área del electromagnetismo.

Más de 20 años después, un gran número de investigadores buscaba la mejor forma de "domesticar" la electricidad, un camino que tras el aporte de Faraday y Maxwell tenía como objetivo dejar los experimentos de laboratorio para dotar de fuerza a las máquinas e iluminar los hogares. El problema: un negocio lucrativo, y la gran competencia entre jóvenes y entusiastas inventores que poco a poco se daban a conocer.

Uno de ellos era Tesla. Con 28 años, viajó a Estados Unidos para trabajar para Thomas Alva Edison, quien también tenía aspiraciones similares pero utilizando un principio distinto en términos técnicos. Lo suyo era la corriente continua, que buscaba abrirse paso para electrificar Manhattan, aunque con varios problemas debido a sus limitaciones: Poco potente, de aplicación costosa y peligrosa, sufrió un revés cuando la principal biblioteca de la ciudad fue arrasada por un incendio, precisamente provocado por una falla en un sistema que tenía las calles repletas de un aparatoso cableado eléctrico.

Tesla por su parte, intentó convencer a Edison para que su sistema, la corriente alterna, fuese el utilizado. Técnicamente era mejor, más potente, segura y no necesitaba subestaciones cada pocos kilómetros, aunque su propuesta no fue escuchada. Tiempo después se separaron, y desde entonces su rivalidad marcó ambas vidas.

Fue así como la llamada "Guerra de las Corrientes" fue ganada por Edison, y Tesla sólo se quedó con un premio en 1919, que como una cruel broma, utilizaba el apellido de su rival. Aún así, el tiempo le daría la razón, ya que fue la corriente alterna la que predominó para la distribución de electricidad desde entonces hasta hoy.

Entre sus invenciones, destacan el motor de inducción, la radio y los rayos X, aunque también se cuenta como un precursor de la terápia mecánica, la robótica, la física nuclear y teórica, y los dispositivos inalámbricos que hoy utilizamos. Asimismo, tenía como objetivo darle a la Tierra energía libre y sin costo.

Durante todo el siglo XX, el nombre de Nikola Tesla se mantuvo sólo conocido para expertos en el área, situando un reconocimiento a su labor en 1960, cuando en la Conferencia General de Pesos y Medidas se le otorgó la unidad de medida del campo magnético B del Sistema Internacional de Unidades a su apellido. Sin embargo, su excentricidad y su ostracismo lo relegaron al olvido hasta la llegada de internet, cuando su aporte se hizo mucho más conocido e incluso impulsó la construcción de su propio museo.

Pero la historia señala que también tuvo sus debilidades. Tesla, un amante de la ciencia, fue también un humanista y un desentendido en materias financieras. Estos dos aspectos le provocarían varios inconvenientes en relación a los derechos de propiedad de patentes -facilitando a otros que pudiesen tomar el crédito por sus trabajos-, y un férreo pensamiento en la mejora de la calidad de vida, que a pesar de sus múltiples contribuciones, no impidió que muriera en la pobreza, a los 86 años.

Inventos más conocidos

El "rayo de la muerte": Un arma mortífera que en teoría, tenía la capacidad de "exterminar a 300 Km de distancia con 60 millones de voltios". Su rimbombante denominación implicó grandes esfuerzos por el gobierno de EE.UU. en la Segunda Guerra Mundial para que su desarrollo finalizara, pero nunca fue construida por Tesla, quien aunque aceptó su enfoque bélico, siempre la pensó como un experimento científico.

Aeroplano de despegue y aterrizaje vertical: Lo que hoy conocemos como helicóptero, fue descrito por Tesla en su momento como un aparato que en el futuro sería considerado como básico para la industria y el comercio. Aunque no fue su inventor, sí se le considera un precursor de un modo primitivo.

La radio: Quizá el "robo" más conocido en la historia. Aunque se cree que Guglielmo Marconi es el desarrollador de esta tecnología, fue Tesla el principal artífice del invento, y Marconi utilizó sus habilidades mediáticas para promoverse como el verdadero inventor. Esto quedó presente cuando se alió con Edison y en 1901 transmitió la letra S en código Morse a través del Atlántico, lo que le permitió ganar el Nobel. ¿El detalle? Marconi usó 17 patentes de Tesla, y esto sólo se descubrió en 1943, cuando ambos ya habían muerto.

Corriente alterna: El fin de la guerra que mantuvieron Tesla y Edison llegó a su fin cuando una central fue instalada en las cataratas del Niágara, estableciendo desde entonces la forma de energía más utilizada en todo el mundo hasta hoy.

Terapia mecánica: Las máquinas de masaje le deben mucho a Tesla. Descubrió por accidente sus beneficios cuando en una prueba, se subió a una de ellas y sintió sus vibraciones, las que se transmitieron a su cuerpo y lo relajaron. Sus asistentes también probaron sus efectos, y más tarde todos finalizaron en el baño. Sin querer, descubrió una buena forma de mejorar el tránsito intestinal.

Tesla, el futurista

A mediados de los años 30, Tesla se convirtió en uno de los inventores favoritos de los medios, quienes acudían a consultarle sobre su visión del futuro. Uno de ellos fue el periodista de origen alemán George Sylvester Viereck, quien era su amigo, y con el que crearon un artículo que a diferencia de muchos, fue firmado por el propio inventor.

Alimentos: Casi al final de su vida, Tesla sólo cenaba miel con leche y bajó mucho de peso. Desde entonces comenzó a plantear revolucionarias ideas sobre la comida, apuntando a que los ciudadanos del futuro dejarían el tabaco, café, aditivos químicos en los alimentos, el consumo de carne y que la buena salud sería en gran parte gracias a una alimentación balanceada.

Robots: En 1898 y tras ocho años de trabajos, tesla asombró al mostrar un bote autónomo en medio de una exposición científica. En ese entonces, pensó que las máquinas automáticas reemplazarían a los humanos en tareas peligrosas, y que los científicos serían asistidos por uno de estos aparatos.

Energía gratis: Ideas como la reforestación o las estaciones hidroeléctricas fueron parte de los adelantos del científico, quien postulaba que el futuro estaba en los recursos naturales y el aprovechamiento de la energía eléctrica generada de esta forma, lo que ayudaría a poner fin al uso de combustibles fósiles.

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