Niños que tienen amigos imaginarios se comunican mejor y son más creativos

Investigaciones muestran que el crecer con un amigo imaginario favorece, además, el desarrollo de la empatía.




Compañeros de juegos, conversaciónes y aventuras. Aliados misteriosos que nadie más que ellos pueden ver o escuchar. Son los amigos imaginarios, frecuente compañía de los niños entre dos y seis años y que dos estudios resaltan como una presencia influyente para el desarrollo de habilidades comunicacionales, creatividad y empatía.

El primer estudio, de la U. de La Trobe, en Australia, consultó a 330  universitarios sobre si recordaban tener un amigo ficticio en su niñez. El 30% de ellos recordó esa compañía, los que mostraron mayores habilidades creativas, mejor comunicación y empatía que quienes no la recordaban.

Otra investigación, de la U. de Manchester, en Inglaterra, indagó en el rol de esas figuras en 44 niños entre cuatro y seis años, con y sin amigos imaginarios, de los cuales el 50% admitió tener un amigo ficticio invisible o personificado en un juguete, como un oso de peluche. A todos les pidieron describir imágenes de un libro, y los que tenían amigos imaginarios, mostraron mayor vocabulario. Anna Roby, sicóloga de la U. de Manchester, indica la presencia de los amigos imaginarios se relaciona, además,  con más entendimiento social y creativos. Figuras que, además, eran comunes en hijos únicos y primogénitos.

CREATIVIDAD SIN LÍMITES
La dinámica de un compañero ficticio no se presenta en todos los niños, indica Evan Kidd, sicólogo de la U. de Latrobe. A los que se les permite explorar el mundo de un modo lúdico, como un amigo imaginario, pueden crear sin límites y convertirse en "el escritor, productor, director y actor de su propio juego", dice Kidd.

Son niños con mucha práctica en la invención de interacciones, lo que facilita el desarrollo de sus habilidades de conversación y creatividad. "Es una forma diferente de relación a la que se da con verdaderos amigos. Acá crean no sólo el diálogo por sí mismos, sino también el de su amigo imaginario", aclara Kidd.

El 65% de los niños tienen un amigo imaginario. Sin embargo, muchos adultos no recuerdan esa experiencia, explica Andrea Bravo, sicóloga de la Facultad de Medicina de la U. de Chile. Es un fenómeno característico de la edad del juego desde los dos a seis años, frente al cual los padres no deben asustarse.

Es una interacción normal que  tiene como principal función la práctica de habilidades sociales básicas. "Por eso tienden a desaparecer en los primeros años de colegio, cuando tienen más contacto con pares y el pensamiento da un salto y es más crítico", dice Bravo.

Cuando no son reprimidos ni sancionados, su fantasía es más amplia. "Si un niños tiene un amigo imaginario y después lo recuerda, es porque su familia se lo permitió. Les dieron el espacio para hablar sobre él y lo respetaron. En la medida en que hay un amigo imaginario que no se censura tienen más libertad para explorar", sostiene la sicóloga.

Por muy pequeños que sean, saben que se trata de una fantasía, "por eso nunca se les debe decir que están locos, sino respetar y tolerar su modo de jugar", concluye Bravo.

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