Osvaldo Correa, coordinador general del comando de Guillier: "Esta no es una lucha contra la élite política ni menos contra los partidos"

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Coordinador del comando de Guillier hace frente a las críticas y admite que la campaña aún no se ha instalado.




Días complejos ha tenido el coordinador del comando de Alejandro Guillier y secretario general del PR, Osvaldo Correa. Desde que asumió su rol en el equipo de campaña, ha tenido que enfrentar los cuestionamientos de varios dirigentes oficialistas, quienes acusan una supuesta falta de profesionalización en sus equipos. Las críticas han sido duras, pero Correa afirma que una apuesta ciudadana y horizontal -que ha sido defendida por el candidato- no tiene por qué excluir la experiencia de los partidos. Eso sí, admite que la campaña no ha logrado instalarse. E incluso reconoce que tras la inscripción de la candidatura será necesaria una agenda más propositiva, en la que el abanderado sea capaz de instalar temas en la agenda.

Han surgido críticas desde el mismo equipo político estratégico del candidato. ¿Cuál es su diagnóstico?

Lo importante es que los equipos están funcionando. Ahora, ciertamente todo es perfectible. Y nosotros siempre hemos tenido toda la disposición para poder ir mejorando a partir de las observaciones, las críticas constructivas y los aportes que se quieran hacer para fortalecer y mejorar el trabajo que se está realizando.

Las críticas apuntan a que esta campaña no gira en torno a sí misma, que no hay control sobre el candidato, que él no sería capaz de poner temas en la agenda y que solo estaría reaccionando a lo planteado por sus adversarios.

Lo que pasa es que esta fase estuvo marcada por la recolección de firmas. En ese contexto, la agenda del candidato ha estado motivada por obtener el mayor número de firmas. Pero, ciertamente, en esta nueva fase, en la que queremos generar una suerte de transición, vamos a tener que incorporar elementos que todas las campañas tienen. Aquí no vamos a descubrir la pólvora. Tenemos que generar una agenda más proactiva. Más que ser reaccionarios a la coyuntura o a los dichos de un tercero, tenemos que ser capaces de proponer temas. En esa lógica están trabajando los equipos, y hemos trabajado a la par con el candidato, obviamente.

Algunos en el oficialismo plantean que la apuesta del candidato es la misma que tuvo en su momento Bachelet: esta idea de esconder a los partidos. Sin embargo, también está claro en la Nueva Mayoría que Guillier no es Bachelet. ¿Cómo se conjuga entonces el interés de las colectividades en la campaña?

Lo que ha habido es un acto de generosidad tanto del candidato como de los partidos. No nos olvidemos que lo que estamos construyendo es un hecho histórico en Chile: por primera vez los partidos están apoyando un candidato progresista independiente. Pero en ningún caso se ha actuado en contra de los partidos. Muy por el contrario: esta candidatura no está en contra de los partidos. Más bien, lo que ha habido es un trabajo conjunto que permita generar una sinergia entre lo que las colectividades puedan hacer y el mundo independiente puede hacer. La única forma que tenemos de ganar es que todos, incluyendo a los partidos, nos pongamos a trabajar firmemente en el territorio, porque el objetivo es uno: ganar la elección presidencial por el bien de Chile y ser capaces de derrotar a la derecha, cuya vuelta al gobierno sería un tremendo retroceso.

En el oficialismo hay dirigentes que dicen que la única forma de cumplir ese objetivo es con una fórmula tradicional de campaña.

Lo que se ha propuesto es una dinámica distinta desde el punto de vista de la horizontalidad. Ningún partido está por sobre otro, ninguna coordinación está por sobre la otra. Lo que hay es una disposición a trabajar en conjunto por un objetivo común.

Los principales cuestionamientos al comando han provenido desde el PPD. ¿Hay desafección de ese partido respecto a Guillier?

No hay desafección por parte de ningún partido que hoy apoye la candidatura del senador Guillier. Más aún, el PPD es parte de los equipos de campaña, Adriana Muñoz es militante del PPD.

Por lo tanto, reitero, esta no es una lucha contra la élite política ni menos contra los partidos. Lo que hay, quizás, es una renovación de rostros, de personas que no han ocupado la primera línea, pero sí han tenido un desarrollo y un trabajo partidario muy activo.

¿Y cómo evalúa usted el que Guillier no participara de la primaria? En Chile Vamos el análisis es que Piñera salió fortalecido.

Hay que reconocer el alto número de personas que participó de las primarias, pero señalar que con eso está cerrado el capítulo presidencial y que la derecha con ello ya tiene ganada la elección, eso francamente sería un error. Esta es una competencia que está absolutamente abierta, y si de algo nos sirvió esa primaria es, precisamente, para establecer que aquí claramente la competencia es a razón de dos candidaturas: la que representa el senador Guillier y otra que representa a Sebastián Piñera.

Guillier pidió no aislar a la DC de un acuerdo parlamentario, porque sin ella no se puede ganar en segunda vuelta. ¿Está dispuesto el PR a ir en una lista con la DC?

En materia de acuerdo parlamentario, lo que ha expresado el senador es que se requiere cierto grado de generosidad en términos de no aislar ni arrinconar a la DC; pero no solo estamos a conteste del tema electoral, también hay otras coincidencias en las cuales podemos avanzar. El trabajo que hemos venido desarrollando con la DC también da cuenta de otros elementos, como, por ejemplo, acuerdos políticos, acuerdos de gobernabilidad para Chile y también acuerdos mínimos programáticos. Porque, sin duda, son mayores la coincidencias que las diferencias.

Le vuelvo a preguntar: ¿está dispuesto el PR a ser el partido que acompañe a la DC en una lista parlamentaria?

El PR tiene una definición en la actualidad, y esa definición es llegar a acuerdo parlamentario con aquellos partidos que están apoyando la candidatura del senador Guillier. Resulta complejo explicar o entender que uno genere un acuerdo parlamentario con un partido que tiene una candidatura propia. Sería bastante complejo para el radicalismo llegar a un acuerdo con la DC, sería un alto precio para el radicalismo cerrar un acuerdo de esas características. Pero no nos olvidemos que aquí hay otros elementos que también pueden posibilitar que la DC compita en mejores condiciones, incluso en una segunda lista, por ejemplo, llegando a acuerdo electoral con otras colectividades del bloque. El propio MAS ha manifestado su disposición.

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