Pacientes que despiertan durante una operación tienen alto riesgo de post-traumas psicológicos

Un estudio revela dramáticos casos de personas que experimentan situaciones más cercanas a una película de terror, con períodos de angustia y daños permanentes.




"De improviso, fui consciente que algo había salido muy mal. Podía oír lo que estaba pasando a mi alrededor, y me di cuenta con horror que me había despertado en medio de la operación, pero no podía mover un músculo. Escuché las conversaciones de los cirujanos, y estaba siendo consciente que había muchas personas en la sala haciendo su trabajo clínico cotidiano y ocupándose de sus propios asuntos, sin ninguna idea del cataclismo que se estaba desarrollando desde mi punto de vista".

Así comienza el dramático relato de "Sandra", revelado en un informe publicado por el Colegio Real de Anestesistas y la Asociación de Anestesistas de Gran Bretaña e Irlanda, y que describe su experiencia durante una operación de ortodoncia, mientras estaba bajo los efectos de la anestesia.

Despertar en una mesa de operaciones por errores en el suministro de anestesia es lo más cercano a una pesadilla o una mala película de terror, pero ocurre. De acuerdo a una investigación de la BBC, una de cada 19 mil personas tiene este tipo de experiencias (150 pacientes al año) y aunque existe un porcentaje en el que los incidentes son breves y sin dolor, en muchos casos estos momentos de conciencia dejan una huella imborrable en el tiempo.

En los relatos, los pacientes afirman escuchar "la voz de los cirujanos, la succión de la sangre, el movimiento o tirones de los órganos, huelen carne cauterizada y pelo chamuscado", pero debido a que uno de los primeros pasos de la cirugía es la anestesia, no tienen forma de alertar a los médicos que están despiertos.

Casos hay muchos. En los más conocidos, Carol Weiher en 1998 escuchó música disco de fondo y doctores interviniendo uno de sus ojos, y Sarah Newton a principios de este año describió cómo estuvo despierta por 40 minutos mientras le operaban el estómago. ¿El error? El anestesista decidió cambiar la rutina que utilizaba con sus pacientes, por lo que decidió desconectar la anestesia antes del fin de la operación, esperando que la paciente se recuperara en menor tiempo.

El informe, que recopiló datos a través de cuatros años en Gran Bretaña e Irlanda, encontró que un 51% de los casos denunciados los pacientes experimentaron angustia y un 41% un daño psicológico posterior, incluyendo síntomas asociados con trastornos de estrés post-traumático.

Asimismo, se detalla que la "experiencia", dura alrededor de cinco minutos, y es posible sentir varias sensaciones como la imposibilidad de moverse (42%), escuchar voces (37%), sentir toques en el cuerpo no dolorosos (21%), sofocación o ahogo (11%), y tener sueños similares a cuando estamos dormidos (5%).

En cuanto a los efectos posteriores, el documento indica que pueden pasar dos semanas, 15 años como el caso de Sandra o el resto de la vida del individuo.

La investigación afirma que un 85% de los pacientes cuenta lo sucedido a los familiares, pero sólo un 50% decide ir más allá y acudir al centro hospitalario a relatar lo que ocurrió. En estos casos, quienes recibieron apoyo activo de los médicos consiguieron mejores resultados.

Aún así, la publicación señala que de los 360 hospitales del Reino unido, sólo 12 tienen algún protocolo a seguir en estos casos.

Fuente: CBC News, The Atlantic

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