Pese a Trump y el Brexit, EE.UU. y Reino Unido están entre los más atractivos para invertir

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La principal economía del mundo se mantuvo por quinto año consecutivo al tope del informe "Índice de Confianza de Inversión Extranjera Directa" que elabora anualmente la consultora A.T. Kearney, mientras que el territorio británico avanzó una ubicación, hasta la cuarta.




Hace un año, cuando la consultora A.T. Kearney publicó la edición 2016 de su informe anual "Índice de Confianza de Inversión Extranjera Directa", los inversionistas que participaron en el sondeo expresaron su preocupación por el referendo en Reino Unido para decidir su permanencia en la Unión Europea (UE) y las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Los ejecutivos indicaron en esa oportunidad que, de haber resultados inesperados, ellos disminuirían sus inversiones en ambas economías.

Como es sabido, lo impensado ocurrió: los votantes británicos respaldaron la opción del Brexit y los ciudadanos estadounidenses eligieron a Donald Trump como el mandatario número 45, lo que debería haberse traducido en una mayor aversión a invertir en estos territorios.

Sin embargo, nada de esto sucedió: en la versión 2017 del reporte, titulado "El vaso medio lleno", Estados Unidos se mantuvo por quinto año consecutivo como el mercado que probablemente atraerá más inversión en los próximos tres años, con lo que igualó la racha más prolongada que el país había registrado al tope de la lista a comienzos de siglo.

"Su gran mercado y ambiente amigable con las empresas son fuentes duraderas de interés por parte de los inversionistas, incluso en medio de la incertidumbre asociada con las propuestas de política del Presidente Trump", sostuvo el análisis.

Por su parte, Reino Unido avanzó un puesto, hasta el cuarto, lo que reflejaría los sólidos fundamentos a largo plazo del país y el deseo de las compañías que actualmente sólo están en Europa continental de buscar una posición en el mercado británico antes de que la nación abandone la UE.

Tres factores

¿Cómo se explica esta aparente discrepancia? Paul A. Laudicina, presidente emérito de la consultora y uno de los autores del estudio, identificó tres factores: el primero es que ambas son economías grandes y abiertas, con regulaciones relativamente eficientes, tasas tributarias transparentes y sólidas capacidades tecnológicas.

El experto destacó que los planes de inversión extranjera directa (IED) tienen un período largo de gestación y horizontes de retornos incluso más extensos. "Por lo tanto, las decisiones de IED son afectadas menos dramáticamente por desarrollos actuales y están más determinadas por fundamentos de inversión que impulsan la competitividad a largo plazo", aseguró.

El segundo elemento es que, en momentos de creciente antiglobalización y proteccionismo, los inversionistas siguen dependiendo de la IED como estrategia de crecimiento. "A diferencia del comercio internacional, la IED le permite a una compañía establecer una presencia local. Tal estrategia de localización podría ser crucial para mantener acceso en grandes mercados que arriesgan volverse hacia adentro, incluyendo Estados Unidos", acotó.

El tercer componente se relaciona con la percepción de que el Brexit y el gobierno de Trump serán positivos para las empresas, al menos en el corto plazo, ya que habría menos regulaciones y, en el caso de la nación norteamericana, menores impuestos y más gasto en infraestructura.

"Si es que estas percepciones resultan ser ciertas en el mediano a largo plazo, creemos que tendrán un enorme impacto en determinar si es que ambos países pueden mantener sus respectivas posiciones en los rankings del Índice de Confianza de IED", puntualizó Laudicina.

Resto del listado

El buen desempeño de las potencias anglosajonas no fue el único hito que marcó la última publicación. Alemania pasó del cuarto al segundo lugar, su mejor ubicación desde que el índice fue creado en 1998.

Según el estudio, el repunte germano probablemente se debe a su ambiente regulatorio amigable con las empresas y las mejores perspectivas económicas. A esto se suma que la mayor economía del Viejo Continente podría estar beneficiándose de los efectos secundarios del Brexit.

Después de cuatro años consecutivos al acecho de Estados Unidos, China cayó al tercer escalón, con los inversionistas probablemente motivados por la reciente estabilización de la actividad y los planes del gobierno de reducir la burocracia en torno a la inversión foránea.

El top 5 lo completa Canadá, que retrocedió dos puestos, probablemente por la planeada renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, por sus siglas en inglés).

En cuanto a los movimientos frente a 2016, Suecia resaltó como el territorio que anotó el mayor salto, al trepar siete posiciones, seguido por Italia e Irlanda (ambos subieron tres lugares).

En tanto, Brasil fue el que más terreno cedió al bajar desde la ubicación 12 a la 16. La nación sudamericana acumula un declive de 10 escalones en dos años.

En tanto, Emiratos Árabes Unidos, Nueva Zelandia y Sudáfrica ingresaron al listado. Esta es la aparición inaugural del país oceánico y la primera vez desde 2014 que un mercado africano o de Medio Oriente es parte del ranking. "Esto podría señalar un deseo por parte de los inversionistas globales de diversificar la ubicación de su IED, así como un mayor apetito de riesgo que lo que han tenido en años recientes", explicó el informe.

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