Pierre Lemaitre: "La Europa moderna se construye en base a la economía y no a la cultura"

En su premiada novela Nos vemos allá arriba, aborda las consecuencias de la Primera Guerra Mundial. Autor de una serie policial, Lemaitre comenzó a publicar a los 55 años. "El Goncourt es un símbolo, un emblema", dice.




Está enterrado vivo. El soldado Albert Maillard acaba de caer en una fosa. Alrededor, la tierra tiembla.  Edouard Péricourt, otro soldado francés, lo salva. Ambos se abrazan. Son protagonistas de la última batalla contra los alemanes. Es noviembre de 1918 y faltan pocos días para el fin de la Primera Guerra Mundial.

"Todos los que pensaban que la guerra acabaría pronto llevaban mucho tiempo muertos", así parte Nos vamos allá arriba, de Pierre Lemaitre (63). La aplaudida novela del narrador francés, que se adjudicó el prestigioso premio Goncourt en noviembre de 2013.

Con la inesperada noticia del galardón, Lemaitre, quien comenzó a publicar a los 55 años una serie de novelas policiales, se unía a la reconocida lista de ganadores, como Marcel Proust, Marguerite Duras, Jean Echenoz y Michel Houellebecq.

Nos vemos allá arriba no es sólo una historia de amistad en el frente de batalla. También es una mordaz crítica a las consecuencias humanas, en días donde se multiplican los actos que conmemoran el estallido de la Gran Guerra.

Todos esos millones de soldados muertos tenían una historia que contar. Esos seres que fueron parte del negocio de la muerte que se estableció con los cementerios militares. Ellos, junto a los sobrevivientes, que no fueron héroes sino tratados como parias por el Estado, como Albert y Edouard, son los personajes que retrata Lemaitre en Nos vemos allá arriba.

Desde su aparición, la novela sólo suma elogios. En Francia ha vendido medio millón de copias. El libro, editado en español por el sello Salamandra, estará disponible en Chile desde el 18 de agosto. Además, acaba de editarse Alex (DeBolsillo), la novela policial más reconocida de la saga de cinco títulos de quien era un autor desconocido antes del Goncourt. "Hay una obra maestra en esta temporada literaria. Está firmada por un escritor apenas conocido", señaló la revista francesa Lire.

Antes de dedicarse por completo a la literatura, Lemaitre trabajó en la formación pedagógica para bibliotecarios. "Ahora creo que esa espera también me ayudó psicológicamente e incluso para moderar mi ego", dice el escritor a La Tercera desde París.

¿Qué significó comenzar a publicar después de los 50 años?

Antes de escribir novelas me pasé mucho tiempo enseñando literatura. La ventaja de haber publicado tarde es que estaba técnicamente muy bien equipado. Esto me salvó al escribir mi primer libro y así solté de inmediato el segundo.

¿Le ayudó la escritura de novelas policiales para crear Nos vemos allá arriba? 

No me di cuenta en lo inmediato que había cambiado de género. Trabajé una historia y en el proceso de escritura supe que no sería una novela de detectives, en el sentido estricto de su definición. Por lo tanto, tuve que elegir: si quería escribir un detective tenía que cambiar la historia. Pero preferí seguir, porque sentí que era una buena historia. Sin embargo, se dará cuenta que en mi libro hay técnicas de un policial: giros, pistas falsas, sorpresas, clímax, etc.

¿Por qué cree que a 100 años del estallido de la Gran Guerra no hay una visión europea conjunta sobre los hechos ocurridos?

La Unión Europea se creó después del trauma de la Segunda Guerra Mundial. En ese momento la prioridad de Europa era resolver problemas políticos y la herramienta preferida para hacerlo era la economía. La Europa moderna se construye en base a la economía y la política, pero no culturalmente. Ahora estamos pagando el precio de esta falta de una política cultural.

Albert y Edouard son de diferente clase social, pero la guerra los une. ¿Cree que sólo en situaciones límites los hombres logran dar lecciones de humanidad? 

La guerra, como todas las grandes catástrofes, crea reconciliaciones, reuniones que no se han producido en la vida corriente. Antes de la guerra, Albert era un empleado de banco y Edouard, un artista burgués. Estas relaciones pueden ser inesperadas. La guerra muestra lo peor y lo mejor de cada uno.

¿Qué ha significado para usted ganar el premio Goncourt?

Para todos los escritores que lo reciben, se trata de un cambio significativo en lo absoluto. El premio Goncourt, en Francia, no es realmente un premio literario: es un símbolo, un emblema. Cambia casi todo en tu vida.

¿Prepara un próximo libro? 

Pretendo escribir una historia sobre un siglo (1915-2015), donde probablemente aparezcan personajes secundarios de Nos vemos allá arriba. Pero no será una saga en el sentido clásico del término, sino más bien una especie de panorama histórico, como un mural.

¿Qué autores franceses contemporáneos le interesan? 

Como lector, los libros que prefiero no se parecen a los que escribo. Son interesantes estilísticamente, pero no alcanzan gran éxito, como por ejemplo las novelas de Michel Houellebecq. Por eso tengo tanta admiración por Jean Echenoz y Emmanuel Carrère.

¿Y escritores latinoamericanos?

Me quedé muy impresionado cuando leí autores como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y Jorge Amado. Pero América del Sur también tiene un thriller de alta escuela, muy animada y creativa. Me refiero a Paco Ignacio Taibo II, Carlos Salem y Ramón Díaz Eterovic.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.