Pink Floyd hace caja en medio de tibias críticas

The endless river, el álbum con que los británicos regresan a 20 años de su último trabajo, aparece el 10 de noviembre.




Como un dinosaurio que se extingue sin meteoritos. Para el próximo lunes está programada la aparición global de The endless river, el álbum número 15 de Pink Floyd y -según aseguran sus sobrevivientes- el último disco que publicarán los británicos. Será, entonces, la canción para los créditos en uno de los pasajes más importantes de la música del siglo XX. Y mientras las letras comienzan a pasar por la pantalla, los espectadores se retiran con gusto a poco.

"Se siente como algo falto de gloria, un anticlímax para bajar la cortina -ya fuera de la hora- para una de las bandas más grandes de todos los tiempos", resumió NME en su reseña. El álbum se planteó como un homenaje al fallecido tecladista Richard Wright, pero tras una primera oída, la publicación avisa que más merecía salir como un álbum solista póstumo del músico fallecido en 2008.

Los medios británicos tuvieron acceso a una escucha del disco completo, que de momento sólo ha adelantado pequeños extractos. Esta semana se sumó Side 3, Pt.4: Allons-y (1), un pasaje instrumental que apenas rasguña los dos minutos de duración. Suficiente avance para remitir a los años de The wall y para mitigar la espera de un producto que rinde aún antes de aparecer.

Pink Floyd escogió una forma poco convencional a la hora del adiós. Casi todo el álbum, con la excepción de la única "canción", Louder than words, está compuesto por pasajes instrumentales. Ahí no se puede reclamar decepción: cuando se reveló que los británicos regresaban al disco, inmediatamente vino la aclaración que lo armarían con descartes "ambientales" de The division bell.

"Y aunque las 18 pistas (12 de las cuales están co-acreditadas a Wright) se quedan cortas en ganchos melódicos, todavía es un viaje efectivo de 53 minutos", concluyó The Telegraph.

Vengan de a uno

Ultimamente, han caído más datos. Nick Mason (70 años), el baterista de los ingleses, reveló que acudió con ese material a una reunión con los hermanos Larry y Lana Wachowski (Matrix), con la mira puesta en que sirviera para musicalizar una película sin definir. El esfuerzo no llegó a puerto, pero da cuenta que no es el primer enjuague por el que pasan las pistas de The endless river.

Todo, fraguado con Roger Waters fuera del panorama. El puesto de bajista en Pink Floyd es detentado ahora por el músico Guy Pratt, considerando además que la raíz de esta música son sesiones de estudio sostenidas en 1993, ocho años después de la partida de Waters. "Ya no tenemos nada en común", dijo a la revista Rolling Stone su ex compañero David Gilmour (68 años).

Entremedio, Gilmour se las arregla para ensayar su propio acto de regreso. El guitarrista y cantante anunció que un nuevo trabajo solista suyo -el primero desde On an island de 2006- verá la luz en 2015, seguido de una gira mundial. "Un tour de viejo", aclaró el británico, "no esas cosas de 200 paradas al año".

Con eso, se disipan las (remotas) esperanzas de ver al Pink Floyd sobreviviente reunido para presentar su nuevo disco, salvo que vengan más regresos al final del río. Para una banda con su primer trabajo editado en 1967, con tantas despedidas, épocas y reinvenciones, nunca está escrito en piedra lo del "álbum final".

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