El plan B de Lula en caso de que fracase su candidatura

Lula da Silva

Según Folha de Sao Paulo, el ex mandatario es pesimista sobre su situación judicial. Un fallo adverso en segunda instancia lo inhabilitaría. Por ello buscaría perfilar al ex alcalde paulista Fernando Haddad como carta del PT.




Con un discurso de marcado tono electoral, el ex Presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva inició el 17 de agosto una gira de 20 días por 25 ciudades del nordeste, la región más pobre del país, de la que procede y en la que tiene la mayor popularidad. "El país tiene que prepararse porque en 2018 vamos a tener que colocar a una persona democrática para gobernar este país (...). Estoy con 71 años y unas ganas de luchar como si tuviera 30", dijo Lula en un acto en Salvador.

Por impedimentos legales no mencionó en esa oportunidad su deseo de disputar las elecciones, pero es claro que continúa como "candidatísimo" a la Presidencia. Las encuestas, que lo sitúan como favorito, así lo acreditan. Sin embargo, el diario Folha de Sao Paulo asegura que en privado el ex mandatario cree que será "inhabilitado por la justicia".

El supuesto pesimismo de Lula tiene fundamentos. Desde que el juez Sergio Moro lo sentenció a nueve años y medio de cárcel por corrupción y lavado de dinero en el caso del tríplex de Guarujá, transcurrieron solo 42 días hasta que el proceso contra el ex mandatario llegó a segunda instancia en el Tribunal Regional Federal de la 4ª región (TRF4), el 23 de agosto. Según Folha, se trató de la tramitación más rápida de todas las condenas en el marco de la operación Lava Jato, que investiga la trama de corrupción en Petrobras. El tiempo promedio en los recursos de otros denunciados es de 96 días.

Incluso, el miércoles, durante un acto en Sao Paulo, el abogado británico Geoffrey Robertson, contratado para representar a Lula ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU, dio como "inevitable" la mantención de la condena del petista en instancias superiores, según consigna el diario O Estado de Sao Paulo. Una eventual condena, en segunda instancia, sería nefasta para Lula, ya que impediría su postulación.

"Su candidatura corre mucho riesgo. El propio Lula admite que es grande la probabilidad de ser condenado en segunda instancia, por el historial del TRF4 que va a juzgarlo y por liderar las encuestas de intención de voto", señala a La Tercera Mauro Paulino, director general de Datafolha. Una visión particular manifiesta, en tanto, Maria do Socorro Sousa Braga, politóloga de la U. Federal de São Carlos. "Creo que hoy hay un acuerdo entre nuestras élites que reduce los riesgos sobre una posible prisión de Lula. Pero en ese acuerdo puede ser que una de las condiciones sea que él no se presente", explica a este medio.

Delfín político

Cualquiera sea la razón por la que Lula no sea candidato, el petista estaría considerando un plan B. Y éste, según Folha, apuntaría a la figura del ex alcalde paulista y ex ministro de Educación de Lula, Fernando Haddad, cuyo nombre el ex Presidente buscaría "hacer lo suficientemente competitivo para que el Partido de los Trabajadores (PT) al menos no desaparezca a nivel nacional". "En reuniones reservadas, anima a los hasta aquí discretos movimientos del ex alcalde para hacerse viables", señala el periódico.

"Todos hablan de él como el plan B del PT en 2018, menos él mismo, que subraya su lealtad a Lula", destacó a fines de agosto el portugués Diario de Noticias, que publicó una entrevista con Haddad. Allí el profesor de ciencia política fue categórico: "Lula es el plan A, B y C".

Sin embargo, Haddad parece venir preparándose para ser el candidato del PT. En ese sentido, el diario Gazeta do Povo destacó que el ex alcalde viene recorriendo Brasil y participando activamente en foros de discusión sobre el futuro del país. Además, ha concedido entrevistas a medios nacionales y extranjeros, al tiempo que difunde todo en sus redes sociales, donde también critica la gestión de su sucesor en la alcaldía paulista, João Doria (PSDB), otro precandidato a Planalto.

"Creo que Haddad es un 'globo de ensayo'. Si 'pega', el PT lo lanza", dice a La Tercera Lincoln Secco, historiador de la U. de Sao Paulo y autor del libro Historia del PT. "Pero Lula es un genio político y ciertamente tiene un candidato como plan alternativo. Es necesario recordar que el principal partido opuesto al PT es el PSDB y está en crisis. Sufre el desgaste de estar en el gobierno de Michel Temer, el más impopular de la historia de Brasil", recuerda.

Paulino, por su parte, cree que la eventual candidatura de Haddad parte con una base muy débil. "Obtuvo sólo el 3% en la última encuesta Datafolha, de junio. Es claro que el apoyo de Lula deberá catapultar su candidatura, pero no al nivel del 30%. Haddad necesita hacerse conocido fuera de Sao Paulo y convencer a los correligionarios de Lula de que se dedicará, tanto como él, a la distribución de la renta. No es tarea fácil", afirma.

Con todo, Sousa Braga cree que Haddad "tiene buenas chances". "Al final es joven, hizo una administración razonable en la mayor capital financiera del país, tuvo aún mejor paso en el gobierno federal como ministro de Educación. Y no tiene implicación con las actuales denuncias de corrupción y logra agregar sectores populares y de la clase media brasileña", dice.

Pero Folha recuerda que en el PT se habla más de "construir 2022" que de "soñar con 2018". Así, la candidatura de Haddad podría no ser más que un proyecto de mediano plazo.

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