Playas de Valparaíso pierden hasta un metro por año

Acantilado de casi 3 metros en la playa Portales, Valparaíso, tras las marejadas del 26 de junio pasado.
Acantilado de casi 3 metros en la playa Portales, Valparaíso, tras las marejadas del 26 de junio pasado.

Investigación de tres universidades revela el impacto de los fenómenos extremos en playas de Valparaíso y Viña del Mar, entre ellos el primer meteotsunami de la zona central.




¿Cómo mitigar el impacto de las marejadas en el borde costero? ¿Levantando muros y reforzando costaneras? Para Carolina Martínez, investigadora del Instituto de Geografía de la U. Católica, no son las únicas alternativas. "Muchos de los países están haciendo retroceder la infraestructura que se levantó, para dejar libre la playa y de alguna manera hacer que los procesos naturales que deben operar ahí, tengan la oportunidad de desarrollarse y devolver el paisaje, y el funcionamiento óptimo de la playa", explica.

Cuando hay alerta de marejadas, Martínez viaja entre cuatro a cinco veces al mes a Valparaíso y Viña del Mar a estudiar el impacto del fenómeno junto a un grupo de expertos de diversas disciplinas, con los cuales acaba de concluir un estudio en el que abordan las consecuencias de este fenómeno natural.

La investigación denominada "Erosión costera en el Chile central: ¿Un nuevo peligro?", se publicó recientemente en la revista científica Ocean & Coastal Management, y en la que se constata que hasta 12 metros han retrocedido algunas playas de ambas comunas.

El trabajo analizó con fotografías aéreas e imágenes satelitales la situación de las playas de Reñaca, Los Marineros, Las Salinas, y Caleta Portales. Esta última es la más complicada de todas, ya que ha perdido 12,6 metros de playa entre 2004 y 2016, su condición es de erosión y su fragilidad muy alta y su tasa de retroceso es de 1,04 metros por año.

Las Salinas y Los Marineros se encuentran estables pero igual registran pérdidas en la costa de 0,06 metros y 0,03 metros respectivamente, por lo que su fragilidad es alta, advierte Martínez. Reñaca, si bien presenta una ganancia de 12,6 metros de playa, se debe a que la erosión en uno de sus sectores ha sido compensada con la acumulación de arena que se genera en otro de sus extremos, a la salida del estero del mismo nombre.

"Estas playas en particular hoy en día están en una posición critica de cambio, porque no sólo está la componente antrópica, sino que también están afectados por fenómenos sobre los que no tenemos un conocimiento solido que nos permitan saber cómo van a evolucionar en el tiempo", explica Martínez. Por ello, agrega, las intervenciones que se hagan en esta costa deben ser cuidadosas, ya que podrían terminar acelerando los procesos erosivos que ya se están verificando.

La investigadora agrega que otros estudios previos ya detectaron importantes procesos de erosión, como el que ocurre en la playa La Boca, en Concón, que entre 1945 y 2008, retrocedió 35,57 metros.

Los meteotsunamis

¿Qué fenómenos están detrás del retroceso? Según la investigación el fenómeno de El Niño es uno de ellos, ya que al parecer sus fases cálidas están directamente relacionadas con el aumento en la intensidad y recurrencia de grandes tormentas y como marejadas, que están destruyendo, por ejemplo, una buena parte de la costa de Australia y del golfo de California. "Estos fenómenos hace 10 años que están desarrollándose de manera tan intensa que son capaces de destruir importantes zonas costeras", dice Martínez.

Las grandes tormentas o extremas se han incrementado de cinco a 20 eventos por año en los últimos 57 años, según la investigación en la que además participaron expertos de Ingeniería Hidráulica de la UC, de las universidades de Valparaíso y Playa Ancha, y la firma Ingmat-Siprol.

El hito que llevó a los investigadores a realizar el estudio fue "el 27F de las marejadas", que ocurrió el 8 de agosto de 2015 en Valparaíso. De acuerdo a estos especialistas, el evento dejó pérdidas materiales por US$ 8 millones y eliminó 100.000 m3 de arenas de tres playas afectadas en la costa de la bahía de Valparaíso.

"Lo que pasó en 2015, que nuestros colegas lo asocian a otros fenómenos poco conocidos en el hemisferio sur llamados meteotsunamis, es una rareza en estas regiones pero que se ha documentado bastante bien en el hemisferio norte", señala Martínez.

Manuel Contreras investigador del Centro de Estudios Avanzados, U. de Playa Ancha, explica que el 8 de agosto de 2015 se detectó el primer tsunami de origen meteorológico confirmado para Chile central, ya que hay otros identificados en el sur. "Un tsunami de origen meteorológico o meteotsunami consiste en una perturbación en la atmósfera que es capaz de perturbar la columna de agua", dice.

Este es un concepto nuevo en la ciencia que no tiene más de 15 años, agrega. Hasta ahora se han identificado más 35 meteotsunamis en todo el mundo y no son lo mismo que las marejadas, sino que se dan en forma simultánea a éstas.

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