Política de salud mental al diván

El plan que se propuso Chile para abordar la salud mental presenta problemas. Se está lejos de alcanzar la norma de un centro de salud comunitario por 40 mil habitantes y la espera por un psiquiatra puede superar los 100 días.




El pasado 24 de diciembre, Víctor, paciente del Instituto Psiquiátrico José Horwitz fue dado de alta. Lo que podría ser una buena noticia en víspera de Navidad, no lo fue tanto. Terminó en la calle con su paquete de remedios, porque por la gravedad de su enfermedad no calificaba para ser derivado a alguna residencia especializada, asegura la doctora de este hospital Katherina Llanos.

"Lo que ha pasado con los hospitales psiquiátricos es que se han debilitado" dice Llanos, quien, además, es vicepresidenta de la Sociedad Chilena de Salud Mental.

Para la doctora, el modelo que se propuso el Ministerio de Salud (Minsal) en el  Plan Nacional de Salud Mental y Psiquiatría del año 2000, no está funcionando como estaba previsto.

Bajo esta política, la atención de salud mental se trasladó a los hospitales generales, centros comunitarios y residencias especializadas. Los hospitales psiquiátricos dejaron de tener un rol protagónico.

Además del Instituto Horwitz, el país cuenta otros tres establecimientos de este tipo: El Peral (Puente Alto), Salvador (Valparaíso), y Pinel (Putaendo).

Según el informe "Evaluación del sistema de Salud Mental en Chile" del Minsal, de junio de este año, el número de camas para pacientes de larga estadía en los cuatro hospitales,  disminuyeron de 1.270 a 441, entre  los años 2000 y 2012, respectivamente.

"No deseamos que la gente viva en las instituciones, deseamos que viva en la comunidad, con apoyo", explica Mauricio Gómez, psiquiatra y jefe del departamento de Salud Mental del Minsal, sobre el plan que sigue las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Gómez señala que en el hospital El Peral, del que fue director, hicieron un análisis en los años 90 sobre la larga estadía y concluyeron que el 80% de las camas estaban ocupadas por personas que llevaban 20 años viviendo en ellas, en circunstancias que esos podían recuperarse en la comunidad. "Necesitaban una solución distinta", explica.

Sin embargo, a nivel comunitario también existen déficit. El informe del Minsal señala que se está lejos de cumplir la norma técnica de un centro de salud mental comunitario  por cada 40 mil beneficiarios del sistema público.

Gómez explica que si se consideran solo a los 83 centros que existen a nivel país, la cifra es de uno por cada 160 mil beneficiarios  y de uno por 95 mil, si se suman los 53 centros de especialidad ambulatoria asociados a hospitales generales, nivel en el que también existen dificultades.

Matías Correa, jefe de una de las dos unidades de hospitalización de corta estadía del hospital Sótero del Río, señala que el plan del Minsal tampoco cumple con entregar el número mínimo de camas a los hospitales generales.  En el Sótero del Río, deben cubrir las necesidades de seis comunas: Puente Alto, San Ramón, El Bosque, La Granja, Pirque y San José de Maipo, que suman una población de 1,2 millones de habitantes.

"Tenemos una enorme lista de espera para hospitalización de 270 pacientes adultos", dice Correa, a lo que suma la falta de enfermeras, de un psiquiatra residente las 24 horas y una urgencia psiquiátrica.

El 80% de las hospitalizaciones de corta estadía en el  Sótero del Río son por trastornos depresivos, bipolares y esquizofrenia.

"Sin embargo el consumo de alcohol y drogas acompaña a casi la mitad de los pacientes hospitalizados, siendo una agravante significativo de la patología y del funcionamiento de los pacientes", dice Correa.

Álvaro Jeria, jefe de la otra unidad de corta estadía del recinto, advierte que faltan recursos para el funcionamiento del modelo, que según el plan debería corresponder al 5% del presupuesto global de salud, pero hasta 2012 era de apenas 2,1%.

Jeria plantea que el modelo que se planteó Chile va en la línea correcta, porque promueve el respeto de los derechos humanos y termina con el concepto de los manicomios, pero cree que la única forma en que se puede consolidar es través de una ley de Salud Mental.

"Tenemos que prepararnos para el tremendo aumento que van a tener las patologías de salud mental al 2020 por nuestra condición de país que va al desarrollo", advierte.

Desde el Ministerio de Salud, Mauricio Gómez, señala que esperan contar con un anteproyecto de ley en 2015 y para acortar las brechas que plantea el informe reforzarán los  centros comunitarios de salud mental (Cosam), que es parte de los compromisos de campaña del gobierno.

"Estamos impulsando la construcción de uno por región, pero queremos llegar a uno por Servicio de Salud en este periodo que serían, en total 29 más", detalla Gómez, quien adelanta que el plan de salud del 2000 será revisado y actualizado.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.