Primera dama a la vista: las esposas de los candidatos en campaña

Sebastian Piñera, Michelle Bachelet y Alejandro Guiller

La figura de la primera dama sigue generando curiosidad en esta elección, pese a que los temas de género están cada vez más instalados en la agenda política, a que se discute fuertemente la necesidad de terminar con roles asignados según el sexo y a que Chile ha experimentado dos periodos con una presidenta al mando del país.




La figura de la primera dama sigue generando curiosidad en esta elección presidencial, pese a que los temas de género están cada vez más instalados en la agenda política, a que se discute fuertemente la necesidad de terminar con roles asignados según el sexo y a que Chile ha experimentado dos periodos con una Presidenta al mando del país.

Así quedó demostrado durante la campaña con las diversas especulaciones y notas periodísticas que acaparó la esposa de Alejandro Guillier, quien ha mantenido un bajo perfil debido a una condición crónica de salud.

Tanto el abanderado de la Nueva Mayoría como María Cristina Farga tuvieron que salir a explicar el papel que tendría su mujer si el periodista fuera electo Presidente.

Y es que la figura de primera dama ha estado presente en Chile desde la época de la Colonia hasta la actualidad, con 34 mujeres -entre madres y esposas- que han ejercido este rol.

Un cargo que ha traspasado sus orígenes protocolares y ha tomado un foco fuertemente social desde el retorno a la democracia a través de las siete fundaciones pertenecientes a la Dirección Sociocultural de la Presidencia: Fundación Integra, Fundación PRODEMU, Chilenter, Tiempos Nuevos, Artesanías de Chile, Fundación de Las Familias y Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles.

De esta manera, las primeras damas Leonor Oyarzún, Marta Larraechea, Luisa Durán y Cecilia Morel marcaron, cada una, su sello.

Hoy el cargo podría ser asumido por Morel o Farga, pese a que existen dudas sobre si esta última compartiría el rol con uno de los hijos del abanderado de la Nueva Mayoría.

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El protagonismo de Cecilia Morel

Mientras el popular líder uruguayo Pepe Mujica cerraba la campaña de Alejandro Guillier en la Plaza de la Ciudadanía, Cecilia Morel hacía lo mismo junto a su marido, el candidato de Chile Vamos, Sebastián Piñera, en el Paseo Bulnes.

El primer presidente de derecha desde el retorno a la democracia optó por estar acompañado de su esposa, quien fue la primera oradora del evento, antes de elegir a un invitado de renombre internacional en el último gran acto público antes de la elección del domingo.

Tras su discurso la ex Primera Dama fue fuertemente ovacionada por la multitud que asistió al cierre de campaña. Ella, visiblemente emocionada, agradeció el cariño del público.

Atrás quedaron los años en que veía con recelo la política y estaba en segunda línea. Sencilla, amable y con gustos que difieren del estereotipo que se tiene de la mujer de un millonario –según el perfil que han escrito sobre ella las periodistas Bernardita Del Solar y Loreto Daza -Cecilia Morel logró convertirse en una de las figuras más populares de la centroderecha tras su activa participación en momentos críticos para el país como el terremoto del 27 F, el derrumbe de la mina San José, y posteriormente con la creación del programa "Elige Vivir Sano".

A tal punto que en una de crisis política más importantes que ha enfrentado su sector, tras el retiro de Pablo Longueira de la carrera presidencial en 2013, su nombre sonó para convertirse en una posible candidata a La Moneda, luego que se revelara que estaba inscrita la página web "ceciliamorel2014", lo que generó gran revuelo.

Así fue tomando protagonismo y se perfiló como una figura independiente de su marido, que participó activamente de la campaña, asistió a entrevistas donde opinó sobre los temas de contingencia y hasta adoptó un perfil más agresivo para defender a Piñera y el legado de su primer gobierno.

Algunos incluso aseguran que su gestión marcó una "evolución" en el rol de Primera Dama, recorriendo sola el país hasta los lugares más remotos y organizando giras a lo lardo de Chile, lo que le permitió cultivar un perfil cercano con la ciudadanía, uno de los principales activos de la candidatura de Piñera.

Maria Cristina Farga se reune con Niños de Peñalolen

El enigma de María Cristina Farga

Desde el comienzo acaparó la atención de la prensa y del público por su ausencia en actividades de campaña hasta que su marido, el candidato presidencial de la Nueva Mayoría, Alejandro Guillier, y ella misma revelaron los motivos de salud que justificaron su escasa participación pública durante la elección.

María Cristina Farga, antropóloga, a quien el senador conoció en Ecuador mientras estudiaba un magíster, y con quien conforma una familia junto a dos hijastros y un hijo, sufre de fatiga crónica, síndrome con el que fue diagnosticada hace 15 años.

Su carrera como académica del departamento de Historia de la Universidad de Chile se vio interrumpido por episodios de fiebre y cansancio que le imposibilitaron seguir trabajando.

Según relató el mismo periodista, durante su matrimonio ha asumido diversas responsabilidades domésticas, como las compras del supermercado y las tareas de los niños, porque su mujer permanece varias horas del día descansando para reponer energía.

Al poco tiempo de que la campaña entrara en tierra derecha comenzaron los rumores acerca del estado de salud de Farga. Se dijo que tenía una enfermedad degenerativa o terminal, lo que él aclaró tajantemente explicando que se trata de un "problema metabólico".

Ante las dudas sobre el rol que asumiría en un eventual gobierno, dijo que no "le exige nada a su mujer e hijos" y que respeta su libertad. Su hijo menor, Alejandro, lo ha acompañado activamente durante los últimos meses de campaña, al igual que el hijo mayor de la familia, el periodista Andrés Almeida, quien además es uno de sus consejeros políticos.

Farga también salió a aclarar los rumores. Explicó que trabajará por la "primera infancia" y que se enfocará en "crear espacios de aprendizajes integrales, lúdicos y sensibles", además de potenciar la transformación de educadores a la de maestros, dando luces de cómo sería su eventual paso por La Moneda.

Consultada sobre la participación que tendrá en las actividades de su marido, dijo a que lo acompañará en algunas actividades protocolares, pero trabajará fuertemente en este proyecto en el que espera plasmar su sello.

El rol en entredicho

"Yo no toco la libertad de mi mujer ni de mis hijos", respondió Alejandro Guillier cuando se le consultó por la escasa participación pública de su esposa en la campaña y el rol que tendría en un eventual gobierno de la Nueva Mayoría.

La doctora en Antropología Social y académica de la Universidad Central Hermindia Gonzálvez explica que a través del rol de primera dama el Estado "reproduce" las relaciones de parentesco y refleja así los lugares asignados a hombres y mujeres al interior de las familias, lo que explicaría que estas últimas han asumido responsabilidades vinculadas al ámbito social con funciones que históricamente han sido naturalizas a las mujeres, por el hecho de ser mujer".

Desde Corporación Humanas identifican la necesidad de "redefinir" este rol que hasta ahora está anclado en una "concepción tradicional de la familia y de la política como una actividad eminentemente masculina por lo que ha estado asociado al desarrollo de programas y políticas sociales", dice la abogada Camila Maturana.

En este sentido, Gonzálvez, agrega que existe una "curiosidad" por parte de la sociedad de saber "quién acompaña al Presidente", ya que "se da por hecho" que existe un compañero o compañera. Sin embargo, no necesariamente tendría que existir una figurada de primera dama "maniatada" a cumplir un determinado rol.

"Podría tener una posición privada y no cumplir un rol asignado en el Estado", sostiene la experta.

Sobre la posibilidad de que desde el cargo de primera dama se puedan potenciar los temas de género, la abogada Camila Maturana enfatiza que "en los tiempos actuales la garantía de los derechos humanos de la mujer es una obligación que le corresponde al conjunto de los órganos de los Estados, y no a la figura de la primera dama".

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