Renuncia de consejeros desata crisis en mayor fondo científico del país

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Investigadores advierten serias dificultades de gestión en Fondecyt. Denuncian inéditos retrasos en formalización de proyectos.




"Es el programa más importante del país para financiar investigación científica", dice María Elena Boisier, directora de la Dirección de Investigación de la UC, sobre el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt).

Este fondo representa el 40% del presupuesto anual de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt) y cuenta en su organigrama con una dirección propia y dos consejos superiores, uno de Ciencias y otro de Desarrollo Tecnológico, que deciden qué proyectos financiar y realizan un seguimiento a los mismos.

Entre enero y febrero de este año, tres de los seis integrantes del consejo de Ciencias renunciaron a su cargo por la "extrema gravedad por la que atraviesa" el fondo y porque "no están dadas las condiciones" para ejercer su trabajo.

"Los problemas que están ahora no existían antes. Nunca había sucedido que tres consejeros renunciaran", dice Boisier, quien fue directora de Fondecyt, y directora y presidenta de Conicyt.

A través de este fondo , creado en 1981, se financia la investigación en todas las áreas del conocimiento, tanto a personas que recién obtuvieron su doctorado, a investigadores jóvenes y otros más consolidados. Los proyectos pueden durar entre dos y cuatro años. El año pasado su presupuesto fue de $124.006.720.

Renuncias

Los consejeros que renunciaron fueron Dora Altbir, José Cembrano y Pablo Oyarzún. Cembrano, académico de ingeniería de la UC, explica que las condiciones de trabajo en los consejos se fueron deteriorando progresivamente desde fines 2014 por varias razones. Una es la falta de un director del programa Fondecyt en ejercicio pleno de sus funciones, lo que recién se resolvió este mes con la designación Alejandra Vidales en el cargo, que estuvo vacante casi tres años.

A lo anterior se suma la baja participación del Presidente del Consejo de Conicyt en las sesiones de los consejos, desde la renuncia de Francisco Brieva en 2015; y el reducido número de consejeros existentes durante períodos prolongados de tiempo. Por ejemplo, desde 2016 el consejo nunca funcionó con todos sus miembros.

"Esto último debido a una demora inadmisible en los tiempos de recambio de consejeros", enfatiza Cembrano.

Agrega que los consejos debieron hacer su trabajo en un contexto de aumento explosivo de proyectos postulados y en ejecución, de casi un 100% entre 2012 y 2016, pese a esa sobrecarga no se incrementó el personal calificado de apoyo.

"El riesgo es que la evaluación y seguimiento de los proyectos de investigación no sea efectuada con los niveles de rigor y oportunidad que corresponden. El sistema se ha sostenido en el tiempo sobre la base de un proceso de selección y seguimiento de calidad. Este aspecto es sustancial e irrenunciable", señala Cembrano.

Pablo Oyarzún, filósofo y profesor titular de la U. de Chile, explica que Conicyt, cuyo director es Christian Nicolai, es el organismo que por normativa debe prestar apoyo a Fondecyt.

"En cuanto a imputar responsabilidades trato siempre de ser lo más ecuánime posible. No me cabe duda de que Nicolai ha de haber hecho gestiones y esfuerzos para obtener mayores recursos que pudiesen aliviar los apremios de gestión de Fondecyt, pero también es un hecho que tuvo escasísima comunicación con los Consejos, en la perspectiva de una colaboración que, creo, habría sido beneficiosa para ambas partes", detalla Oyarzún.

Cembrano agrega que el director ejecutivo, al ser la autoridad máxima de Conicyt, es quien se relaciona con el Estado y el Gobierno en materias de investigación científica y tecnológica. "Si un director ejecutivo en ejercicio no es capaz de hacer entender a las autoridades acerca de las urgentes necesidades de los programas de Conicyt, o bien, no es escuchado por dichas autoridades a pesar de haber insistido en ello, es libre de renunciar. De otra manera, creo sinceramente que legitima la situación actual", aclara.

Por su parte, la ex consejera Dora Altbir e investigadora de la Usach, dice que "si la administración no es adecuada, la ley indica claramente donde están las responsabilidades. En cuanto a los problemas vigentes, estos fueron expuestos a las autoridades de Conicyt en dos oportunidades por escrito, y en múltiples en forma oral".

Retrasos

Además de las renuncias, existe preocupación en el mundo de la investigación porque Fondecyt está funcionando con retrasos. Así lo cree Arturo Squella, decano de la Facultad Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la U. de Chile, quien explica que recién a partir de esta semana comenzó el llamado a firmar los convenios con postdoctorados, que se adjudicaron hace cuatro meses.

"El tema ahora será cuando tendrán los investigadores el acceso a los fondos ya que necesitan una serie de trámites administrativos", dice Squella. Entre éstos se encuentran la tramitación de un pagaré ante notario, la gestión de una cuenta corriente de uso exclusivo para el proyecto, en el caso de los extranjeros acreditar residencia en Chile, por señalar algunos.

Para el caso de los proyectos regulares que fueron adjudicados por los Consejos en febrero de 2017, el decano dice que todavía no sale el llamado a firmar los convenios y los proyectos empiezan, según las bases, este 1 de abril.

"Obviamente ya no se cumplirán los plazos estipulados. Uno de los activos más importantes del programa Fondecyt era el cumplimiento de los plazos, lo que lamentablemente se ha perdido", advierte.

Este medio contactó a Conicyt, pero este no quiso referirse al tema.

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