Revisa las recomendaciones para adaptarse al cambio de hora

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Prepararse con el menos una semana de anticipación, separar cena y ejercicio; evitar el uso de tablets y smartphones antes de dormir y no consumir café son algunas de las recomendaciones que podemos tomar para ello.




Hoy a partir de las 00.00 horas, los relojes deberán atrasarse una hora, lo que significará una hora más de sueño y poder comenzar el día con luz natural. Esto puede llevar a que el cuerpo sufrá algunas consecuencias, por ello te entregamos algunas recomendaciones para que este cambio no tenga consecuencias.

Cuando existen alteraciones respecto a las horas de sueño, éstas pueden impactar a una serie de órganos, desde el corazón hasta el sistema inmunológico, además de traer consigo problemas psiquiátricos que pueden desencadenar síntomas depresivos como desgano o decaimiento.

El Dr. Alex Espinoza, neurólogo de Clínica Bicentenario, explica algunas de las implicancias del cambio de hora. "Lo primero que hay que aclarar, es que este cambio de horario, en términos generales, es totalmente inocuo para la población. No obstante, existen cierto grupo de personas que pueden ser proclives a presentar algún tipo de alteración con estos cambios, como los pacientes con antecedentes de patologías del sueño, cuadros depresivos y algunas patologías médicas".

Según el especialista, esta adaptación es variable, siendo un promedio, en el caso de una persona normal, una semana o dos. "El sueño impacta una serie de órganos, por lo que cuando hay alteraciones de sueño, en un mediano a largo plazo, empiezan a generarse repercusiones en la esfera psiquiátrica y cognitiva, donde se pueden evidenciar alteraciones en la memoria, la persona se siente más olvidadiza, hay fallas en la atención y en la concentración".

En el caso de este cambio horario, asegura, esta problemática se presenta raramente, ya que resulta más beneficioso la el organismo, por el hecho de aumentar el sueño en una hora.

Acá te damos 5 recomendaciones para adaptarse a este cambio:

  • Adelantar adaptación: comenzar idealmente, una semana antes, a funcionar como si estuviese con el horario nuevo. Por ejemplo, si se cena a las 20.00 horas, hacerlo a las 19.00, y si se acuesta a las 22.00 horas, hacerlo una hora antes.
  • Separar cena y ejercicio de la hora de dormir: la última comida debería ser por lo menos una hora y media antes de acostarse. Lo mismo con el ejercicio, ya que el cuerpo queda activado por la liberación de adrenalina y catecolamina, lo que dificulta poder dormirse.
  • Ojo con las pantallas: Contacto con celulares, tablets y televisores, debe ser al menos una hora y media antes de acostarse, ya que la longitud de onda que emiten es similar a la del color azul, asociado a la de la luz día, y esta exposición acorta el tiempo efectivo de sueño; además de retrasar la liberación de melatonina, importante hormona reparadora del sueño y tejidos.
  • Favorecer ambiente: se recomiendan condiciones adecuadas de sueño, habitación oscura y ojalá sin ruido
  • Evitar cafeínicos: evadir la exposición al café y a los cafeínicos en general. Así como también en general, no consumir en las noches las bebidas azucaradas, chocolates y dulces.

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