Rodrigo Ubilla: "El gobierno ha justificado su inoperancia en materia de migración atacando"

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Ex subsecretario del Interior llama a que La Moneda legisle sobre la base del proyecto ingresado durante el gobierno de Sebastián Piñera. "La mejor forma de operar el cáncer de la discriminación y la xenofobia es con una política con reglas claras", dice.




Actual decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma y subsecretario del Interior durante el gobierno de Sebastián Piñera, Rodrigo Ubilla fue uno de los que lideró la elaboración de un proyecto de ley para modificar la normativa migratoria que se arrastra de 1975. En esta entrevista apunta a las similitudes que posee dicha iniciativa con los lineamientos generales que ha anunciado La Moneda y acusa que existe "celo político" al no querer trabajar, a su juicio, sobre la base de una propuesta firmada por el ex mandatario.

¿A qué apuntaba el proyecto de ley elaborado por el gobierno de Piñera, el cual no prosperó?

El "no prosperó" espero que no sea así y que la cordura vuelva a las autoridades del gobierno. El proyecto de ley que nosotros elaboramos tenía por objeto abordar todas las dimensiones de lo que son los procesos migratorios. Se funda no en una ley que tenga que ver sólo con los ingresos o egresos, sino que en un política migratoria, que es lo que le falta al país. Lo grave es que la normativa viene del año 75, donde el objetivo no sólo era cerrar fronteras, sino que expulsar gente. Se construyó sobre la base de la desconfianza.

En concreto, ¿qué proponía?

Uno de los principales planteamientos es sobre la base de que el extranjero es una persona bienvenida y que nuestra legislación tiene que adaptarse a esos principios. A esto se suma el tema de los derechos y también las obligaciones, para lo cual hicimos una revisión de los tratados internacionales. Además, agregamos otros elementos, como lo que tiene que ver con los chilenos en el extranjero, porque una política migratoria tiene que ver con las dos cosas. Otro eje son las categorías migratorias: amplía el tipo de visas que hoy día están disponibles, situación que también anuncia Rodrigo Sandoval (jefe de Extranjería) con gran pompa y bombos, y que está recogido en el proyecto de ley del 2013.

¿Cómo se leen, entonces, los anuncios de Sandoval, considerando que al menos en el papel hay varias similitudes entre la propuesta de Piñera y la que está elaborando el gobierno?

Me sorprende lo que anuncia. Él habla de una comisión migratoria, situación que está puesta en nuestro proyecto. Y habla de una nueva institucionalidad con mayor fortaleza, y eso mismo lo planteamos en el proyecto. Por lo tanto, hubiese sido más fácil avanzar en estos tres años. La pregunta es por qué, si dan a conocer tres ejes rectores de la nueva ley que ya estaban reconocidos en el proyecto de 2013, no se trabajó sobre la base de ese proyecto. Yo no estoy diciendo que todo lo que tiene ese proyecto es adecuado, pueden haber cambios. Pero es más razonable avanzar con indicaciones que haber perdido tres años. Hoy ya tendríamos una legislación consensuada. ¿Será que no le gusta al gobierno que el proyecto de ley tenga la firma del ex Presidente Piñera y ocho de sus ministros? Si eso es así, lo que está haciendo el gobierno es jugar con los derechos de más de 400 mil extranjeros que viven en Chile.

¿Ve una intención de no querer reconocer una política elaborada por un gobierno de centroderecha?

Aquí no sólo existe un celo político; hay un dogmatismo brutal. Se prefirió no reconocer el esfuerzo del gobierno del Presidente Piñera. Hay un tema de sectarismo político, no se quiso avanzar en un proyecto con la firma de Piñera.

El debate se ha centrado en políticas para restringir a los inmigrantes. ¿El proyecto de Piñera estaba destinado a endurecer las normas?

El proyecto tiene un equilibrio bastante claro. Lo que hicimos fue definir normas claras para situaciones extremas donde el Estado definiera que un extranjero salga del país. Hoy eso es muy ambiguo. Lo que digo es que el gobierno ha justificado su inoperancia en materia de migración atacando de manera ratona, diciendo que este proyecto restringe, expulsa, que aquí hay xenofobia. Eso es muy grave.

Piñera dijo que muchas bandas de delincuentes son de extranjeros y que no es conveniente importar males como el narcotráfico...

Yo leí la carta que el Presidente Piñera publicó en La Tercera, donde hace un enfoque completo del tema migratorio. Habla de los derechos y la igualdad. Él hace una afirmación dentro de ese contexto, y también la hace el gobierno que dice que el 2% de los inmigrantes son delincuentes. La diferencia es que uno le puso el porcentaje y el otro no. El gobierno trata de salir al paso para justificar su incapacidad a un costo humanos altísimo al no avanzar en el proyecto de 2013 y elaborar uno nuevo que, por lo que vemos, va a ser una copia. Voy a usar las mismas palabras que el subsecretario del Interior (Mahmud Aleuy): esto es un tema sensible, no lo politicemos. Yo podría decir lo mismo.

Más allá de lo que usted me dice, parlamentarios de Chile Vamos ya han presentado mociones que ponen el énfasis en restringir a los extranjeros...

Usted está equivocado. El sector político del cual yo participo no ha puesto el énfasis en las restricciones. Eso no es así. Lo que pasa es que hay un sector político, que es el gobierno, que quiere poner el énfasis ahí. El que no ha dado el ancho es el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, que no tuvo la humildad de reconocer que había un proyecto de ley maduro que se podía tramitar, que no fue capaz en tres años de definirse y presentar un proyecto. Presentarlo a menos a de un año de las elecciones presidenciales es lo mismo que decir que no hay ley.

¿El interés de cartas presidenciables, como el mismo Piñera o el senador Ossandón, tiene que ver con que esta materia puede transformarse en un tema de campaña y eventualmente sacar réditos políticos?

Esto no es atribuible a ningún candidato de nuestro sector. No tiene que ver con candidaturas, sino que con la ineficiencia de un gobierno al que no le importan los extranjeros que viven en Chile. La mejor forma de operar el cáncer de la discriminación y la xenofobia es con un política migratoria con reglas claras para todos.

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