Cómo se preparan EE.UU., Corea del Sur y Japón ante un posible ataque de Norcorea

KIM JONG UN

El Pentágono apuesta a sus sistemas THAAD y Aegis para su su defensa y la de sus aliados. Sin embargo, analistas expresan sus dudas sobre la eficacia de los interceptores de misiles.




Para el reconocido periodista norteamericano Mark Bowden, autor entre otros libros de "La Caída del Halcón Negro" (1999), "Matar a Pablo Escobar" (2001) y "The Finish: The Killing of Osama Bin Laden" (2012), "no hay buenas opciones" para tratar con Corea del Norte. Así lo afirma en el artículo de portada de la última edición de la revista The Atlantic, donde grafica así la gravedad de la amenaza que representa el régimen de Kim Jong Un: "Treinta minutos. Eso es aproximadamente el tiempo que le tomaría a un misil balístico intercontinental lanzado desde Corea del Norte llegar a Los Angeles". "¡No sucederá!", fue la respuesta que el Presidente Donald Trump dio, por Twitter, frente a esta posibilidad.

¿Pero qué poder de reacción tiene EE.UU. ante un eventual ataque norcoreano en su territorio continental? Tras la reciente prueba del misil balístico intercontinental norcoreano (ICBM), descrito como "nuevo, nunca antes visto", según datos de la inteligencia militar estadounidense, los expertos tienen opiniones divididas. "Deberíamos estar preocupados", dijo Philip E. Coyle III, ex director de la oficina de pruebas y evaluaciones del Pentágono, citado por The Associated Press. El éxito más reciente de Corea del Norte, señaló, "muestra que no tenemos el tiempo de nuestro lado".

En cambio, el capitán de la Marina y portavoz del Pentágono, Jeff Davis, asegura que el sistema defensivo de su país es efectivo. "Tenemos confianza en él. Por eso lo desarrollamos", señaló. Davis recordó la exitosa prueba realizada el mes pasado, en la que un misil interceptor lanzado desde Estados Unidos derribó un ICBM simulado procedente de Corea del Norte. No obstante, reconoció que anteriores pruebas de defensa con misiles mostraron "resultados dispares", según consigna Reuters.

Y esa es precisamente la debilidad a la que apuntan los expertos. El sistema nunca ha sido sometido a pruebas a fondo, ni mucho menos ha sido utilizado en combate. "El ritmo de la amenaza está avanzando con mayor rapidez de lo que pienso se evaluó cuando hicimos la primera revisión de la defensa contra misiles balísticos allá en 2010", declaró en junio ante una subcomisión de Servicios Armados del Senado, Rob Soofer, el adjunto al secretario de Defensa de EE.UU. y que está ayudando a revisar las defensas antimisiles.

El Pentágono, según AP, tiene un total de 36 interceptores de misiles en silos subterráneos en bases militares de Alaska y California, y que a fin de año sumarán 44. Estos interceptores, que pueden ser disparados al conocerse que un misil se dirige a EE.UU., viajan hacia su objetivo con coordenadas suministradas por radares y otros sensores electrónicos, y destruyen el blanco por la pura fuerza del impacto afuera de la atmósfera de la Tierra.

Pero la amenaza más inmediata frente a una eventual bravata de Kim Jong Un se cierne sobre Corea del Sur y Japón. Según el diario español El País, el régimen de Pyongyang ya contaría con el suficiente armamento nuclear para alcanzar a ambos países. Incluso en caso de un ataque convencional, Corea del Norte dispondría de 15.000 cañones y lanzaderas de cohetes en la frontera apuntando contra el vecino. Un cohete lanzado desde la frontera tardaría apenas 45 segundos en impactar en el centro de Seúl.

Frente a este escenario, EE.UU. apuesta al Sistema Terminal de Defensa de Area a Gran Altitud (THAAD) y el sistema de defensa de misiles Aegis como pilares fundamentales de su estrategia para contener la amenaza de Corea del Norte.

El THAAD, que nunca se ha probado en tiempo de guerra, fue instalado en Seongju, a unos 300 km. al sureste de Seúl. Una de las incógnitas es su respuesta en caso de que Pyongyang disparara varios cohetes al mismo tiempo, porque una vez que se lanzan los interceptores, el tiempo de recarga es de 30 minutos. Corea del Sur cuenta también con un sistema defensivo PAC-3, que utiliza interceptores Patriot y podría destruir los proyectiles enemigos a baja altitud. Además, opera destructores Aegis.

Japón, por su parte, ha respondido a la amenaza con seis grupos de misiles antiaéreos tierra-aire PAC-3 Patriot, así como cuatro destructores armados con misiles SM-3, de más largo alcance. Tokio también se plantea la instalación en tierra de un sistema antimisiles similar al Aegis del que ya está dotada su flota.

Sin embargo, no está claro si estos sistemas resultarían "completamente eficaces" para interceptar misiles de alcance intermedio "más grandes, más rápidos y de mayor vuelo", asevera el analista militar Sébastien Roblin en un reciente artículo para The National Interest. De hecho, el año pasado Pyongyang ya probó con éxito por primera vez el lanzamiento de un misil, el Pukguksong-1, desde un submarino, un logro clave que podría permitirle evadir el THAAD.

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