Sergio Cuevas comenzó a trabajar en Entretenimientos Diana en 1978. Nunca más se fue. Se siente como en su casa. En el taller de la empresa, en Independencia, alberga más de 200 máquinas de flipper, incluidas varias "joyitas" que prepara para ser exhibidas en el Museo Interactivo de Las Condes.

¿Cómo nace esta pasión por los flippers?

Desde chico que me gustaban mucho estás máquinas. Participaba de un grupo parroquial a las 4 de la tarde y llegaba dos horas antes para pasar a jugar. Tenía 12 años en ese entonces. Pasó el tiempo y por casualidad llegué a los Diana. Ofrecían un reemplazo de verano y lo tomé. Llevo casi 40 años en la empresa. El primer flipper se me adelantó por 30 años, o si no yo lo hubiera dejado mucho más bonito. Si hubiera nacido antes, hubiese sido mucho mejor la historia de los flippers (ríe).

¿Cuánto trabajo requiere uno de estos equipos?

Es relativo, ya que no todas las máquinas tienen el mismo proceso de desgaste. Depende el uso y tiempo de juego, por ahí pasa el proceso de mantención. Normalmente, tenemos funcionando las máquinas con repuestos originales y en caso de no conseguir la pieza en el extranjero, tenemos un grupo humano de trabajo que fabrica piezas también. El mantenimiento es permanente, en caso contrario no podrían verse las máquinas como están y funcionan hoy. Si hubiese habido descuidos, créame, no tendríamos estas máquinas en exposición.

Dice que todas las máquinas tienen la posibilidad de repararse, salvo contadas excepciones. "Para mí son como mis hijos, es una familia".

Sergio Cuevas ha vivido muchas historias y anécdotas en su larga trayectoria en el rubro. "En estos 40 años en los Diana tengo muchas historias. Desde niños que modificaban las máquinas para jugar toda la tarde, los fanáticos de Elvis que aparecen para todos los aniversarios o hasta una pareja, que recuerdo muy bien, se terminó casando gracias a una ficha adicional que les regalé".

Destaca desde un principio la calidad humana de su equipo de trabajo y de los dueños de la empresa. "Esta compañía es una gran familia, desde nosotros hasta los propios dueños y jefes, la familia Zúñiga. Don Ignacio, la señora Irma, don Sebastián, llegan acá y nos saludan por el nombre, somos todos amigos. El trato es muy amable".

¿Qué podrá ver el público este 16 de noviembre?

La gente va a poder ver la evolución que han tenido los flippers y la forma en la que Entretenimientos Diana ha podido conservarlos desde que llegaron a Chile.