Supercopa: un abrazo de máxima enemistad

Esteban Paredes, Cristián Álvarez

La UC y Colo Colo, protagonistas de las últimas peleas más sucias, se hermanan para el primer título. La ANFP arbitra el acto de conciliación con capitanes e históricos de ambos clubes. Justo Villar, desde Paraguay, desliza su decepción con el club albo por su salida.




En la cancha, rivales. De los duros. De los que cuesta enfrentar. De los que hasta se recurre a temas extrafutbolísticos para sacar ventajas. Fuera del pasto, amigos. De esos que incluso se les invita a la casa propia a compartir conocimientos. De esos con los que se dedican interminables parabienes. Es el sino de la relación que el último tiempo han forjado Colo Colo y Universidad Católica y que este domingo tendrá un nuevo capítulo en el Estadio Nacional, por la Supercopa de Chile.

De la amistad de Mario Salas con Pablo Guede. De las apuestas benéficas entre Esteban Paredes y Cristián Álvarez. Pero también de los episodios amargos entre Esteban Pavez y Diego Buonanotte. O del propio Comandante con Visogol. Todo suma para un duelo que en los números, desde que están en las bancas de la UC y el Cacique, domina ampliamente el entrenador de los albos. De cuatro jugados, Guede ha ganado tres. También hay un empate, el primero de los que disputaron estando en los grandes.

Las loas mutuas comenzaron ayer. Los gestos de fairplay también. Fue en la ANFP, donde se presentó oficialmente la quinta edición del trofeo, con Luis Mena e Ignacio Prieto presentes como embajadores insignes de ambas instituciones. Ahí, en medio de risas y fotos, los capitanes de cruzados y blancos apostaron 100 desayunos para una fundación a determinar más adelante. Si hasta Paredes, hasta ahí molesto con el periodismo por las filtraciones del ambiente que se vive en el camarín de Macul, bromeó: "El presidente Salah se pone con 100 más", soltó entre carcajadas. El Huaso le retrucó: "Apostemos tu auto". Más risas. Más relajo. Más amistad.

Atrás parecen haber quedado los duros últimos clásicos disputados entre ambas instituciones en el último tiempo. Como el del 6 de marzo de 2016. Ahí, Nicolás Castillo tuvo su día de furia: se refirió al recinto de los albos como "el vertedero", se encaró con una hincha e hizo gesto de ponerse una pinza en la nariz. O el del 23 de noviembre del mismo año, cuando el propio Buonanotte reconoció en los días posteriores al clásico que Pavez le había recordado en plena cancha un accidente automovilístico que protagonizó el transandino en diciembre de 2009 y donde perdieron la vida tres de sus amigos de la infancia. El tema escaló y en el propio reducto de Macul se molestaron con su jugador. "Se superaron límites", se comentó repetidamente en esa oportunidad. El último jugado en 2015 en Las Condes también terminó con escándalo, con Paredes haciendo el gesto de "segunda" con sus dedos.

Lejano también se ve el duelo jugado en el Monumental el 4 de marzo de este año. En esa oportunidad, el Cacique se fue al entretiempo ganando por 1-0. En el camino a los vestuarios, Salas le reclamó a los árbitros que Colo Colo tenía dos médicos en el banco, justo cuando el Tribunal recibía decenas de acusaciones de varios clubes por esa situación. Visogol escuchó la acusación de Salas y le lanzó que los albos ganarían igual el partido, con o sin médicos. El DT estudiantil perdió el control y se encaró con el delantero y otros jugadores albos hasta las puertas de los camarines. Al final, el Comandante fue expulsado y no pudo dirigir el segundo tiempo. Antes, su par colocolino, confeso admirador del Comandante, trató de bajar los ánimos en medio de la disputa: "Intenté calmarlo, le dije que se tranquilice, pero no pasó nada", dijo en esa oportunidad.

Y es que la relación de ambos técnicos es de respeto mutuo. De hecho, han compartido largas conversaciones para intercambiar miradas sobre el fútbol. No por nada justo antes de convertirse en el entrenador de Colo Colo y el mismo día que se sellaba la salida de José Luis Sierra del Monumental, el DT argentino llegó hasta San Carlos para presenciar un entrenamiento de la Católica. Todo, claro, con la venia de su amigo Mario Salas. Porque fuera de la cancha son eso pero adentro han dado señales de defender la camiseta a toda costa.

Y quizás a sabiendas de que han protagonizado altercados en los clásicos del último año y medio, ayer, con Arturo Salah como testigo, ambos capitanes pidieron a modo de súplica que las noticias sean sólo en torno a la pelota. "Que no haya vandalismo", pidió Paredes. "Ojalá sólo hablemos de fútbol", respondió Álvarez.

Justo en medio de ese ambiente conciliador, Justo Villar, aunque no quiso polemizar, sí dejó varias cosas en su presentación en Nacional de Paraguay y que salpican en Pedreros. "Sucedieron cosas que quizás no sea bueno hacerlas públicas, pero esas fueron las primeras conversaciones. Había hecho planes con mi familia de poder estar allí y de quedarme a terminar mi carrera en el club, pero no se dio", lanzó desde Asunción casi a la misma hora que en Quilín Paredes y Álvarez pactaban las paces y un clásico de guante blanco.

Por ahora, Colo Colo y Universidad Católica prometen ser amigos dentro y fuera de la cancha. Arturo Salah pidió pasillo de campeón. Ayer ninguno se comprometió a hacerlo. El domingo se sabrá.

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