Surrealista y violento: el mundo del cómic según Jodorowsky

imagen-casta

El cineasta y psicomago radicado en París tiene un prolífica trayectoria en las historietas. La reciente Los Hijos del Topo, secuela de su filme de 1971 y la reedición de La casta de los Metabarones traen a Chile una de sus facetas más celebradas en Europa.




En 1997 las relaciones entre el cineasta Alejandro Jodorowsky (1929) y Hollywood iban viento en popa. Los estudios Universal habían aprobado el traspaso al cine de uno de sus cómics insignes, La casta de los Metabarones, que sería dirigido por Alfonso Arau (Un paseo por la nubes), mientras que el actor Sean Penn se mostraba interesado en protagonizar Los Hijos del Topo, la continuación de esa película que en 1971 se volvió de culto, luego de ser estrenada en funciones de trasnoche en un único cine en Nueva York. Allí sería descubierta nada menos que por John Lennon, quien compraría los derechos para distribuirla por todo EEUU.

Según contaba Jodorowsky, la secuela de El Topo se rodaría en Canadá en junio de 1998; sin embargo, ninguno de los dos proyectos llegó a puerto. Aunque para ese entonces el chileno ya era una celebridad, elogiado por su multifacético genio creativo, era difícil que alguien se embarcara con seriedad en sus proyectos, y de hecho sus últimas películas, La danza de la realidad y Poesía sin fin (aún en cartelera en los cines locales), con las que regresó tras 23 años sin dirigir, las hizo con sus propios recursos y con ayuda de sus fans a través de crownfounding.

Mientras el cine muchas veces se le ha vuelto un camino pedregoso, el mismo Jodorowsky ha reconocido que es en el mundo de los cómics donde ha tenido las mayores satisfacciones, tanto artísticas como económicas. Esto, sobre todo en el mercado francés, donde se hizo reconocido por su obra El Incal junto al dibujante Moebius. "Alimenté a mis cinco hijos y gané mucho dinero. El cómic es un arte industrial, una carrera, un negocio y a la vez un arte maravilloso. En Francia el cómic se considera como algo cultural", dijo en un ocasión el chileno, quien lleva más de 40 años radicado en ese país.

Así, tras una década y más, Jodorowsky acaba de editar en cómic la primera de dos partes de su proyecto de secuela de El Topo. Con dibujos del mexicano José Ladrönn, Los hijos del Topo: 1-Caín ($14.000) continúa donde se quedó la película, con el protagonista quemándose a lo bonzo luego de haber acribillado a todo el pueblo en venganza por el asesinato de vagabundos y mutilados. Un héroe con atributos de santo despiadado, que ahora regresa para reunirse con sus hijos, Caín y Abel: el primero siguió los pasos violentos del padre; el segundo, su lado espiritual. Repleta de simbolismos, citas al cristianismo, el budismo, la cultura mexicana y con una alta dosis de surrealismo, el cómic ya está en librerías chilenas editado por Reservoir Books, que también está detrás de la compilación de lujo de La casta de los Metabarones ($20.000), con dibujos del español Juan Giménez. En ella, el también psicomago refleja su interés por la tragedia griega, narrando un épico relato de parricidio, incesto y mucha sangre, en clave ciencia ficción, a través de la leyenda de esta familia donde a los varones se les mutila el oído y el lóbulo cerebral derecho para sustituirlos por un órgano metálico y así hacerlos guerreros perfectos.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.