Un tanque sin fuego




Un delantero al que apodan Tanque posee ciertas características: es un tipo fornido, capaz de salir airoso entre complejos entramados defensivos, y con una alta producción frente al arco.

Con 36 años, Santiago Silva ha hecho todo eso para merecerlo. Su estilo impenetrable y su condición de jugador en constante batalla, ha sido su contribución al mote y su confirmación. Ha sido así en la mayoría de la más de 15 camisetas que ha vestido.

Hubo años mejores otros, sin duda. Colores a los que les sacó más brillo, lugares donde le costó más la adaptación que otros.

En Universidad Católica el uruguayo todavía no consigue llenar las estadísticas que vino a reemplazar, las de Nicolás Castillo.

Se esfuerza, se mete en la refriega con los zagueros y trata de encontrar los espacios para cumplir con su propósito. Pero no puede. Le cuesta. No encuentra su lugar ni los espacios.

Frente a Unión Española, alcanzó a propiciarse apenas una ocasión, la que Diego Sánchez le desvió con un fenomenal achique.

Poco para un atacante como Silva.

Lo que le ocurre al Tanque, se extiende también a su equipo, que parece tan distante de ese que hace nada era el mejor de todos por acá.

Si hace unos días, la vergonzosa eliminación copera de Unión abrió la discusión sobre la calidad del torneo nacional, con su triunfo ahora expone el nivel de su campeón, cuando el certamen ya se acerca a su tercera parte.

Este sistema de campeonato, no espera. Tiene muy poca paciencia. Y menos para con los jugadores y las escuadras llamadas a ser protagonistas. Las dudas aparecen pronto, lo mismo que los vientos de cambio. Hay mala memoria, además. Los títulos, los goles, las alegrías duran lo mínimo en el inconsciente.

La UC ocupa hoy los últimos puestos. Es muy probable que no le corresponda estar ahí y que, en algún momento, salga de ese lugares. Pero también es muy probable que, cuando lo logre, sea demasiado tarde.

El clásico ante Colo Colo de la próxima semana es clave para la Católica y para Silva, para saber si aún gastan fuerzas concentrándose en el torneo local o si ponen todas sus fichas en la Libertadores, en la que debutarán unos días después. Y esa última, nunca fue la idea.

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