¿Te harías cargo de mis hijos cuando yo no esté?

Un 78% de quienes respondieron una encuesta en LaTercera.com han hablado sobre el tema, y al 52% no le costó ponerse de acuerdo con su pareja sobre quién cuidaría a sus hijos si a ellos les pasara algo. Sólo<br>el 21% confiaría en sus hermanos.




A Catalina Segura le gusta ir a la playa con Máximo. Ella tiene 27 años, y él, uno y medio. Ver el mar y jugar en la arena es una costumbre que repiten tan seguido como pueden, un panorama especial de madre e hijo. Uno del que Catalina sabe que, cuando ella no esté, sus amigas se harán cargo. Lo han hablado. Y acordaron "hacer las cosas que a cada una le gustaría compartir con su hijo, desde viajar con ellos hasta ir al zoológico".

La idea, explica la mamá de 27 años, es mantener la presencia de la madre replicando esas pequeñas costumbres, lo que a ella le gustaría seguir haciendo cuando ya no esté. Y aunque suene a vaticinar catástrofes o a tentar al destino, pensar con quién dejarían a sus hijos en caso de que a ellos les pasara algo es una preocupación constante para los padres.

Tanto, que los hace pensar y hablar de la muerte, un tema tabú en nuestra cultura. Y lo incómodo no termina ahí: en la mayoría de los casos, hay que informarles a los hermanos -en teoría los mejores candidatos, por la cercanía sanguínea y de edad- que no son los elegidos.

A pesar de que parece conveniente -y casi mandatorio-, los tíos no son los candidatos favoritos para reemplazar a los padres en la crianza. Pero tampoco lo son los amigos.

A pesar de que Catalina confía en las suyas para que Máximo no se olvide del aire marino, siempre ha tenido claro que sería su mamá, Valeria, la que se haría cargo de su hijo. Al igual que el 46% de quienes respondieron una encuesta en LaTercera.com, que, entre cinco opciones disponibles, escogieron a sus padres como tutores.

ABUELOS-PADRES
"Mi mamá conoce todo de él, porque vive con nosotros. Y el amor que tiene Máximo hacia su abuelita es incondicional", dice Catalina. Por eso, y porque sabe cómo la crió a ella, siente que sería la mejor opción.

Aunque no era la única: tiene cuatro hermanos a los que, reconoce, no les pediría que se hicieran cargo de su hijo. Dos son muy chicas -tienen 10 y ocho años- y a los otros, una hermana de 21 y un hermano de 26, "los veo menos responsables que yo", explica. Principalmente, porque viven otra etapa: "No tienen hijos, viven solos y son más libres. Va por un tema de madurez, también".

El sicólogo Juan Pablo Westphal, de la Clínica Santa María, considera natural que los hermanos no sean la primera prioridad a la hora de escoger quién criaría a los hijos cuando uno no esté. Y que los amigos ocupen el segundo lugar en la encuesta online, con un 22,2%. "Los vínculos de afecto en los que uno desarrolla cariño a través del tiempo son gratuitos. No tienen nada que ver con la relación sanguínea".

Para él, las opciones más lógicas son los amigos de confianza y los padres, aunque estos últimos deben cumplir con un requisito: "Que hayan sabido mantener su rol paternal, no de amigos de los hijos". La relación entre padres e hijos, según Westphal, implica "roles de relativa incondicionalidad y relativa preocupación y exigencia".

Eso aseguraría que los abuelos asumieran un rol paternal con los nietos, en vez de "malcriarlos" -que suele ser su función cuando los padres están presentes.


FAMILIA CELOSA

Ni para el sicólogo ni para Catalina la diferencia de edad entre abuelos y nietos es un tema relevante. Para Westphal priman variables valóricas y de carácter, como el sentido de responsabilidad. Para la mamá de Máximo, en tanto, "es una cosa de amor. De afecto, de cariño, de querer a Máximo en su vida".

Para ninguno de los dos la estabilidad económica es un factor prioritario. "La plata llega y se va -dice Catalina-, y hay seguros de vida que se encargan de ciertos temas cuando uno se muere".

Al igual que el 80% de quienes respondieron la encuesta en LaTercera.com, la elección de Catalina respecto de la posible tutora de Máximo no coincide con quienes son sus padrinos de bautizo.

Aunque tampoco los descarta, si es que su madre no pudiera hacerse cargo. Tanto su prima Isidora como su mejor amigo, Reimundo, "son personas súper responsables".

Aunque ella tiene apenas 18 años, Catalina no duda de que cumple con el principal requisito para hacerse cargo, eventualmente, de Máximo: "Para ella es lo más importante que hay. Se preocupa mucho de él, lo saca a pasear y se lo ha presentado a todas sus amigas". Y también tiene otro punto a favor: "Es súper responsable y muy estudiosa, un ejemplo para mi hijo. Y eso me importa mucho".

La elección de personas que no sean las más cercanas sanguíneamente, según Westphal, "responde a este mundo en que nos comunicamos en muchos más planos. Hacerlo ahora es mucho más sencillo, antes uno  interactuaba más con la familia, porque era con quienes más se convivía. Pero ahora, el espectro de vínculos se ha ampliado".

Sin embargo, informar la decisión a los familiares a veces puede ser complicado. Por eso Catalina lo habla con mucho más soltura con sus amigas. "Ellas comprenden más, porque la familia a veces puede ser un poco celosa. Quieren un poco de protagonismo, ser más importante que el otro, y preguntan 'por qué a mí no y a ellos sí'".

Tras haber decidido con quién dejar a Máximo, el siguiente paso de Catalina en el tema es informárselo a él. Aunque aún no sabe cuál es la edad correcta para hacerlo. Sí tiene claro el momento adecuado: cuando él entienda lo que significa que alguien se muera.

Aparentemente una excepción, ya que, según Westphal, "el chileno es reactivo: actúa cuando las cosas ocurren. Y el tema de la muerte y su prevención casi no se habla, o se le baja el perfil".

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