El terrorismo ahora golpea a San Petersburgo

atentado metro San Petersburgo

Una explosión en un vagón del metro de esa ciudad rusa dejó al menos 11 muertos y más de 40 heridos. El Presidente Vladimir Putin, que se encontraba en San Petersburgo, señaló que se estaban investigando todas las hipótesis, aunque las autoridades locales apuntan a un acto terrorista.




El terrorismo volvió a golpear a Rusia. Esta vez con un artefacto explosivo en el Metro de San Petersburgo. Al menos 11 personas murieron y unas 45 personas quedaron heridas luego que a las 14.30 se produjera una explosión en el tercer vagón del tren subterráneo que se dirigía desde la estación Sennaya Ploshchad a Tekhnologicheskiy Institut, en pleno centro.

"El maquinista del tren actuó sensatamente en una situación complicada. La explosión ocurrió entre dos estaciones, pero él tomó la decisión absolutamente correcta de no parar el convoy hasta llegar a la estación", informó Svetlana Petrenko, portavoz del Comité de Instrucción. Eso, según la funcionaria, "permitió comenzar la evacuación inmediatamente y ayudar a los heridos".

El Metro de San Petersburgo es el décimo noveno con mayor afluencia de público y no había sido blanco de ataques en el pasado, a diferencia de Moscú. Según la corresponsal del diario El País en Moscú, Pilar Bonet, Sennaya Ploshchad es un importante centro de transbordo en el Metro de San Petersburgo, el cuarto de Europa después de Moscú, París y Londres, y también el más profundo de Rusia. La carga explosiva fue equivalente a 200-300 gramos de trotilo y estaba rodeada de elementos punzantes. La agencia oficial TASS informó que entre los muertos no se constató la existencia de turistas. Una situación que podría haber sido diferente en junio, cuando en el país se celebre la Copa de Confederaciones. Rusia también será sede del Mundial de fútbol en 2018.

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Mientras las alarmas se disparaban, otro artefacto explosivo casero fue desactivado una hora más tarde en la estación Ploshchad Vosstaniya, junto a la principal estación de trenes de la ciudad (Moskovskiy). Ese artefacto, que fue colocado dentro de un extintor, tenía una potencia de un kilogramo de trotilo, varias veces mayor que el que explotó, según fuentes oficiales consultadas por EFE.

El Comité de investigación ruso abrió dos indagatorias, una por "acto terrorista" y la otra por "producción de explosivos y bombas". Hasta anoche se desconocía al autor del atentado. Aunque fuentes oficiales informaron en un principio sobre un posible acto suicida, las autoridades buscaban a dos personas por colocar los dos artefactos explosivos en el Metro.

Según los medios rusos, las cámaras de seguridad del Metro captaron la imagen de uno de los supuestos ejecutores del atentado, un hombre de mediana edad con barba y gorro oscuro. Según testigos, citados por el canal RenTV, el autor del atentado lanzó una mochila con la carga explosiva al interior del tren antes de que se cerraran las puertas en la estación Sennaya Ploshchad.

El atentado ocurrió justo cuando el Presidente ruso Vladimir Putin se encontraba en San Petersburgo, su ciudad natal, en un foro de medios de comunicación organizado por su plataforma electoral. Allí se reunió con su homólogo bielorruso, Alexander Lukashenko. El mandatario habló con la prensa y señaló que se estaban investigando todas las hipótesis. "Todavía no se han averiguado las causas por eso es pronto para hablar de ellas, la investigación lo dirá, pero, evidentemente, siempre examinamos todas las posibilidades, desde el accidente al delito, en primer lugar de carácter terrorista", sostuvo.

Algunos políticos rusos consideraron que no es casual que el atentado coincidiera con la presencia en la ciudad del gobernante ruso, que ha instado en numerosas ocasiones a los países occidentales a forjar un frente común contra el terrorismo.

El corresponsal de la cadena BBC, Frank Gardner, señaló que las autoridades rusas han sido cautas antes de atribuir alguna responsabilidad por el atentado. "Es probable que los Servicios de Seguridad Federal (FSB) se concentren en dos posibles sospechosos, que no han sido confirmados. Primero, un grupo inspirado en el Estado Islámico por los ataques aéreos rusos en Siria. Y segundo, nacionalistas chechenos o incluso una combinación de los dos", señaló Gardner, que recuerda que los militantes chechenos y yihadistas extranjeros tienen registros de planear ataques contra el transporte en Rusia. Se estima que siete mil rusos han viajado a Siria para unirse a grupos extremistas y algunos de ellos han regresado al país.

Atacantes suicidas

Según diario londinense The Times, en julio pasado Alexander Bortnikov, director del FSB, advirtió que "la gran cantidad de militantes terroristas que regresan" a Rusia desde zonas de guerra en Siria, Afganistán e Irak era uno de los problemas más serios que enfrenta el país.

La amenaza sobre el país era latente después de que el Estado Islámico (EI) llamó a atacar Rusia a causa de la intervención de Moscú en apoyo a las fuerzas de Bashar al Asad en Siria, desde septiembre de 2015. De hecho, el FSB estaba monitoreando a más de 220 potenciales atacantes suicidas que podrían convertirse en "bombas vivientes".

Rusia ha sufrido en varias ocasiones ataques de este tipo. El 31 de octubre de 2015, un Airbus A321 de la compañía rusa Metrojet que iba desde el balneario egipcio de Sharm el Sheij hacia San Petersburgo se precipitó poco después del despegue. En ese ataque, reivindicado por el EI, murieron 224 personas. En 2013, dos ataques suicidas en Volgogrado dejaron 34 muertos pocas semanas antes del inicio de los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi (2014).

Pero el golpe terrorista más contundente ocurrió en Beslán, en 2004, cuando un comando checheno se tomó una escuela, provocando casi 400 muertos.

El ataque en San Petersburgo provocó la condena del Presidente norteamericano Donald Trump. "Una cosa terrible. (Está) pasando en todo el mundo. Absolutamente una cosa terrible", dijo antes de un almuerzo en la Casa Blanca.

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