"Tocar con Art Blakey fue como estar en una escuela de máxima calidad"

ponomarev

El trompetista ruso se presenta mañana a las 20:30 horas en el Teatro Nescafé de las Artes. Interpretará piezas de The Jazz Messengers y de su último disco junto a músicos nacionales.




La primera vez que Valery Ponomarev (Moscú, 1943) escuchó al trompetista Clifford Brown aún vivía en la Unión Soviética. Para él, la música sólo era jazz y no había mucha diferencia entre uno y otro. Sin embargo, admite que quedó cautivado por sus "sonidos increíbles, la precisión, la fuerza y las emociones que provenían de él".

En 1973, después de descubrir a Brown, Ponomarev se trasladó a Estados Unidos y se hizo parte de la escena musical neoyorquina. Rodeado de referentes como Sonny Rollins, Horace Silver o Art Farmer, se unió a The Jazz Messengers, el grupo liderado por el baterista Art Blakey en los años 70, donde, según él, vivió una de las experiencias "más maravillosas que alguien puede tener".

Mañana, a las 20.30 horas, Valery Ponomarev se presentará en el Teatro Nescafé de las Artes en compañía de los músicos chilenos Moncho Romero (teclado), Christian Gálvez (bajo) y Alejandro Espinosa (batería), con quien además dice tener una gran amistad. En formato de cuarteto, interpretarán un repertorio que va desde los clásicos de The Jazz Messengers hasta algunas piezas de su álbum más reciente, titulado Our father who Art Blakey. La presentación la organiza The Jazz Connection, un proyecto que vincula figuras del jazz internacional y que tuvo su primera versión en junio con el canadiense Dave Young.

Our father who Art Blakey se publicó en enero de este año y es un homenaje al baterista de The Jazz Messengers. Ponomarev destaca la experiencia obtenida durante su paso por la banda de Blakey y dice que esos años marcaron tanto su formación musical como humana. "Tocar con Art Blakey fue como estar en una escuela de máxima calidad; lo que aprendí, la sabiduría y el conocimiento, es invaluable", señala.

Uno de sus primeros héroes en la radio fue Clifford Brown, ¿por qué le gusta tanto?

"Su sonido es el jazz mismo. Se convirtió en mi héroe. Después descubrí que había otros músicos increíbles, pero Clifford Brown para mí es la mejor representación de la belleza en la música. Es el mayor héroe de la trompeta en el jazz y siempre he querido tocar como él… Desgraciadamente ya había muerto cuando llegué a EEUU y no lo pude conocer, pero me inspiró a practicar y a mejorar. Dediqué muchos años a estudiar su música y perfeccionar mi técnica para acercarme a su sonido."

A sus 73 años, Ponomarev ha visto pasar a distintas generaciones del jazz. Mira el pasado con algo de nostalgia y recuerda la pasión con la que él y sus compañeros compusieron y tocaron algunas de las piezas consideradas hoy en día como standards del jazz. "En Nueva York los jazzistas estaban, ¿cómo decirlo?, quemándose o cocinando, en el proceso de creación. Estaban evolucionando, desarrollándose. Había clubes que ofrecían de todo tipo de jazz y entonces uno iba y podía escuchar dixieland o swing; y luego ibas otro y escuchabas bebop, hardbop, free jazz, fusion, etc. Fui afortunado de asociarme con los mejores de la época y ser parte del proceso", recuerda.

En 1999, Valery Ponomarev participó de un encuentro de jazz organizado por la Radio Classica. Su conexión con Chile no es menor. Además de su amistad con el baterista Alejandro Espinosa, colaboró en el disco Cero (2002), de Christian Gálvez.

¿Cuáles son sus expectativas al regresar a Chile y tocar con estos músicos?

"He esperado mucho poder tocar con estos increíbles intérpretes. Creo que será una maravillosa experiencia, tanto como la primera vez que estuve aquí. Creo que incluso será mejor porque la primera vez que vas a un lugar no sabes qué esperar y ahora tengo altas expectativas… la ciudad, la música, la gente, la audiencia. Ahora voy más relajado."

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