Trump golpea la mesa en la antesala de sus primeros 100 días

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La drástica reducción de impuestos intenta paliar una serie de continuos reveses y fracasos en su política doméstica.




A dos días de que el Presidente Donald Trump celebre con un acto en Pennsylvania sus primeros 100 días en la Casa Blanca, hay consenso en que su mandato ha estado marcado por una serie de controversias, reveses judiciales, cambios de mensaje en política exterior e incluso lo acecha la sombra de un cierre del gobierno federal para la medianoche del viernes.

Es más, en estos tres turbulentos meses posee la menor aprobación de los últimos 11 mandatarios estadounidenses en este mismo período, un 42%. Por eso que el anuncio de ayer sobre la reforma tributaria es visto también como un golpe a la mesa de Trump.

El Presidente republicano se instaló en la Casa Blanca el 20 de enero con la promesa de que Estados Unidos estaría primero y que sería una "Presidencia diferente". Sin embargo, a poco andar tuvo uno de sus primeros fracasos. De hecho, el diario The New York Times calificó a los primeros 100 días "como los menos exitosos" desde que se inventara el concepto con Franklin D. Roosevelt (1933-1945). Así, de las 38 promesas específicas que hizo en su "contrato" con los votantes para estos primeros meses, ha cumplido sólo 10, la mayoría mediante decretos presidenciales que no requieren legislación.

A fines de enero emitió una orden ejecutiva que prohibía la entrada al país a los ciudadanos de siete países de mayoría musulmana (Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen). Además, prohibió la entrada a los refugiados por 120 días. La medida no sólo le valió duras críticas, sino que también provocó caos en los aeropuertos y mucha confusión. El mandatario conoció así que la Presidencia no le da poderes absolutos, porque su iniciativa fue bloqueada por jueces federales y pese a su apelación, esta fue rechazada. A comienzos de marzo, arremetió con una nueva versión de la orden migratoria, que excluía a Irak en la lista de países, pero ésta fue congelada por un tribunal de Hawai.

Además de este revés judicial, los primeros 100 días han estado marcados por las investigaciones del FBI y del Congreso respecto de si su campaña colaboró con los rusos para inclinar la balanza a su favor durante las elecciones del 8 de noviembre, algo que la agencia The Associated Press calificó de una "distracción permanente" de la que Trump no se ha referido.

Si durante la campaña fue ovacionado al señalar que revocaría la reforma al sistema de salud impulsada por Barack Obama, a los pocos días en el gobierno admitió: "Nadie pensaba que la salud médica sea un tema tan complicado". Y claramente ha sido extremadamente difícil, ya que con este tema conoció la técnica de obstrucción en el Congreso conocida como filibusterismo. Esto, porque a mediados de marzo sufrió uno de sus más grandes tropiezos, cuando le tuvo que pedir a su bancada en el Capitolio que retirara su proyecto de reforma del sistema público de salud, al constatar que no contaba con los votos necesarios para la aprobación.

Aunque ayer los miembros del ultraconservador Caucus de la Libertad, grupo que bloqueó la propuesta anterior, confirmaron que estaban de acuerdo con una enmienda que satisface sus demandas, abriendo la puerta a un nuevo debate en el Legislativo.

Otro revés lo vivió con el muro en la frontera con México, uno de sus grandes caballos de batalla. Durante la campaña dijo que serían los mismos mexicanos los que pagarían la construcción, algo que fue rechazado por el Presidente Enrique Peña Nieto, quien, además, suspendió una reunión en la Casa Blanca. Trump ha tenido que retroceder sobre este tema al reconocer que México pagará por el muro "con el tiempo".

En este sentido, esta semana decidió postergar la petición de que US$ 1.500 millones para la construcción del muro fueran incluidos en el presupuesto federal que se votará mañana. ¿La razón? Esto se explica porque la sombra de un cierre del gobierno federal volvió a acechar. Esto significa no sólo que ciertas oficinas no abren, sino que se suspende la recolección de basura, por ejemplo.

Es por eso que de concretarse, sería otro fracaso a su poder de negociación en el Congreso. Allí, si bien los republicanos son mayoría en el Senado (cuenta con 52 escaños) se necesitan 60 votos para que el presupuesto sea aprobado. Trump no cuenta con el respaldo de todos en su bancada. Sin embargo, además del retraso en el financiamiento del muro, el Presidente haría más concesiones para evitar el cierre del gobierno.

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