Trump prepara cambio de mando junto a productor de reality show

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El Presidente electo se reunió el martes con Mark Burnett, productor de The Apprentice, el programa que protagonizó el empresario. Según The New York Times, Burnett pretende que Trump se traslade en helicóptero a Washington y quiere un desfile en la Quinta Avenida.




El Presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, no suele pasar desapercibido. Hasta el momento vive en la Torre Trump de Manhattan, Nueva York, donde su penthouse tiene una puerta cubierta de diamantes, la mayoría del inmueble está bañado en oro y posee una fuente en su interior. Además de múltiples propiedades, el republicano posee un Boeing 757 avaluado en US$ 100 millones, el que utilizó durante su campaña y tres helicópteros. Tiene diversos autos, entre ellos un Mercedes Benz de US$ 455 mil.

La vida de Trump ha sido de lujos y, hasta el momento, le ha gustado remarcarlo. Es por eso que se estima que la ceremonia inaugural para cuando asuma como Presidente el 20 de enero, sea muy distinta a la de Barack Obama en 2009 y a la de los mandatarios recientes. Según el diario The New York Times, Trump tuvo una reunión con dos de sus viejos amigos, Mark Burnett y Thomas Barrack Jr., con los que discutió ideas para el cambio de mando.

Burnett es un empresario y hombre de espectáculos, conocido por producir el reality show que protagonizó el magnate y que lo llevó a ser aún más conocido, The Apprentice. De acuerdo a Burnett, podría haber un desfile en la Quinta Avenida de Nueva York y un viaje en helicóptero desde la Gran Manzana a Washington, lo que podría atraer la atención de millones de personas alrededor del mundo que están impacientes por observar cómo será la llegada del Presidente electo a la Casa Blanca.

Trump habría revelado la conversación que tuvo con los dos hombres durante un evento de recaudación de fondos para la transición, el miércoles. "Los detalles ofrecieron un breve resplandor de una inauguración extensa, llena del tipo de espectáculo por el cual Trump es famoso, que podría sacudir lo que se ha convertido un asunto (el cambio de mando) relativamente predecible para los presidentes", destacó el Times.

Sin embargo, de acuerdo a Barrack, -uno de los amigos más antiguos de Trump y quien ha sido su socio comercial durante muchos años-, la celebración será más pacífica y moderada, marcada por el estilo de Trump, pero simple. "Quiere que sea acerca de las personas", dijo Barrack en una entrevista, quien durante la campaña presidencial ayudó a recaudar US$ 32 millones para apoyar al republicano, apareció frecuentemente en televisión para hablar sobre él y dio un discurso en la Convención Republicana en julio. "Una inauguración es un tributo al pueblo ya la democracia, no a una persona", dijo Barrack.

De acuerdo a The Washington Post, para obtener los fondos para su toma de posesión en enero, el Presidente electo le ha solicitado a 25 amigos y simpatizantes que lideren su Comité Inaugural Presidencial. Es decir, que sean ellos los que planeen la mayoría de los eventos para la inauguración, como almuerzos, cenas, desfiles y bailes oficiales, lo que Trump pagará con donaciones privadas.

Entre ese círculo, ha recurrido a directores generales, magnates de casinos y financieros. Entre ellos, Sheldon Adelson, un multimillonario dueño de los casinos The Venetian y The Palazzo, ambos en Las Vegas, y su mujer. Además, dentro del grupo también están los empresarios Steve Wynn y Phil Ruffin. Del mundo corporativo, son miembros del comité el multimillonario petrolero Harold Hamm, el magnate Diane Hendricks y Joe Craft, entre otros.

La planificación de la ceremonia está en sus primeras etapas y el comité aún no ha anunciado la meta final de recaudación, aunque se estima que será entre US$ 65 millones a US$ 75 millones. Cuando Obama llegó a la Casa Blanca en 2009 recaudó US$ 53 millones de donaciones privadas, lo que fue un récord. Trump podría sobrepasarlo.

No obstante, las ambiciosas ideas de la celebración de la llegada del empresario a Washington se ven limitadas por la seguridad. Algunas de las exhibiciones más llamativas podrían ser imposibles de realizar ya que cada evento debe ser revisado por agencias para asegurar el traspaso de poder, incluyendo el Servicio Secreto, señala el Times. De acuerdo a Barrack, la idea que se discutió de abrir la Casa Blanca a los visitantes como lo hizo el Presidente Andrew Jackson en 1829, es poco realista. No obstante, se esperan más de 300 personas para el 20 de enero.

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