Una cita con Duchamp: 17 artistas convierten objetos en obras de arte

La muestra Encontrado-elegido replica el ejercicio del artista francés que en los años 20 fue pionero del arte conceptual.




Fue un gesto simple y visionario que cambió por completo el rumbo del arte. En 1917, Marcel Duchamp decidió poner a prueba el progresismo de la recién formada Sociedad de Artistas Independientes, enviando  al Salón de Arte su última obra, La fuente: un urinario comprado en una tienda de artículos de baño, que invirtió y firmó con el seudónimo de R. Mutt. Aunque el artista ya había experimentado antes con otros readymades, como bautizó a estos objetos cotidianos que transformó en piezas de arte al sacarlos de contexto, el urinario causó tal revuelo  que fue sacado de la muestra. De todas formas, se convirtió en un ícono de las nuevas vanguardias artísticas.

Cien años después, la discusión sobre los límites del arte iniciada por Duchamp aún no se diluye. A Chile, la tendencia artística llegó recién en los 50 con el grupo Signo, liderado por el pintor José Balmes, quien intervenía sus cuadros con trozos de ropa, cuerda y madera. Hoy es normal que los artistas  intervengan los formatos tradicionales y experimenten con todo tipo de materiales. Muchas veces el público aún se desconcierta.

Esa es la tesis del artista y curador Carlos Montes de Oca, quien reúne obras objeto  de 17 autores locales en la muestra Encontrado-elegido, hasta el 23 de agosto en la Sala de Arte Las Condes. "El público chileno está acostumbrado a ver pinturas y formatos más tradicionales y no le gusta mucho este tipo de arte, porque siente que no entiende a la primera. Me gusta darle espacio a este tipo de creación más experimental", dice Montes de Oca.

La exposición cruza generaciones y funciona como un acotado  muestrario de la producción local de los últimos años. De más larga trayectoria está Antonio Becerro, quien se apropia de la imagen del perro callejero y exhibe una de sus esculturas caninas que ya mostró en el Museo de Bellas Artes; o Víctor Hugo Bravo, quien muestra un  volumen  construido con herramientas de construcción como serruchos, palas y martillos, donde cada elemento pierde su identidad. Entre los más jóvenes está Fabiola Hernández, quien exhibe un "tapiz" formado por tijeras y Karen Pazán, quien trabaja lo femenino con teteras que se transfiguran en cuerpos. "Hay una insistencia de estos artistas en usar el objeto como elemento poético y político. Algunos los rescatan como restos, otros como concepto que rearticulan para crear un objeto nuevo", resume el curador.

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