Acoso sexual: Una manifestación de la violencia de género

AgenciaUno


El movimiento feminista ha puesto en evidencia la desigual distribución de poder en las relaciones entre hombre-mujer, que nos ha significado sufrir discriminación y vulnerabilidad ante la violencia física y sexual que implica dicho trasfondo. A pesar de los avances culturales y sociales, y que la mujer se ha insertado a la par en diversos espacios, como liderar las dos más altas magistraturas del país, Chile mantiene un sistema patriarcal, que se expresa en la desigualdad de sueldos, la ausencia de mujeres en la dirección de empresas y el sometimiento de la mujer a las decisiones del hombre, entre otros.

El movimiento ha puesto en la palestra la existencia de dichas asimetrías. Estas son una rebelión ante el acoso que han sufrido estudiantes de parte de sus profesores, pero la cual abarca diversas temáticas criticando la cultura machista que aún se mantiene.

Además, las universidades no han podido ir en defensa de las estudiantes, ya que los plazos son largos, vulnerando el derecho a una justicia en un plazo razonable. Junto a esto, la relación jerárquica entre profesor-estudiante no permite que la denuncia se lleve en igualdad de condiciones. Por último, no se han logrado establecer protocolos adecuados, para lo cual hemos presentado una moción para que la misma sea requisito para su acreditación.

En el primer mes el gobierno había dado una pésima señal con el cambio de protocolo de objeción de conciencia. Hoy propone una agenda que puede ayudar en el problema, pero que continúa en deuda con temas de fondo, como la necesidad de una educación no sexista y garantizar nuestros derechos sexuales y reproductivos.

En mi rol de senadora, me enfocaré en poder abordar dichas demandas, donde estimo necesario abordar el acoso sexual en sus distintas esferas.

En primer lugar, en el contexto estudiantil, si la institución de educación no es capaz de dar una respuesta, debemos plantear que el conocimiento de estos hechos sean sancionados por un órgano imparcial, fuera de la universidad, que otorgue medidas cautelares que aseguren la protección de la víctima, que cuente con un abogado defensor, con plazos de investigación perentorios y sanciones de acuerdo a la gravedad.

Por otra parte, el acoso sexual laboral debe ser modificado, debiendo ser ampliada a una nueva realidad, ya que al hablar de requerimientos sexuales "indebidos", da un margen de interpretación al juez que puede realizarse desde una cultura machista.

Además, debemos realizar una revisión de las mallas curriculares de los colegios y universidades, ya que mantienen la reproducción de las desigualdades de género.

Sabemos que las leyes no permiten de por sí cambiar un sistema de dominación imperante por siglos, pero es clave impulsar una agenda que otorgue un mayor resguardo frente a la violencia que vivimos diariamente.

Las estudiantes han irrumpido en la escena nacional contra una temática de larga data, que resulta un lastre histórico. Espero que estas nuevas demandas se instalen permanentemente en nuestro país y permitan la toma de conciencia definitiva en nuestra sociedad de los derechos de las mujeres de Chile.

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