Azúcar y canela hacen la vida buena



Hay varios otros refranes populares que incluyen azúcar. Como "con azúcar y miel, hasta los caracoles saben bien" o "también el azúcar puede descomponer un postre". Lo anterior, a propósito de una carta de la lectora Paula Santelices, que dice: "En una página de Pulso de La Tercera leí: 'La azúcar refinada varía en precio, pero cuando de mercados de materias primas se trata, el azúcar cruda es la reina (...)'. ¿La azúcar? A mí me suena mal, pero usar los dos artículos en una misma frase me parece como mucho".

Cierto, molesta en la lectura. Pero, azúcar es un sustantivo de género ambiguo, que se puede emplear como masculino o femenino -el azúcar o la azúcar- aunque por lo general se emplea el género masculino. La fundación del Español Urgente nos entrega asistencia: si azúcar no va junto a un adjetivo, se emplea mayoritariamente el género masculino. Por ejemplo, "los peligros del azúcar...". Mientras que si lleva un adjetivo, predomina el femenino, como "añadir cien gramos de azúcar en polvo...". Pero, claro, emplear los dos artículos en una misma frase, confunde.

Zapatos nuevos...

"A menudo encuentro la palabra 'gobernanza' en las páginas de Finanzas de La Tercera y ahora también en Pulso. ¿Tiene más encanto decir gobernanza en lugar de gobernabilidad?", pregunta el lector Mauro Holguín.

Gobernabilidad es la acción y el efecto de gobernar o gobernarse. Entre otras definiciones, se acepta que gobernabilidad es la capacidad técnica y política con la que cuenta el Estado para solucionar las demandas. Por ejemplo, "esa solución no parece la más prudente para la gobernabilidad del país".

Gobernanza, en cambio, son "las interacciones y acuerdos entre gobernantes y gobernados, para generar oportunidades y solucionar los problemas de los ciudadanos, y para construir las instituciones y normas necesarias para generar esos cambios".

En foros globales -tanto en el Banco Mundial como en el Fondo Monetario Internacional y en la Comunidad Europea- se emplea con frecuencia el término gobernanza, palabra que figura en el diccionario académico desde 2001, como traducción oficial del anglicismo "governance".

La Academia de la Lengua (RAE) acogió la voz gobernanza como "arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía". Tal vez para facilitar las cosas, la fundación del Español Urgente indica que la gobernanza, puesta en otras palabras, es algo así como "una forma de gobernar, que promueve un nuevo modo de gestión de los asuntos públicos".

Pero, no hay que buscar muchas diferencias entre los términos, porque finalmente son sinónimos de uso indistinto. "A la acción de gobernar un pueblo (o una nave, una economía o una casa) puedo llamarla gobernanza, gobierno, gobernación o gobernabilidad, como me venga en gana", escribió en un artículo Francisco García Pérez, doctor en filología, escritor español y catedrático de Lengua y Literatura. Y, sobre el término gobernanza, agrega: "los políticos o economistas tienen un nuevo juguete que ya no se les cae de la lengua, como niños con zapatos nuevos"...

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