Concretar la Agenda Mujer

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Las principales medidas de la Agenda Mujer del Presidente Piñera fueron, en materia laboral, el derecho a sala cuna universal para los hijos de madres trabajadoras y de padres que tengan el cuidado; la necesidad de fortalecer la adaptabilidad laboral y la reforma a la sociedad conyugal.

Tenemos más o menos claro cómo se reformará la sociedad conyugal y se potenciará la adaptabilidad laboral. Respecto del régimen matrimonial, se ha puesto urgencia a un muy buen proyecto de ley presentado el año 2011 que faculta a la mujer casada en sociedad conyugal para administrar la sociedad y sus bienes propios, generando igualdad de condiciones respecto del marido, el cual hoy es el jefe de la sociedad y el exclusivo administrador de la misma y de los bienes propios de la mujer.

Respecto de la adaptabilidad laboral, el programa de gobierno comprende extender a los contratos individuales de trabajo los pactos de adaptabilidad para trabajadores con responsabilidades familiares, aplicables a jóvenes estudiantes, personas que sufren discapacidad y de la tercera edad. Estos acuerdos son un efectivo e innovador instrumento que consagra -actualmente en empresas con 30% o más de afiliación sindical- la posibilidad de solicitar trabajar en la casa u otro lugar acordado en ciertos períodos y hacer adecuaciones a la jornada de trabajo.

A su vez, el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, está elaborando el proyecto de ley que regula y promueve el trabajo a distancia, para impulsar el empleo formal a través de condiciones de trabajo que se adecúen de mejor manera a las necesidades de las personas.

Es en sala cuna universal donde quedan dudas: ¿para cuántos niños y hasta qué edad será la cobertura? ¿Beneficiará también a las madres independientes? ¿Será sólo para los padres que tienen el cuidado personal o tuición? ¿Cómo se financiará?

En cuanto a la cobertura, ojalá se haga un esfuerzo por abarcar la etapa parvularia hasta los tres años y que el derecho sea para padres y madres trabajadores, comprendiendo la corresponsabilidad parental.

En cuanto al financiamiento de sala cuna, creemos que el principio intransable es la formalidad laboral. Indeseable sería encarecer y desincentivar la contratación traspasando a las organizaciones el costo, especialmente por las micro, pequeñas y medianas empresas. Es entonces el Estado en primer lugar quien lo debiese asumir a través de un subsidio estatal.

Una gran herramienta de Chile para crecer y mejorar la vida de las personas es la promoción del empleo femenino: si 200 mil mujeres se incorporaran al mundo del trabajo, el PIB aumentaría en 0,69% y la recaudación fiscal anual, en US$ 645 millones.

La clave entonces para sacar adelante el proyecto de sala cuna universal está en entenderlo no como un costo, sino como una inversión para nuestro país que genera múltiples valores al ser fuente de empleo, de crecimiento económico y de recaudación fiscal.

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