Elecciones en Venezuela



SEÑOR DIRECTOR

El gobierno de Nicolás Maduro anunció que las elecciones previstas para abril se retrasarían al 20 de mayo, producto de lo que sería un acuerdo de garantías electorales, solicitado por un sector de la oposición. Esto podría considerarse un avance en el diálogo democrático de Venezuela; sin embargo, la situación es bastante más compleja y de final incierto.

La oposición, en términos generales, se ha restado del proceso electoral convocado por el gobierno. En efecto, la Mesa de Unidad Democrática (MUD), el gran pacto político contra el régimen, estima que no están dadas las condiciones para una elección verdaderamente libre y competitiva: para ello exige la existencia de un nuevo Consejo Nacional Electoral, así como también el fin de la proscripción a ciertos líderes y partidos para que puedan participar en el proceso electoral, que de cumplirse sin duda destrabaría el problema. La OEA, sistemáticamente, ha seguido esta misma tesis, emplazando al gobierno de Venezuela a la postergación de las elecciones, porque no están las garantías para "la realización de elecciones democráticas, transparentes y creíbles de conformidad con las normas internacionales".

A esta altura, comenzando marzo, es difícil predecir cómo seguirá el proceso político y electoral venezolano. Muchos sectores se muestran desalentados y las elecciones, que en otro momento eran esperadas como una tabla de salvación, hoy son consideradas una trampa que difícilmente resolverá los problemas de la sociedad. Entretanto, siguen esperando una salida pacífica y democrática a la crisis política, que evite nuevos enfrentamientos y muertes como las ocurridas hace un año.

Alejandro San Francisco

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