Elevar los estándares del debate público



Por estos días se ha producido una intensa polémica por la adquisición de un televisor de grandes dimensiones -con un costo superior a $ 8 millones-, cuyo destino es el Palacio Presidencial de Cerro Castillo. Se ha hecho ver que el valor del aparato resultaría incompatible con la política de austeridad a la que ha convocado el actual gobierno. La autoridad ha defendido esta compra, señalando que las características técnicas permiten sostener conferencias múltiples, generando un ahorro de costos.

Aun cuando es valioso que la sociedad esté más alerta sobre cómo se utilizan los fondos públicos, las fuertes descalificaciones que se han escuchado por estos días, y la excesiva amplificación del caso -llevado a un nivel de escándalo- terminan por desplazar del debate los temas más acuciantes del país, para concentrarse en asuntos que, aunque de gusto de las "redes sociales", no aportan mayores luces para efectos de elevar la calidad de la discusión pública.

No parece razonable que la compra de un televisor termine siendo igualmente relevante desde un punto de vista mediático que el debate sobre los protocolos de abusos sexuales, las medidas que requiere el país para reactivar la economía o la precaria situación de los hogares de menores y las cárceles del país, solo por mencionar algunos hechos que esta semana también han hecho noticia.

La austeridad fiscal y el correcto uso de los fondos públicos, dada su alta relevancia para el país, requiere una mirada más elevada, que aborde el problema desde una perspectiva global.

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