Hacia un destino común



Por Mercedes Ducci, presidenta de ComunidadMujer

Cuando se supo de los lamentables eventos del viernes pasado en el Puente Pío Nono, la reacción visceral no se hizo esperar. Unos no dudaron que el carabinero había arrojado voluntariamente al joven al lecho del río. Otros decidieron que el adolescente se había puesto en peligro y era responsable de su caída. Los videos desde varios ángulos que se publicaron esa misma noche no variaron el sentimiento de quien los vio con una opinión ya asumida.

Algunos clamaron venganza. También la fiscal Ximena Chong, a cargo del caso, sufrió la violencia de las redes sociales, al punto que la Asociación de Fiscales decidió emitir una declaración respaldándola y haciendo hincapié en lo clave de la independencia de la justicia. Los impactantes y dolorosos sucesos removieron, nuevamente, la profunda desconfianza y antagonismo que nos divide, y no solo respecto del actuar de la policía.

Una vez más, estamos en octubre. A días de conmemorar el inicio del estallido social y a dos semanas de un trascendental plebiscito. A pesar de las divisiones, lo que estamos decidiendo es un destino común. Y lo que nos va a sostener como democracia es que haya una unidad, a pesar de la diversidad, y que sea posible reconocer como norte el bien común. Estamos necesitados de un mundo político con mayor altura de miras y alejado de la polarización.

Se le ha llamado “amistad cívica” a esa condición que permite a personas que no son cercanas y que pueden tener grandes diferencias, pensar un mundo compartido. Se ve al otro/a como amigo/a -y no como enemigo- no porque se lo haya elegido, sino porque se comparte un destino común. Y es de interés de todos y todas contribuir a que el diálogo sea honesto y constructivo, porque se supone que, así se construyen las respuestas. No significa evitar la disputa ni menos tratar solo con personas con las que no se entra en conflicto.

El espacio público es, necesariamente, diverso y plural. Pero lo que es más común hoy, en tiempos de redes sociales, es relacionarse con los que piensan igual y acrecentar el rechazo, la desconfianza y, a menudo, el hostigamiento hacia los que piensan distinto. Eso va produciendo una mayor polarización y un debilitamiento creciente de las instituciones y de la democracia.

En sus inicios, ComunidadMujer llevó adelante la causa de la amistad cívica, y hoy nos parece más necesario que nunca buscar activamente esos valores compartidos que hagan posible la vida en común. Reencontrarnos en esa voluntad de construir un destino juntos/as, a pesar de las diferencias. Legitimar una opinión distinta, respetar para los y las demás los derechos que exigimos para nosotros y aceptar los deberes que conllevan esos derechos, es un primer paso para atravesar, con confianza, los tiempos de cambio.

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