Indispensable reforma al sistema notarial



La reforma al sistema notarial y registral chileno forma parte de un amplio abanico de iniciativas que el Estado chileno debiera emprender, con mucha convicción, para fomentar la competencia y aumentar la productividad. Un enfoque adecuado debiera considerar poner a los usuarios por delante, facilitándoles el acceso a estos servicios, disminuyendo los costos de transacción asociados y simplificando el quehacer de los emprendedores y personas. Replantear el actual sistema de ministros de fe pública para eliminar las barreras de entrada al mercado; elevar los estándares de transparencia; dar cabida a los avances tecnológicos; optimizar la calidad del servicio y perfeccionar el mecanismo actual de fiscalización, constituirían avances significativos.

De acuerdo con el estudio preliminar de mercado sobre notarios que recientemente publicó la Fiscalía Nacional Económica, existe un alto número de trámites que, por exigencia legal, reglamentaria o de otro orden, requieren de la intervención notarial. Respecto de muchos de esos trámites bien vale la pena preguntarse cuán necesaria es la intervención de un ministro de fe, que sea abogado, y cuánto de esa actuación realmente agrega valor en términos de proveer certeza jurídica. Probablemente la respuesta será que, en algunos casos, dada la complejidad o la fe pública comprometida, esa intervención será requerida y que la actuación y preparación legal del notario suma valor en términos de confianza jurídica, y en otros la respuesta será que no. Este análisis es de la mayor relevancia toda vez que hoy existe un importante número de actuaciones que deben someterse al escrutinio de un notario (o del funcionario del mesón de la notaría), sin que su intervención se encuentre necesariamente justificada. Ello se traduce en ineficiencias para el sistema en general y en costos para las personas y empresarios que pasan buena parte de su vida en una notaría.

Por su parte, abrir el mercado para que otros actores puedan realizar actuaciones o certificaciones en que no se aprecia la necesidad de intervención de un notario debiera ser un camino a explorar, al tiempo de aumentar la oferta de notarías respecto de aquellos trámites en los que sí deban continuar actuando los notarios. Ello facilitaría el acceso y produciría un efecto positivo en los precios y en la calidad del servicio. Incorporar, asimismo, portales electrónicos previamente licitados y operados bajo un sistema con claves de usuario, en los que pudieran realizarse buena parte de las operaciones y transacciones, bajo firma electrónica avanzada, sería un avance en términos de eficiencia y serviría para remover en parte los obstáculos hoy presentes para la generación de nuevos negocios y el tráfico jurídico en general.

Muchas iniciativas se han promovido para hacerse cargo de algunos o todos estos elementos, sin que ninguna haya tenido éxito. En este sentido, quien lidere la propuesta de reforma deberá considerar cierto grado de pragmatismo a fin de que sea exitosa en todas o en a lo menos algunas de estas materias. Asimismo, en sus aspectos más estructurales, ella debiera contemplar una adecuada gradualidad en su implementación.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.