Movimiento feminista



SEÑOR DIRECTOR

Las crítica a las formas en que se manifiesta la emancipación feminista, y particularmente las protestas, no entienden nada. Como todo fenómeno de masa, tiene algo de catarsis alienada; no obstante, reducir a ello este levantamiento es miope y violento. Las demandas específicas pueden formalizarse en una larga lista: desigualdad económica, educación sexista, discriminación, abusos de poder, violencia sexual, acoso laboral, instituciones con funcionamiento machista, naturalización de prácticas patriarcales, etc.

Existe una ancestral sensación de abusos y malos tratos que, al explotar, adquieren un lenguaje hostil y formas primitivas de protesta; el modelo de una olla a presión que estalla luego de un largo tiempo de acumulación de frustraciones silenciadas y reprimidas. Esto es comprensible e incluso necesario para un posterior momento más elaborativo.

Confundir o reducir el feminismo al "odio al hombre" es lo mismo que confundir a una persona con su síntoma. Por favor, altura de miras, apertura a escuchar. Apliquemos afectividad e inteligencia para que las protestas deriven en transformaciones para Chile, que en muchos ámbitos vive aún en la Edad Media.

El principal acto revolucionario es ante el propio machismo internalizado a un nivel tan íntimo que guía nuestras prácticas desde lo inconsciente. Esto aplica tanto para hombres como para mujeres.

Rodrigo Aguilera Hunt

Psicólogo clínico PUC

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