Nueva señal de intolerancia



El Centro Cultural Playa Ancha -ubicando en la ciudad de Valparaíso- llevó a cabo su tradicional "quema de Judas", y en esta ocasión eligió como símbolo a José Antonio Kast. Sus organizadores explicaron que fue escogido por "su intolerancia, la xenofobia; su discurso violento y agresivo con las minorías".

La irresponsable acción de este "centro cultural" -así como de quienes consintieron en participar de esta actividad- es una señal más de que el discurso del odio está permeando en el país, lamentablemente muchas veces de la mano de personas o entidades que se dicen defensores de los derechos humanos. En la medida que se naturalice la idea de que es lícito -o incluso que pueda ser calificado como un acto "cultural"- violentar a una persona por el solo hecho de manifestar creencias u opiniones que no son del agrado de ciertos grupos, las bases mismas de nuestra convivencia se resienten. La total falta de criterio de este centro cultural -que irónicamente declara como su misión "el derecho a la paz, justicia y dignidad de los pueblos"- cobra aún más gravedad considerando que hace solo unos días Kast había sido agredido violentamente, lo que produjo consternación, pero cuyas consecuencias aún no parecen bien aquilatadas por todos.

La sociedad debe reaccionar enérgicamente ante este tipo de agresiones y defender el derecho que todas las personas tienen a manifestarse, sin ser amedrentadas. Mientras no exista un doble estándar para condenar estos hechos, se habrá dado un paso en favor de la convivencia democrática y la tolerancia.

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