El perdón de los obispos
SEÑOR DIRECTOR
Rostros planos y sonrisas vacías vi junto a las declaraciones de los obispos pidiendo perdón por los abusos cometidos contra su iglesia. Palabras complacientes, sin emoción. Cuando intentan explicarse, se introducen en una madeja de excusas para esconder mentiras. La desazón, aparentemente, ha desaparecido de su vocabulario al mantener una extravagante percepción de sí mismos.
Pedro I. Bustos Beck
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