A propósito del feminismo

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Jordan B. Peterson es un psicólogo clínico, crítico cultural, profesor de psicología y activista político​ canadiense que se ha hecho bastante conocido a nivel internacional. Actualmente tiene casi 880.000 suscriptores en su canal de Youtube y es declarado por distintos medios como una figura de culto entre los "millennials". Peterson basa su discurso político –entre otras cosas– en una crítica a la izquierda feminista. Plantea que las feministas "sepultan la biología bajo su ideología" y que la idea de jerarquía, tema bastante cuestionado por el feminismo, no es una construcción social, sino que se ampara en la Biología Evolutiva y la neurociencia. Estas interesantes posiciones suelen ser utilizadas como argumentaciones en contra de los movimientos feministas.

Aunque no comparto su pensamiento, no deja de ser interesante algo que plantea en una entrevista realizada por el medio español El Mundo, que tiene que ver con una brecha existente entre el discurso de las élites feministas, relacionadas al mundo de la política y el arte, en comparación con las mujeres que no pertenecen a dichas élites.

Similar cuestionamiento, aunque a partir de una vereda distinta, se realizó desde el movimiento feminista hace bastantes años. Bell Hooks, escritora y activista describió, en su libro El feminismo es para todo el mundo (Nueva York, South End Press, 2000), ciertas diferencias entre las feministas blancas y de las élites con mujeres de otras clases sociales, en un tema que ha sido ampliamente abordado.

En el contexto actual, es necesario que reflexionemos al respecto: ¿Es la demanda por la igualdad de género sentida por gran parte de la ciudadanía? ¿Está siendo efectivo el discurso feminista, en términos de masividad y profundidad? ¿Cuáles son aquellos sectores que actualmente reconocen la necesidad de terminar con el abuso de todo tipo hacia la mujer?

Durante enero y febrero acontecieron dos hechos que demuestran, en cierta medida, lo necesario que es acercar el movimiento feminista a la ciudadanía no representada en la élite universitaria. El primero tiene que ver con la cancelación del concurso "Miss Reef" en Chile, después de 15 años, tema que se discutió incluso en los matinales más vistos de la televisión. La razón de la suspensión: "un cambio en la estrategia comercial a nivel mundial y una preocupación en torno a la violencia de género", como expresó la jefa de marketing de la marca. El segundo fue la presentación del humorista Bombo Fica en el Festival de Viña del Mar. En ella se refería, entre otras cosas, a una situación de acoso hacia una mujer extranjera mientras el personaje realizaba un trámite. El humorista recibió dos gaviotas por la rutina. Ambos hechos fueron ampliamente discutidos y difundidos por canales de televisión abierta, que llegan a un número significativo de televidentes en cada emisión. En ambos casos, la crítica desde el feminismo fue desmerecida por "exagerada".

Los casos generaron controversias que reflejaron lo importante que es eliminar esas diferentes percepciones. Pese a lo importante que han sido avances como las campañas comunicacionales en contra de la violencia hacia la mujer, entre otras iniciativas impulsadas por organizaciones de mujeres, se hace urgente poner el foco en la multidimensionalidad del movimiento y las demandas que permitan no solo a que se reconozcan y se respeten nuestros derechos, sino que se genere un cambio cultural profundo, transversal y que sobrepase a la élite intelectual.

El Día Internacional de la Mujer Trabajadora se conmemora este 8 de marzo en 115 países a nivel mundial, incluyendo Chile. Uno de los desafíos que existe para el movimiento feminista es avanzar hacia uno que evidencie los distintos aspectos de la identidad que componen las desigualdades de género, es decir, avanzar hacia un feminismo sin brechas.

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