Protección a la Infancia y Comunidad

niños


Si algo caracteriza a las organizaciones sociales es la capacidad de estar en la frontera en que la institucionalidad del Estado suele no estar o llegar tarde. Adicionalmente un grupo de ellas junto con dar cobertura se atreven a innovar y contribuir a mejorar la calidad de sus  intervenciones. La  sostenibilidad de los procesos en el territorio va de la mano con los espacios de participación de la sociedad organizada. Por esto que es clave que si queremos levantar una red de protección a la infancia, una red que llegue a la infancia más vulnerada, en los márgenes donde el  Estado ni siquiera se aproxima, no puede bajo ninguna circunstancia hacerse ajena a estas organizaciones.

El tema no es menor, porque en la impronta que marca la democracia representativa y la direccionalidad del poder central, suele confundirse el liderazgo en la ejecución de acciones y programas, dando poco espacio al ejercicio participativo para aportar información, acciones y decisiones que permitan focalizar con mayor precisión.

Aún cuando hemos avanzando en reconocer el rol de la familia como factor protector, no se ha relevado lo suficiente el alcance que tiene el ámbito comunitario, en especial cuando aquellas no logran proporcionar las condiciones básicas para el desarrollo de sus hijos. 

Destacar el rol de la comunidad en la política pública puede marcar la diferencia para avanzar en instalar procesos y modelos sustentables en el largo plazo o, de lo contrario,  limitarse al tiempo que marca el ejercicio político, insuficiente para los cambios que involucran consolidar un efectivo sistema garante de los derechos de la infancia.

Para consolidar  medidas propuestas en el acuerdo por la Infancia, el Gobierno debe convocar a la sociedad civil y proponer desde el territorio un modelo de participación articulado en que los servicios especializados (como el Senda, el Fosis, la División de Organizaciones Sociales  y otros) que  sean convocados desde los Gobiernos regionales y Locales se constituyan en coaliciones comunitarias que aborden con información local, las realidades del territorio y aporten soluciones mediante una oferta programática coherente, de calidad, con programas basados en la evidencia y no meramente promocionales y que estén al servicio de un plan de acción que ponga métricas  y objetivos claros para que los esfuerzos de todos converjan y se monitoreen en función de una visión compartida que no es otra que el desarrollo positivo de toda nuestra infancia.

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