Temas críticos del desbande total

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El general director de Carabineros, Bruno Villalobos, el jueves en la escuela de la institución. Foto: Sebastián Brogca


Revisar las noticias a mediados de febrero sorprende de mala manera. El des-gobierno es para llorar. Son tres los temas críticos que se toman la agenda actual. Por un lado está la crisis, a estas alturas completamente inentendible de Carabineros-PDI-Fiscalía. Ya simplemente no se entiende mucho quién hizo qué, cómo, quién es responsable, quién se equivocó, ni qué pasará. La total incompetencia del gobierno es simplemente impresionante, quizás inédita.

Lo objetivo es que hubo delitos concretos, hubo daños concretos, y no solo no hay responsable alguno, sino tampoco lo habrá nunca porque se cerró la investigación. El único y principal sospechoso ha quedado absuelto para siempre y no hay plan B. La impunidad de quienes hayan sido los responsables de estos delitos es completa. Lo concreto es que las instituciones que según Lagos funcionaban en su época, ahora ya no funcionan. El daño institucional es inconmensurable. La razón es simple pero no trivial, y doble: primero, la ideología del gobierno le impide mirar la realidad como es, y segundo, las instituciones son subyugadas a intereses políticos del gobierno, no del país. La pauta clara se dio muy al principio del gobierno con el uso del SII para perseguir adversarios políticos, manejado ello directamente por Peñailillo de manera yo diría amateur y sin ética pública alguna. Bachelet lo defendió más allá de lo razonable, lo que indica su total participación en el tema.

Ya no hay explicación posible para la situación de Villalobos; los rumores son de telenovela caribeña y como no hay explicaciones públicas, éstos pasan a ser la única "verdad" disponible. La crisis de la Fiscalía tampoco se entiende y desde luego parte por la designación de un fiscal que no es independiente como debiera serlo. Una sociedad que ya no confía en su justicia más tarde o más temprano perderá su democracia. Cuando los temas son políticos, la justicia simplemente no existe, se acomoda. Al final, el problema de La Araucanía va de mal en peor.

El segundo tema de la farándula política del verano, es la invitación a Maduro para el cambio de gobierno. En un momento en que casi todo el mundo (a excepción de Cuba, Bolivia, Corea del Norte, e Irán) reclama airadamente por lo que ocurre en Venezuela, Bachelet le da otro gustito personal al PC, abofetea públicamente, una vez más, a la DC, y sigue así generando más odio y división en nuestra sociedad. El canciller ya parece cantinflas tratando de defender lo indefendible. Por supuesto, La Moneda casi entera de vacaciones y sigue Aleuy con el segundo piso manejando al país. El ministro del Interior es simplemente inexistente. El PC hace declaraciones sobre el tema que a estas alturas casi los hacen candidatos al humor del Festival. Sostener que Cuba y Venezuela son tipos de democracias ejemplares en un mundo con Internet ya no se sostiene por un segundo.

La tercera bataola es el tema de la inmigración masiva que ha tenido el país en el último tiempo. La mayoría de los chilenos somos claramente pro-inmigración. Pero como todo en este gobierno, las cosas están muy mal hechas. Hay precedentes de olas masivas de emigrantes huyendo de las guerras, o por catástrofes en países cercanos, pero no hay precedentes conocidos de los aviones regulares, casi un puente aéreo, que llegan a diario llenos de inmigrantes, sin visa de trabajo, sin controles de ninguna especie. Es casi como una invasión pasiva programada. Es evidente que el gobierno está detrás de eso. La oposición tampoco ha hecho su pega y los medios investigativos están callando.

En este contexto, llama la atención que Bachelet trate de focalizar el tema público en su "legado" como algo positivo. Los medios de comunicación a partir del 11 de marzo estarán llenos de reportajes y opiniones sobre el balance final de este gobierno. Me temo que la tónica que dominará en éstos, no va a ser muy favorable para Bachelet. La estruendosa derrota electoral fue solo un anticipo. El mentado legado no es más que una mochila muy pesada, llena de problemas que serán muy difíciles de arreglar.

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