Un proyecto urgente

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La recta final de la campaña presidencial de la NM sufrió el impacto de un tema hasta entonces poco discutido: la condonación de la deuda contraída por cerca de 900.000 estudiantes mediante el Crédito con Garantía Estatal (CAE). El comando y el candidato nunca llegaron a entenderse y quedó en evidencia que nadie tenía idea de dónde obtener los 8.500 millones de dólares que se estima que dicha condonación costaría. La clara derrota electoral de Guillier hizo desaparecer el tema del debate público.

Pero es muy probable que resurja cuando asuma el nuevo gobierno. En teoría, la administración saliente presentará hoy un proyecto para reemplazar el actual CAE, pero, a menos que los invada una irresponsabilidad total, este proyecto no implicará una condonación. En su lugar, es probable que se plantee una reprogramación que facilite la restitución de los fondos, amplíe los beneficios de contingencia al ingreso y remueva a la banca privada. El programa de gobierno del expresidente Piñera incluye ideas similares. Así, parece haber cierto acuerdo: se valora la política que ha ampliado el acceso a la educación superior y se confirma el crédito subsidiado y contingente al ingreso como un instrumento necesario y eficiente para financiar el acceso sin perjudicar la autonomía de las instituciones, la diversidad el sistema y la libre elección de los estudiantes.

¿A qué poner atención, entonces? Existe el riesgo que la futura oposición, aliándose a sectores radicales dentro del Congreso, use la consigna de "condonar el CAE" para bloquear los proyectos de mejora. De esto, sobran antecedentes en el gobierno anterior del expresidente. La borrachera de la gratuidad universal en que se subsumió la NM, hoy transversalmente compartida como en ramada de Fiestas Patrias, impidió que se aprobara un proyecto similar impulsado por el exministro Beyer, que habría mejorado las condiciones del crédito para al menos cinco promociones de estudiantes. Esto puede ocurrir nuevamente.

La solución debe tener dos "cuerdas separadas". La primera es insistir en legislar respecto de las medidas de mejoramiento del CAE en los términos que alcancen consenso entre los sectores relevantes de Congreso. La segunda es abordar la situación del grupo de deudores cuya situación se ha salido de todo margen manejable. Gran parte de los beneficiados se encuentra en condiciones de restituir a la sociedad el costo de su educación superior sin afectar significativamente su nivel de vida: datos de la Comisión Ingresa muestran que la cuota mensual promedio que pagan los estudiantes es de cerca de 30 mil pesos. Pero un grupo de estudiantes, que representan menos de 0,5% de los deudores, y debido a circunstancias fuera del ámbito de esta política pública, han desertado de sus carreras y dejado de pagar, en muchos casos acumulando deudas cuantiosas. Para evitar un escalamiento que nos lleve a debatir en torno a eslóganes vacíos, es fundamental poner el esfuerzo en solucionar de forma responsable y lo antes posible este complejo problema.

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