Fuad Chahín: "Los que se van para formar otro movimiento se transforman en competidores de la DC"

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El exdiputado y candidato a la presidencia de la DC aborda crisis de la falange y salida de militantes históricos. Además, detalla cómo espera, en caso de ser electo, reconstruir la convivencia interna y darle gobernabilidad al partido.


No correrá solo. A horas de expirar el plazo, el exdiputado Fuad Chahín llegó anoche a la sede de la DC para inscribir su candidatura a la presidencia del partido, con el respaldo de figuras como Carmen Frei y David Morales. Minutos más tarde lo haría Humberto Burotto, abriendo así la competencia interna. En esta entrevista, Chahín aborda la crisis que vive la colectividad y el complejo desafío que enfrentará en caso de convertirse en su nuevo timonel.

Francisco Huenchumilla declinó competir por la presidencia de la DC, acusando una lucha sin cuartel por el poder. ¿Comparte sus dichos?

Las razones que motivaron el que Huenchumilla no compitiera tiene que explicarlas él. Lo que nosotros hemos hecho es plantear una propuesta, un programa y una tesis política. La única alternativa que ha sido capaz de elaborar una propuesta concreta y contundente de lo que queremos hacer, ha sido la nuestra. No contribuye al clima que debemos generar en el partido responder a declaraciones como esas. Nuestra invitación es a construir.

Pero él ya dio sus razones y acusó un ambiente parecido al que habría marcado la contienda electoral que los enfrentó en La Araucanía…

Estoy orgulloso de haber contribuido con 38 mil votos en la región de La Araucanía para que la DC vuelva a tener un senador en nuestra región. Respecto del diagnóstico, comparto que el partido necesitaba tocar fondo y yo creo que tocamos fondo. Este es el momento para levantar al partido, para salir de la crisis. A la DC le hace mal la incertidumbre, le hace mal que quienes han tenido cargos importantes de responsabilidad no sean capaces de buscar un camino para salir de la crisis.

¿Cómo se logra salir de la crisis?

Esta no es la tarea de un solo hombre, aquí no hay ningún mesías que salve a la DC. Aquí necesitamos un elenco y un equipo.

Sin embargo, su figura no ha generado un ánimo de acuerdo ni consenso al interior del partido. ¿Cómo se asegura gobernabilidad?

Nunca ha sido mi pretensión generar consenso. Cuando uno tiene posición política, naturalmente que no es monedita de oro. Hay gente que puede estar de acuerdo, como gente que puede estar en desacuerdo. Pero, justamente, es la ambigüedad lo que ha perjudicado a la DC. Sabemos que no basta con ganar una elección. Después hay que dar conducción y es por eso que hicimos una invitación genuina y generosa a los demás sectores para que pudieran sumarse a nuestra mesa. Pero nunca he pretendido ser el representante del consenso, sino más bien de una alternativa que dé gobernabilidad y conducción.

¿Y cómo se saca a la DC de una de sus peores crisis en ambiente poco unitario?

Son cosas distintas. Una cosa es el consenso y otra es el ambiente de unidad. Si nos toca conducir el partido, no vamos a presentar una amenaza para nadie; por el contrario, vamos a estar para respaldar todos los liderazgos partidarios. Esa es -a mi juicio- la auténtica unidad. Y ahora no nos podemos dar el gusto de fallar. Nos va a tocar asumir la eventual conducción del partido en uno de sus momentos más difíciles, y por lo mismo, caer en la tentación de gobernar para un sector, para un lote o llevarse el partido para la casa sería un error histórico y tengo plena conciencia de eso.

¿Cuál es su plan para reconstruir la DC?

Lo primero es hacer funcionar el partido, que las decisiones que tomamos se implementen y que tengamos un congreso programático, donde realmente seamos capaces de actualizar nuestro mensaje y nuestro discurso para el siglo XXI. Eso es urgente. Luego, la modernización del partido, la DC tiene una arquitectura institucional de hace 50 años que no funciona, no existe. Ese mito de que la DC tenía una gran máquina electoral, lo digo tajantemente, no existe. Necesitamos tener un partido moderno, flexible, funcional, descentralizado y profesionalizado. Uno de los grandes enemigos de la DC ha sido la improvisación y el amateurismo con el que hemos actuado. Y finalmente, tenemos que ser capaces de generar un compromiso muy serio por recomponer nuestra convivencia.

¿Qué representa a su juicio la salida de Soledad Alvear y Gutenberg Martínez?

La DC está pasando por un estado de ánimo que de alguna manera agudiza nuestro problema político y electoral. Un estado de ánimo marcado por la confusión y la incertidumbre. Hoy debemos cambiar ese estado de ánimo con trabajo, con certezas, con liderazgo y con testimonio. Lo importante es devolverle a la militancia la esperanza de que nuestro partido pueda recuperar su alma, su espíritu, su mística.

Algunos han dicho que con su salida de la DC ellos han contribuido a destruir al partido.

Los que se van para formar otro movimiento se transforman en competidores de la DC. Yo lamento mucho que se vayan, son figuras que han sido emblemáticas, muchas de ellas nos formaron. Por eso, las puertas van a estar siempre abiertas para que vuelvan, pero nadie puede pretender ser democratacristiano fuera de la DC.

Entonces, comparte que contribuyeron a generar este ambiente de crisis en la DC...

La crisis de la DC es multicausal y no se remonta a los últimos doce meses. Hemos cometido error tras error y en eso todos tenemos algo de responsabilidad. Por cierto que quienes han tenido la posibilidad de conducir el partido han tenido más responsabilidad. Pero todos hemos contribuido a aquello. En todo caso, más que buscar responsables lo que a mí me motiva es el compromiso con la rectificación. La DC o rectifica su camino o cae en la más absoluta irrelevancia.

La renuncia de militantes ha estado marcada por la decisión de la Junta Nacional, que optó por no descartar alianzas con el PC y el FA. ¿Es partidario de aquello?

La DC tiene una bellísima oportunidad hoy día de preocuparse de sí misma. Después veremos la política de alianzas, aquí nadie pretende un partido aislado, pero primero definamos nuestro propio camino, nuestro propio rumbo y después vemos con quién lo transitamos.

¿Pero cuál es su postura?

Primero lo que definió la Junta: estamos en la oposición y vamos a actuar con autonomía en la oposición. Cuando uno es oposición actúa con mayor libertad, con mayor independencia. Y esta es una gran oportunidad para perfilar a la DC, para que el partido recupere su electorado, en función de nuestras propias definiciones.

Varios responsabilizan a Carolina Goic del "desastre" electoral que sufrió el partido en las parlamentarias. ¿Fue un error el camino propio?

Nosotros siempre quisimos buscar una lista parlamentaria común. No fuimos nosotros los que decidimos ir solos. Se le dejó sola a la DC. Pero el análisis que hace Genaro Arriagada es certero: tanto o más importante que eso fue nuestra incapacidad de tener candidatos para ocupar todos los cupos, tener mejores candidatos en esas plantillas. Si nosotros hubiésemos tenido una estrategia, a lo mejor el resultado habría sido bastante distinto. Pero la situación que vive el partido no se puede reducir a un solo hito político.

¿Cuáles fueron esos factores entonces?

Lo que se vivió en su momento con la expulsión de Adolfo Zaldívar, quizás antes también con el no apoyo decidido a Soledad Alvear o lo que ocurrió con la candidatura de Claudio Orrego. Eso empezó a dar cuenta de un partido que estaba perdiendo el espíritu de cuerpo, un partido que empezaba a agruparse en torno a intereses personales, por un instinto de sobrevivencia y no de un proyecto común. Eso fue generando una especie de caos político que nos llevó a un desorden total y absoluto donde hoy día más que un partido, lo que uno ve es que tenemos una federación de partidos que obedecen a intereses particulares e individuales de sectores, lotes, bancadas de poder y no una sola institucionalidad. Eso hace que la gobernabilidad y la convivencia sean muy complejas.

Y más allá de los nombres que se integraron a su mesa, ¿cómo va a asegurar la gobernabilidad?

Fortaleciendo al partido.

¿Cómo?

El partido ha estado prácticamente en estado de abandono. Por eso es que hay que dedicarle mucho tiempo a la DC.

¿Cuál es el rol opositor que debiera jugar la DC?

Está claro que vamos a actuar de acuerdo a nuestra forma de entender la política. Nosotros no somos el Frente Amplio, somos la DC y eso se va a notar.

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