Ex subsecretario del Tesoro y de comercio de EEUU, Stuart Eizenstat: "El juego de represalias arancelarias puede nublar nuestra soleada economía""

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Desde marzo Donald Trump ha arrastrado al mundo a una guerra comercial, sin señales de que pretenda cambiar de rumbo. La situación preocupa a Stuart Eizenstat, ex secretario del Tesoro y de Comercio bajo la administración de Bill Clinton, que ve en el proteccionismo el nubarrón más peligroso para la prospera economía de EEUU.

Si bien el también ex embajador en la Unión Europea coincide en que China tiene malas prácticas comerciales, plantea que las barreras comerciales levantadas por Trump no son táctica adecuada para que el país asiático enmienda el rumbo, menos aún que haya decidido confrontarse con sus aliados.

¿Qué efectos tendrán los aranceles impuestos por Trump en la economía de EEUU?

-El monto de los aranceles en realidad es bastante bajo y los economistas difieren sobre el impacto. Algunos creen que va a reducir el PIB solo en 1% y otros que va a ser más disruptivo psicológicamente.

¿Qué opina usted?

-El mayor problema que yo veo es que deberíamos estar uniéndonos con nuestros aliados, los mexicanos, europeos, japoneses y canadienses, y reclamar por algo que de hecho menciona el presidente: las realmente injustas prácticas comerciales y de inversión de China, como la transferencia de tecnología o las sustituciones de las empresas estatales.

Deberíamos unirnos, pero en lugar de eso estamos enfrascado en dos guerras comerciales al mismo tiempo. Estamos atacando a los productos de nuestros aliados naturales, en función de una supuesta seguridad nacional, con acciones unilaterales en el marco de la Organización Mundial de Comercio. En lugar de unirnos contra China, nos estamos dividiendo.

¿Qué tanto pueden escalar las tensiones?

-Estamos comprometiéndonos en un creciente conflicto con China. Cuando mencionaba un impacto en el PIB de 1% o 2% es sólo asumiendo que lidiaremos con los aranceles que EEUU impuso a US$50.000 millones de importaciones chinas y la represalia de la misma medida que ellos tomaron. Pero justamente la respuesta de

China hizo que Trump hablara de aranceles a US$100.000 millones o incluso US$200.000 millones de importaciones.

El juego de represalias arancelarias puede nublar nuestra soleada economía si se sale de control. Tenemos baja inflación, bajo desempleo, un crecimiento fuerte.

Este único problema es el riesgo más importante y es provocado por el presidente de EEUU. Es una proposición muy riesgosa.

Usted señala que hay que actuar contra las malas prácticas chinas, ¿los aranceles no son el camino?

-Él está tratando de usar los aranceles contra China para que hagan grandes cambios de sus políticas industriales, pero ellos no lo van a hacer. Los chinos ven este modo de operar como el centro de su competitividad.

A principios de mes China ofreció la ampliación de las importaciones estadounidenses en US$70.000 millones, pero eso fue rechazado y la oferta se sacó de la mesa cuando se impusieron los aranceles.

Pelear con nuestros aliados e imponer aranceles a China no es algo que nos vaya a ayudar.

En este momento estamos enfrascados en tres conflictos, uno del acero y aluminio con nuestros aliados, el segundo con los chinos y el tercero es la salida del acuerdo con Irán, que lo que significa que hay potenciales sanciones que Estados Unidos podrá aplicar a las empresas europeas o asiáticas que hagan negocios con Irán.

El impacto de cada una de ellas por separado puede parecer pequeño, de hecho no han tenido un gran efecto en los mercados, donde siguen concentrados en el buen estado de la economía real. Pero puede llegar un punto de inflexión si esto comienza a escalar. La presión psicológica se puede tomar el mercado y generar una consecuencia económica mayor, lo que no puede ser anticipado por los modelos económicos.

¿Qué le parece la reacción que han tenido los aliados de EEUU ante las políticas de Trump?

-A mí me gustaría que todos se unieran contra las malas prácticas comerciales de China, pero lo que está ocurriendo es que se están uniendo contra EEUU en la OMC.

El problema es que cuando se ve que hay un déficit comercial es fácil pensar que es algo negativo, cuando ese no es necesariamente el caso. Cuando se trata de China, puede ser uno de los elementos, pero también lo es el que tengamos bajas tasas de ahorro o que su economía este creciendo más rápido que las demás. La balanza comercial considera un sinfín de cosas.

Por otra parte, en el caso de Europa nuestro déficit comercial no es muy grande y además ellos no tienen prácticas injustas.

Pero cuando el resto toma represalias, tampoco están considerando sus amplias implicancias. Las respuestas con aranceles para Estados Unidos enojan más a Trump, que puede decidir duplicar los aranceles que ya impuso.

¿Cuáles son sus perceptivas? ¿Cree que el conflicto escale?

-Tal parece que así será. Será fundamental lo que ocurra en las próximas dos semanas. El asunto escalará o habrá un esfuerzo de disminuir las tensiones.

Hay una esperanza en el secretario el Tesoro, Steven Mnuchin, él está preocupado por el impacto que esto tendrá en la economía real, el mercado de acciones, la confianza de los consumidores y la cadena de suministros. Espero que su enfoque más racional se imponga, pero no hay certeza de que eso vaya a ocurrir.

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