Trump acusa manipulación de monedas y amenaza a China con aranceles a US$500 mil millones

Donald-Trump

Las palabras del presidente de Estados Unidos hicieron caer al dólar, mientras que ayer el cobre se recuperó de ocho jornadas de pérdidas y cerró en los US$2,75.


"Se están aprovechando de nosotros y no me gusta (...) Estoy listo para ir a 500", dijo tajante Donald Trump en referencia a los US$505.000 millones de importaciones chinas que recibió el año pasado EEUU, las cuales pretende gravar con aranceles, escalando la guerra comercial a un nuevo nivel. Pese al revuelo mundial que ha generado su política proteccionista, el presidente estadounidense volvió al ataque con nuevas acusaciones sobre un juego desnivelado en contra de Estados Unidos.

"China, la Unión Europea y otros han estado manipulando sus monedas y las tasas de interés a la baja, mientras que EEUU está elevando las tasas y el dólar se fortalece cada vez más cada día que pasa, quitándonos nuestra gran ventaja competitiva", indicó Trump a través de twitter. "Debería permitirse a los EEUU recapturar lo que se perdió debido a la manipulación ilegal de la moneda y malos acuerdos comerciales", afirmó en mensaje adicional.

Las palabras del mandatario se sintieron en el mercado de divisas mundial. El dólar retrocedió frente a sus pares del mundo desarrollado y de los mercados emergentes, entre ellas el peso chileno que subió 0,45%, hasta quedar en $659.

El cobre, en línea con el resto de los commodities, logró esquivar la nueva arremetida de Trump y consiguió un rebote tras ocho días de descensos, provocadas por la especulación en torno a la guerra comercial y la caída del yuan. De esta manera, ayer anotó un alza de 1,52%, hasta quedar en US$2,75 la libra.

Wall Street resiste

Zafar de las bajas no es fácil ante la beligerante retórica de Donald Trump, que también apuntó sus dardos a nivel interno. "Un endurecimiento (de tasas) ahora afectará todo lo que hemos hecho. Deuda que expira y estamos subiendo las tasas. ¿En serio?", indicó en la red social, en alusión al ajuste de la política monetaria que lleva adelante la Reserva Federal.

En ese marco, ayer cerraron prácticamente planos el S&P 500 (-0,09) y el Dow Jones (-0,03%). "Estamos en un mundo de primicias y tuits sobre la Fed, lo que indica que el presidente está tratando de ejercer presión", dijo a Bloomberg Kim Forrest, gerente senior de cartera en Fort Pitt Capital. "Locos tiempos en que vivimos, me encanta. Nunca se sabe lo que va a pasar. Se supone que es un momento soñado. Se supone que debemos mirar las ganancias, que a todo esto la están rompiendo", agregó.

En efecto, el retroceso no fue mayor en las bolsas a Estados Unidos gracias a los positivos reportes corporativos, entre ellos General Electric, que anunció ingresos de US$30.100 millones, frente a los US$29.140 millones anticipados por el mercado.

Se agota la paciencia

Esta contención de daños de la que gozan las bolsas no existen para las relaciones exteriores de Estados Unidos, que se ven cada día más dañadas por la actitud de su presidente.

Ayer, incluso antes de que Trump lanzara su nueva amenaza contra Beijing, Gao Feng, vocero del ministerio de Comercio de China criticó la política de la Casa Blanca, asegurando que "Estados Unidos ejerce la mayor parte de los aranceles, que utiliza para implementar su hegemonía comercial global, mientras que constantemente profesa sus quejas y su inocencia, mientras que pone toda la responsabilidad en el otro lado".

Angela Merkel, canciller alemana, también está perdiendo la paciencia. "No podemos confiar en la superpotencia de Estados Unidos", dijo la líder germana, que además de hacer frente a las acusaciones de un "comercio injusto" o de "manipulación de la moneda" que hace Donald Trump a la Unión Europea, ha enfrentado las críticas respecto al aporte que hace su país a la OTAN.

"En el tema del comercio, tenemos una situación muy grave en el mundo, quiero dejarlo muy claro", dijo Merkel a la prensa en Berlín. Además, indicó que los posibles aranceles a los automóviles son "realmente un peligro para la prosperidad de muchos en el mundo" y serían vistos por Alemania como una violación de las reglas del comercio mundial, lo que podría provocar represalias.

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