El interminable vía crucis de Joane Florvil

Falleció 30 días después de que la acusaron y detuvieron injustamente por abandonar a su hija. Dos meses después se estableció su inocencia. Pero su calvario no terminó con su muerte. A 212 días de la muerte de la haitiana, su cuerpo sigue en el Servicio Médico Legal. Éstas son las razones de una tragedia póstuma.


Recorrió 5.828 kilómetros y aún le faltaban 303 más. Habían pasado 20 horas. Santiago-Puerto Príncipe, Puerto Príncipe-Juana Méndez. Ni las peores carreteras de Haití habían impedido que llegara a su pueblo natal. La comunidad la esperaba. Las mujeres con blusas rosadas, los hombres con camisas del mismo color.

Y ahí estaban ellos.

Su madre, María; su padre, Farrah. Y sus hermanos. Entre los hombres de la familia tomaron el féretro y comenzaron a caminar. Al principio de la procesión algunos hombres con trompetas y otros con bombos animaban una fiesta, que en realidad era un funeral. Mujeres cantando, mujeres llorando. Un pueblo completo que rezaba camino a la pequeña iglesia de los Florvil. El mismo pueblo cruzaba, de vuelta, la ciudad. Al final del camino, el cementerio.

Era el final de un viaje. O la imagen del viaje que su familia quería que hiciera. Porque a siete meses de la muerte de la haitiana, ese recuerdo, ese funeral, aún no existe.

Joane Florvil nunca volvió a Haití.

Negación

"Hermana, ¿por qué tu país es así?".

Hasta el 29 de agosto de 2017, la vida de Joane Florvil transcurría normalmente. El 30 de ese mismo mes todo cambió, todo por un problema de comunicación. La acusaron de abandonar a su hija de dos meses en la Oficina de Protección de Derechos de la Infancia de Lo Prado, la detuvieron y luego de 12 horas que aún son una nebulosa, y que son parte de una investigación del Ministerio Público, la mujer haitiana terminó internada en la ex Posta Central por una falla renal. Luego de un mes, el 30 de septiembre, murió.

Pero la vida de Joane Florvil era una en Chile y otra en Haití.

Su "beba" -como llamaba a su hija-, la que nunca logró volver a ver después de, supuestamente, dejarla abandonada, no era la única. En Haití, Joane tenía una vida completa, más allá de sus padres y sus hermanos. En Juana Méndez estaban su marido y dos hijos más, de cuatro y siete años. Cuando todos ellos supieron de su muerte en Chile decidieron que ya era tiempo, que ella tenía que volver.

El 5 de octubre, Realyno Florvil llegó a Chile. Su objetivo era uno solo: repatriar el cuerpo de su hermana cuanto antes, tal como sus padres le habían mandatado. Las leyes haitianas estipulan que, en caso de deceso, el derecho a retirar el cuerpo de una persona es de los parientes directos del difunto. Cinco días después comenzaron los primeros problemas.

El primer intento de la familia de la haitiana por retirar el cuerpo fue el 10 de octubre del año pasado. Exactamente a las 17.29.36 horas, Realyno Florvil llegó al Servicio Médico Legal. Como representante de su familia, presentó los documentos que acreditaban el parentesco entre él y Joane: certificados de nacimiento de ella, de sus padres, de sus hermanos y mandatos de toda la familia nombrándolo a él como el representante. Pero todo estaba en creole. En el SML necesitaban los documentos en español.

Los Florvil buscaron ayuda en la embajada de Haití en Chile. Roxana Florvil-Gómez, cuñada de Joane, explica que, además, decidieron ir con Realyno a la Fiscalía Centro Norte, para hablar con Marcelo Cabrera, fiscal a cargo de la investigación por la causa de muerte de Joane. Allá, aunque aún estaban en creole, presentaron los documentos que Realyno había traído desde Haití.

-Le explicamos que los habíamos mandado a traducir, pero le dejamos copia de todo. Ahí le dijimos que Realyno era el hermano de Joane y que la venía a buscar por petición de sus padres -dice Roxana.

El 19 de octubre, la embajada de la República de Haití en Chile emitió el documento más importante. En español y certificado como válido, Realyno Florvil figuraba como el mandatario de la familia en relación a todos los aspectos legales, incluido el proceso de repatriación del cuerpo de Joane. Ese era, según el hermano de la haitiana, el documento que destrababa todo el proceso.

Lo que no sabían los Florvil era que después de 30 días de Joane en el hospital, después de una muerte que nunca esperaron, faltaba lo peor de toda la tragedia: la espera por el cuerpo de Joane.

Ira

El 25 de octubre pasado fue un día de contrastes.

Después de casi un mes en la Casa Nacional del Niño, la hija de Joane Florvil, por orden del Tribunal de Familia de Pudahuel, fue entregada por el Sename a su padre.

Esa era la buena noticia. Mientras, ese mismo día, pero en las dependencias de Avenida La Paz número 1012, Realyno Florvil estaba por segunda vez en el SML y las cosas no iban bien.

-Catorce días después de que "Lyno" había ido a buscar a su hermana, el 24 de octubre, nos llamaron del Médico Legal y nos dijeron: "Sabe que los exámenes están listos, ahora puede ser sacada". Allá nos encontramos con el papel -cuenta Roxana.

El papel al que se refiere es un documento emitido por la Fiscalía Centro-Norte, con fecha 12 de octubre de 2017, en el que Wilfred Fidele, el conviviente de Joane en Chile y padre de su hija, era autorizado por el fiscal del caso, Marcelo Cabrera, como la persona que podía retirar el cuerpo de la haitiana. Todo según el Artículo 201 del Código Procesal Penal chileno, que establece que, después de los hijos, el conviviente es quien tiene la potestad para retirar el cuerpo.

Roxana, cuenta, llamó de inmediato al fiscal. Ni ella ni Realyno entendían por qué el autorizado a retirar el cuerpo era la pareja de Joane.

-Le preguntamos que por qué si le habíamos dejado toda la documentación acreditando que Realyno era el hermano de Joane y le habíamos llevado los poderes de sus padres para poder repatriarla. Le pedimos que hiciera el documento a nombre de Realyno. Él estaba muy molesto y nos dijo que se atenía a ley chilena -dice Roxana.

Después del segundo intento fallido de los Florvil por sacar a Joane del SML, Realyno se reunió con Wilfred. Todo comenzó y terminó en una discusión. La pareja de Joane en Chile quería enterrarla acá, mientras que sus padres querían que fuera repatriada a su país de origen. Y desde que Joane se había venido a Chile, los Florvil no habían tenido ningún tipo de comunicación con Will.

Pero ese día, después de la discusión entre el hermano de Joane y Will, las relaciones se quebraron completamente.

-La familia no reconoce el vínculo con él, menos como yerno. Nadie entendía por qué Joane se había venido a Chile con él y justo acá fallece. Porque más encima él no quería que Joane volviera a Haití. Entre su duelo y su ira, no hacer nada para sacarla del SML lo vio como una forma de desquite -comenta la cuñada de la haitiana.

A mediados de noviembre, Realyno volvió a Juana Méndez. Sin el cuerpo de su hermana.

Joane Florvil llevaba más de un mes en el SML.

Negociación

Hacer una repatriación es caro. Según Roxana Florvil, los valores varían entre los 3.500 y los 6.000 dólares. Además, hay escasa información y es burocrático. Aun así, el hermano de Joane venía con fondos de una ONG internacional para cubrir todos los costos del traslado del cuerpo. Prepararlo y embalsamarlo, comprar la urna hermética para transportar el cadáver, hacer los trámites legales y sanitarios, y pagar el pasaje hacia el país de destino son algunos de los gastos que se debían cubrir. Al contrario de Wilfred, la pareja de la haitiana, los Florvil sí tenían los recursos para hacer el trámite. Pero no la autorización para sacar el cuerpo.

En Chile, Roxana Florvil, dice, pensó que era momento de ceder. Y le hizo una propuesta a la familia en Haití: sacar a Joane del SML, pero enterrarla en Chile. No quisieron.

El 22 de noviembre, el 5° Tribunal de Garantía había decretado el sobreseimiento definitivo de Joane, después de ser injustamente acusada de abandonar a su hija.

La familia en Haití recibió con alegría la noticia, pero Joane seguía atrapada en Chile.

Cuando el hermano de Joane volvió a Haití empezó a mover influencias. Ante las autoridades y con documentos, demostró que, hasta el día de su muerte, era una mujer legalmente casada en la isla y con una familia que quería repatriarla. Pero la muerte de Joane ocurrió en Chile y eso cambiaba todo. La única persona autorizada para establecer quién puede o no puede retirar el cadáver es el fiscal del caso. Aun así, la familia desde Haití tenía otra idea.

-Realyno pensó que podía hacer gestiones entre gobiernos. Se reunió con diputados y senadores haitianos para ver si lo podían ayudar. En el intertanto, Will seguía con la idea de que Joane tenía que ser enterrada acá. A él lo asesora la vecina -explica Roxana.

Isabel Araya, vecina de Wilfred y madrina de la hija de Joane, dice que se resiste a hablar del tema, porque es la más cercana a la familia y la única que lo tiene todo claro. Will, asegura, no va a hablar.

Según los Florvil, luego de unos días Wilfred sufrió una crisis. Y terminó haciendo lo que Joane siempre quiso: convertirse en evangélico. Empezó a leer la Biblia y a ir a la Iglesia. Las dos familias comenzaron a acercarse más por la hija de Joane, que hoy está bajo el cuidado de Will. Y Will, de a poco, empezó a ceder respecto a qué hacer con el cuerpo de Joane.

Entre los últimos días de enero y los primeros de febrero de este año, cuando la haitiana ya llevaba casi cinco meses en el SML, se reactivaron las conversaciones entre Will y la familia de Joane. Esta vez habló con su padre y llegaron a un acuerdo: Joane tenía que volver a Haití.

-Pero Wilfred no quiso traspasar, por escrito, el derecho de retirar el cuerpo de Joane. Se le dieron todas las nociones para que él facilitara y no quiso. Él dijo que lo tenía que ver la familia, porque no estaba dispuesto a hacer nada -dice la cuñada.

Y se sumaba otro problema más. Cuando las dos partes estaban de acuerdo, los Florvil habían perdido el financiamiento que había conseguido Realyno.

Dolor

"¿Por qué tu país racista? ¿Por qué tu país no quiere a los haitianos?".

Han pasado 212 días desde que el cuerpo de Joane está en el SML. Conocedores de la investigación que se abrió para determinar la causa de muerte de Joane Florvil explican que lo único que impide que la familia de la mujer retire el cuerpo es que no han presentado los documentos para iniciar la repatriación. Ni los permisos sanitarios, ni el certificado de la funeraria que realizará el servicio en Chile, tampoco el que lo realizará en Haití. Pero, agregan cercanos, el principal problema es la ayuda financiera.

Desde Haití, Realyno Florvil dice que confía en que el caso se pueda resolver de gobierno a gobierno. Y que mientras tanto esperan volver con la ayuda financiera que necesitan.

Roxana Florvil reconoce que no han iniciado una acción penal por la muerte de Joane, pero que están en conversaciones con el Instituto de Derechos Humanos (INDH) para hacerlo. Además, explica la cuñada, el INDH también los apoyará en el trámite de repatriación.

En el SML indican que desde fines de noviembre de 2017 el cuerpo de la mujer está listo para ser retirado. Y que, por ningún motivo, tendrá un destino distinto al que se resuelva judicialmente. Joane seguirá allí hasta que la familia Florvil consiga el dinero para el trámite y la documentación esté lista.

-Ella no tiene por qué estar en el SML por temas burocráticos y menos temas económicos. Pero el documento que necesitamos está a nombre de un tercero -explica la cuñada.

A pesar de que estuvo hospitalizada por un mes en la ex Posta Central, Roxana no recuerda haber hablado nunca con Joane sobre su muerte. A pesar de eso, dice, la decisión que tomó cuando se casó en Haití marcó su final.

-Cuando tú te casas en Haití tomas el apellido de tu marido y él toma las decisiones por ti. En el caso de Joane, ella se casó y no quiso cambiárselo. Ella sigue siendo una Florvil y las decisiones las toma su familia. Y ni siquiera eso podemos hacer. El Estado chileno fue a retirar a Joane de su casa viva y ahora no es capaz de devolverla, y si la devuelven va a ser en un cajón. ¿Qué sacan con tenerla acá? ¿Para qué la siguen castigando si ya está muerta?

Han pasado 238 días desde que Joane murió.

Roxana, repite, nunca habló con su cuñada de la muerte. Pero Joane era evangélica. En Haití y en Chile iba a misa. En la isla incluso hacía clases en la escuela dominical de la iglesia. Tenía, según su cuñada, siempre una Biblia a mano y memorizaba sus pasajes favoritos. Uno de ellos, recuerda, está en el primer libro del Antiguo Testamento.

Génesis 3:19: "Pues polvo eres y al polvo volverás".

-Y Joane es polvo haitiano.

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