En la mañana estudiaba Periodismo y en la noche trabajaba. Primero estudié Producción y Dirección, hasta que en una discusión la periodista de un programa me dijo :"Tienes razón, pero tú no eres periodista". Eso condujo a que me cuestionara mucho y me dije: "Ok, entonces tengo que ser periodista". Entré a la Universidad de Las Condes (actual UDD) a los 23 años y dormí cinco años de una a cinco de la mañana.

Cuando chico lo único que quería era estar en la tele. Les comentaba a mis amigos y familia que quería ser director de televisión y todos se reían. Cuando tenía 15 años iba a los programas a ver cómo se hacían. Después trabajé ocho meses gratis en Chilevisión.

La inclusión hay que demostrarla más que hablarla. En televisión eso se enseña a través de gestos, no reportajes. Una forma de decirle a la gente que los haitianos son parte de nuestro país es sentando a uno al lado de Tonka Tomicic en el matinal. De hecho, fue una de mis primeras propuestas cuando llegué a Bienvenidos.

Una vez, Felipe Camiroaga me puso un combo en la cara que me dejó hinchado. Él podía hacer lo que quería, todo le estaba permitido. Cuando rajaba las poleras de las personas o tiraba los computadores lejos era real. En una reunión de pauta me dijo que me iba a golpear, pero yo estaba con cáncer. Cuando me recuperé me noqueó de un golpe en un ring sorpresa. En otra oportunidad nos tomaron presos en Miami por grabar con Mandolino en el metro. Felipe andaba disfrazado de Washington, aguantando la risa por miedo a que nos pegaran. Cuando las personas ya no están, se dice que son espectaculares. Pero Felipe era realmente especial.

Fui a acampar a Guanaqueros con mi familia y nuestra perrita tenía cama. A los animales hay que amarlos y cuidarlos, igual que a las plantas. De hecho, tengo un invernadero, pero soy muy ansioso y me cuesta esperar que el huerto crezca.

Si me ofrecieran un cargo en el sector público, no sé si aceptaría. Lo mío es la televisión y, aunque no tengo ningún proyecto televisivo actualmente, sí estoy enfocado en proyectos familiares, que son igual de importantes. Aporté con un granito de arena en la campaña de Piñera sin ninguna intención de obtener un cargo.

Creo que el mejor programa de la televisión chilena ha sido Rojo. Te demostraba que debías esforzarte para ganar. No importaba si eras feo o lindo. Yingo era todo lo contrario.

La vanidad es mi pecado favorito. Mira cómo me empieza a sonreír la cara cuando me dicen que soy el director más importante de la televisión, porque la vanidad es un pecado muy potente y no quiero caer en él. Aunque me considero influyente, hay directores chilenos más grandes. Para mí, el mejor es Gonzalo Bertrán, lejos. Y también la Quena Rencoret con sus novelas. Ella es Messi.

Volvería siempre a TVN. Le debo todo mi crecimiento. No hay nadie que no haya estado en ese canal que no quisiera volver por la mística que significa trabajar allí. TVN no tiene que ser el primero en rating, tiene que ser un canal robusto, que la gente respete. Yo volvería siempre.

Fui exitoso muchos años y eso generó muchos adversarios. Me dedicaron un capítulo completo en Primer Plano y fue doloroso. Julio César Rodríguez me culpó de haberlo despedido del programa, y cuando eso ocurrió yo estaba en la Clínica Alemana con leucemia, no tenía fuerzas para hacer nada. A mi hija le afectó, porque le llegaron mensajes por redes sociales. Fueron los peores momentos de la farándula, cuando estaban SQP y Primer Plano en eso.