El Rey Arturo regresa a la tierra

Vidal

Hace un año, Arturo Vidal comenzó la transformación del Rodelindo Román, cuna de sus primeras pichangas. Un par de semanas atrás recibió la primera gran noticia: la Anfa los aceptó como parte de la Tercera División B. Rápidamente formó un staff técnico de lujo para la categoría y trazó como meta ascender a la división de honor en el menor plazo posible.


"Sí, en un futuro me retiraré en Rodelindo". Son las 15.54 y a miles de kilómetros, desde su residencia en Alemania, Arturo Vidal promete una vez más a sus cercanos que volverá al club que más quiere. No habla de Colo Colo, sino que del Rodelindo Román, el equipo de Villa Huasco -en San Joaquín- que quedaba a unos cuantos pasos de su casa, en el que se ganó el apodo de "Cometierra", el lugar donde partió su carrera y del que hoy sigue más pendiente que nunca, sin importar la distancia. La confesión, que las últimas semanas ha replicado en numerosas entrevistas, fue publicada en el grupo de WhatsApp llamado "RODELINDO ROMAN 3ra. B". El comentario lo lee su cuerpo dirigencial: Pablo Contreras; su tío Carlos Albornoz; su brazo derecho en el país, Carlos Aliaga, y su amigo de toda la vida, Carlos Jiménez. Y tres minutos más tarde, entre bromas, Vidal incluso anticipa con otro mensaje su futuro en el cuadro:

-Puta, estaré cagado entonces, jajajaja. Pero con 38 años juego parado.

El barrio donde todo comenzó

Dos días antes del debut de La Roja en el Mundial de 2014, el médico de la Selección, Giovanni Carcuro, no fue capaz de confirmar la presencia de Arturo Vidal. De llegar, lo haría con lo justo. Una rebelde lesión que arrastraba desde abril lo había marginado del primer partido de semifinales de la Europe League frente a Benfica. Para darle una mano a su técnico, Antonio Conte aceptó jugar la revancha. Compitió literalmente en una pierna: la Juventus quedó fuera y su lesión recrudeció. El 7 de mayo, a un mes para la cita mundialista, el "King" debió someterse a una cirugía artroscópica en el menisco externo de la rodilla derecha, poniendo en duda hasta último minuto su participación. Pero consciente de todos los riesgos, dijo presente: ante Australia, durante 60 minutos, los que aguantó sobre el gramado, se plantó en el mediocampo, raspó piernas rivales y rompió líneas apoyando cada uno de los ataques del cuadro de Jorge Sampaoli. La historia se repitió frente a España y Brasil. Adicto a la competencia, no le importó sacrificar su físico y su futuro en Italia con tal de estar.

Cuentan que Arturo, antes de convertirse en "Celia Punk" y luego en el "King", cuando ensayaba sus primeras patriadas y luchaba contra los relieves de la otrora cancha de tierra de la Villa Huasco, vivía el fútbol de la misma manera. Era obsesivo, no aceptaba errores. Puteaba cada vez que sus disparos, producto del irregular terreno, llegaban a la calle Berlioz, en San Joaquín, o al techo de alguna casa cercana. También cuando el Rodelindo no era capaz de doblegar a Castrina, Deportivo Italia o Agustín Krogh, algunos de sus rivales acérrimos.

Rodelindo Román es uno de los cuadros de barrio más representativos de San Joaquín. Con más de seis décadas de historia, el nombre tributa a su fundador, quien durante años se desempeñó en el área de jardines de la municipalidad y, tras un período en el Club Deportivo Municipal, entregó los implementos para el nacimiento de la escuadra. "Don Rodelindo era el jefe de Luis Pardo, mi abuelo, y de Arturo Pardo, abuelo de Arturo", precisa Carlos Albornoz, tío de Vidal y director ejecutivo del conjunto.

Desde entonces la sede del club, ubicada en el corazón de la Villa Huasco, se convirtió en la segunda casa del crack de La Roja y de su familia. Allí, siguiendo los pasos de su abuelo y de su tío Manuel, un goleador de fuste como lo recuerdan en el sector, debutó con ocho años. Y por otros cuatro, hasta que Colo Colo mostró interés en su figura, desplegó lo mejor de su repertorio en compromisos que forjaron ese carácter competitivo, muchas veces temperamental, y también su amor por el "Rode". Ese barrio, su barrio, era un lugar donde, además, se sentía querido, respetado.

Todo sigue casi igual a cuando Vidal era niño. El pasaje estrecho dificulta el pasar de los vehículos y algún neumático enterrado en la tierra resiste el arreglo de las veredas. Pero la cancha ha cambiado por completo. Las piedras dieron paso a una carpeta sintética y cuatro focos gigantes alumbran la desteñida sede del cuadro verde, cuyo momento de gloria, hasta antes de saltar a la fama como la cuna futbolística del "King", fue servir de locación en un video musical de los Hermanos Brothers.

En esas calles, una costumbre que adoptó Arturo, luego de cada partido, fue la de visitar el carrito del "Tío Cucho", popular negocio de comida rápida ubicado en Benozzo Gozzoli, a unas cuadras de su casa. Rodrigo Bravo, 35 años, trabaja desde hace 20 en el pequeño local y recuerda que Vidal iba dos o tres veces a la semana a comerse un "as" (completo hecho con carne). Los fines de semana lo acompañaba su yunta, Yito Alvidal. "Era un cabro súper humilde. Venía, se comía un 'as' y una bebida, aquí parado, y conversábamos sobre cómo le iba en el fútbol, en la escuela", asegura Bravo.

La relación, a esta altura una rutina, se mantuvo años después, cuando el volante comenzaba a asentarse en el plantel estelar de Colo Colo. "Yo le prestaba mi auto, tenía un Fiat Bravo. En esos tiempos, Borghi lo llevó al primer equipo y le decía que no se comprara autos para que no se le fueran los humos a la cabeza. Así que venía, se comía algo y me decía 'préstame el autito para darme una vuelta', y yo se lo prestaba. Se alucinaba". Casi una década después, el mismo Arturo manejando un Ferrari -cuyo valor iguala al de una flota de aquel vehículo que pedía con insistencia a Bravo- mantuvo en vilo a todo el país tras chocar en plena Copa América cuando volvía a la concentración de La Roja desde el Casino Monticello.

Es desde esas mismas concentraciones y de los viajes relámpago que hace a Chile que Vidal, pese al poco tiempo con que cuenta, se las arregla para visitar el carrito de completos. "Cuando puede, viene. Tengo una foto con él de hace poco", destaca el hijo del "Tío Cucho". Las cosas, sin embargo, han cambiado. "Ya no se baja. Cuando era un joven de población, venía y la gente no lo conocía, nada, no había problemas. Ahora, se come algo siempre escondido en la camioneta. Cuando viene con el Yito, él se baja, compra y le lleva un sándwich al auto", cierra.

Su nueva vida, radicado en Múnich y con pasos previos por Leverkusen e Italia, no ha mermado esa suerte de adicción que une a Vidal con la comuna y sus costumbres, su villa y, principalmente, con el Rodelindo Román. Sin ir más lejos, el año pasado, tras sumarse a la concentración de La Roja de cara a la Copa Confederaciones, el volante se tomó el tiempo para visitar las dependencias del club en compañía de su preparador físico, Juan Ramírez. Se entrenó y luego compartió con los vecinos del sector. El sentimiento, a pesar del tiempo y la distancia, sigue siendo el mismo: es el motor de sus sueños. "Él siente un cariño tremendo, una admiración por la gente de San Joaquín y está muy identificado con la institución", dice Pablo Contreras, el ex central de Colo Colo y la selección chilena, que hoy es el director deportivo del club.

En busca del profesionalismo

Son casi las 10.45 en el Estadio Municipal que lleva el nombre del volante formado profesionalmente en Colo Colo, y en su remozada cancha están a punto de medir fuerzas el Rodelindo Román y un combinado del Sifup; o lo que queda de él: la escuadra de San Joaquín debe prestarle cinco jugadores al sindicato para que se juegue el compromiso. Serán tres tiempos de 30 minutos. Será, también, la última oportunidad para jóvenes que llegaron en las últimas horas, motivados por el proyecto, y uno de los últimos aprontes que tendrá el "Rode" a dos semanas de su debut en la Tercera División B.

Rodolfo Madrid y Mario Cáceres, también ex jugadores de Colo Colo y la dupla técnica elegida por el "Rey" tras las negativas de Miguel Riffo y Rodrigo Meléndez, desde el borde de la cancha no descuidan ningún detalle. Han pasado 11 días desde que Arturo los contactó, ocho desde que se selló el acuerdo y siete desde que dirigieron su primer entrenamiento. En las tribunas, el ex mundialista Pablo Contreras y Carlos González, histórico cazatalentos de Colo Colo, siguen atentamente la acción. Son los rostros fuertes del staff que gestionó Vidal en tiempo récord: los encargados de poner la primera piedra para cumplir su sueño.

La revolución, sin embargo, comenzó en 2017. El escenario que vivía el Rodelindo Román, hasta entonces, no era el idóneo: problemas entre los dirigentes, el presunto robo de los millones que llegaron gracias a las últimas transferencias del volante, y el aumento de los índices de violencia en la población alertaron a Vidal y compañía. Decidieron formar una lista y, tras idear una propuesta convincente, en marzo, hace exactamente un año, ganaron la elección. Su objetivo en el corto plazo, cuenta el tío del jugador, consistía en devolver la identidad deportiva a la institución: "Reactivamos la rama femenina y las divisiones inferiores. Con la figura de Arturo, la gente volvió sola".

Faltaba la parte más ambiciosa. Carlos Jiménez, un amigo del astro, le presentó un proyecto con un solo fin: hacer grande al club. La idea llamó la atención del "King" y se transformó en su nueva obsesión, como en otro momento lo fueron los caballos, competir pese a las lesiones o liderar algún triunfo histórico de la selección chilena.

El primer paso, pensado para 2019, sería postular a la Tercera División B, considerada la puerta para dar el salto al profesionalismo. Pero la aparición de Cristián Ortiz, empresario vinculado al rubro de la seguridad y ex dirigente de Real San Joaquín, adelantó los planes. "Don Cristián ofreció el apoyo económico para postular", detalla Jiménez. Vidal no lo pensó dos veces y, con tal de acelerar el proceso, aceptó.

Así, comenzaron los trámites en febrero y, en menos de un mes, el jueves 8 llegó la noticia que tanto esperaban: la Anfa aceptó al Rodelindo Román en la segunda categoría del fútbol amateur.

Bastó que se hiciera oficial el anuncio para que, desde Alemania, Vidal comenzara a contactar a sus ex compañeros en Colo Colo, gente de su confianza, para tomar las riendas de la escuadra. El primero fue Rodolfo Madrid: "Se armó algo bien rápido y, desde el martes, empezamos a tomar las riendas, conseguir ropa para entrenar, traer jugadores e intentar echar a andar esto de la mejor manera posible, muy profesional. Porque aunque esto sea fútbol amateur, nosotros no estamos pensando en cosas chicas, queremos que funcione con un muy buen nivel, ojalá de excelencia".

Tras la conformación del cuerpo técnico, el hombre del Bayern habló con Pablo Contreras para hacerse cargo de la dirección deportiva. "Estoy encargándome principalmente de la parte dirigencial, logística, buscando y encontrando auspiciadores con Carlos (Albornoz). Cuando esté definido el plantel profesional, la idea es ir ya gestionando lo que es la parte económica y ver de qué manera se puede ayudar a los chicos", comenta el ex defensor.

Todos los miembros del staff coinciden en que la figura de Vidal a la cabeza fue fundamental para su llegada y será clave para el crecimiento del proyecto. "Estando él, se nota que es un proyecto serio. Arturo tiene hambre, sabemos lo que es él, sabemos, además, lo que significa para él el Rodelindo Román, que es su club de barrio, el club de sus amores", dice Mario Cáceres. Contreras, por su parte, admite que "su nombre como gestor de todo esto es muy llamativo para los auspiciadores que vengan de acá a futuro".

El verdadero club de sus amores

"¡Vayan a entrenar, poh!". "Oye, no se olviden de ir a la Anfa". "¿Estái viendo los papeles de los jugadores?". "¿Qué falta? ¿Están bien de canastos, de indumentaria?".

Hace una semana, Pablo Contreras creó el grupo de WhatsApp oficial de la institución. La idea del ex defensor era afiatar al cuerpo dirigencial y, además, facilitar la conexión con el presidente honorario, permitir que desde Alemania, Vidal se entere de todo lo que pase. Y pregunte por todo.

Los primeros mensajes del "King", cuentan sus compañeros, llegan entre 6.30 y 7 de la mañana. "Vive preocupado de nosotros", cuenta Jiménez. Los despierta, quiere estar al tanto de las pruebas masivas, recomienda jugadores, está pendiente de cada detalle. Cuando llegó a su primer entrenamiento, Rodolfo Madrid encontró siete balones disponibles. "Se lo hicimos saber y, al otro día, él consiguió con la marca que lo auspicia otros 20 más y petos, que no había. Con todo es así", asegura.

Durante el compromiso que sostienen el "Rode" y el Sifup, Vidal le escribe a Pablo Contreras. "¿Empezó el partido?". "¿Cómo estamos jugando?". "¿Quién va ganando?". Promediando el segundo de los tres tiempos, el director deportivo puede descansar. "Me quedé sin batería producto de todo lo que solicita Arturo", dice, ya a salvo de las incesantes instrucciones de su jefe.

"Si fuese por Arturo, por cómo lo conocemos, él quisiera que ayer o antes de ayer estuviéramos en primera división. Pero es un camino lento. Esperamos agilizarlo, entregando las mejores condiciones tanto a los jugadores como al cuerpo técnico y a la gente de San Joaquín", asegura Contreras. "Quiere ir rápido y lograr lo que a veces toma dos o tres años, en uno", complementa Madrid.

Así, intensas, han sido las últimas semanas de Rodelindo Román. Contra el tiempo, el club de San Joaquín ha condensado un proceso que puede durar meses, en tan sólo un par de semanas. Es el objetivo del "King": lograr todo rápido y concretar su sueño de hacer grande al conjunto que lo vio nacer en el menor plazo posible. La misma fórmula y el mismo ímpetu que, para bien y para mal, lo ha definido durante toda su carrera.

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